Jóvenes instalan en los barrios aulas escolares improvisadas
Ayudan a los niños que no tienen computadoras ni Internet para recibir clases en sus casa. En Monte Sinaí hay más de cinco ‘escuelas’ comunitarias
Debajo de un árbol, en bodegas vacías, en patios, terrazas o en viviendas prestadas, se han instalado aulas escolares, de manera improvisadas, en sectores populares del noroeste de Guayaquil. Sus creadoras son jóvenes, algunas de ellas bachilleres que no han conseguido cupo para estudiar en la universidad. Y como tampoco tienen empleo ayudan a desarrollar las tareas a los niños que no cuentan con computadoras o servicio de internet para las clases virtuales desde sus casas.
La reapertura de aulas, entre lo poco sin fecha
Leer másUna de ellas es Nikool Rosero, de 18 años, quien se graduó de bachiller en marzo de 2019. Cuando se enteró de que, debido a la pandemia del coronavirus las clases serían online y que muchos niños dejarían de estudiar porque no tienen internet o dinero para pagar las pensiones, decidió crear aulas comunitarias en el sector La Cumbre, de la cooperativa Realidad de Dios, en Monte Sinaí.
El reclutamiento de los niños lo hizo en las últimas semanas de mayo, cuando recorrió las calles enclinadas y empedradas del sector y visitó casa por casa para elaborar un listado de aquellos que tuvieran problemas para iniciar las clases no presenciales el 1 de junio.
No tengo computadora ni internet en casa, tampoco entiendo las fichas pedagógicas que el Ministerio le entrega a mis hijos. Estas jóvenes ayudan a desarrollarlas.
En una vivienda prestada por una vecina, la joven adecuó la ‘escuela’ donde recibe de lunes a viernes a 40 estudiantes que cursan desde el nivel inicial hasta el tercero de bachillerato. Allí les ayuda, de forma personalizada, según el curso en el que están, a resolver las fichas pedagógicas que entrega el Ministerio de Educación y les da algo de Matemáticas, Lenguaje, Ciencias Naturales y Estudios Sociales.
Un plantón en señal de rechazo a las clases virtuales en la Universidad Guayaquil
Leer más“No soy maestra, pero comparto con los niños lo que aprendí en el colegio”, dice la joven bachiller mientras observa a los menores que, acompañados de sus padres, llegan con mascarillas a recibir las clases.
“Me gradué el año pasado y todavía no me sale un cupo en la universidad para estudiar Derecho o Educación. En lugar de estar ociosa emprendí esta tarea que ayudará a decenas de niños”, anota la instructora, quien ha tenido que dividir en dos jornadas el trabajo que realiza (de 09:00 a 11:00 y de 14:00 a 16:00), debido a la cantidad de asistentes que tiene y para cumplir con el distanciamiento físico para evitar contagios.
Nikool no trabaja sola. Cuenta con la ayuda de sus amigas Abigaíl Otero (19) y Laidy Mirabel (18), quienes a pesar de haber terminado el colegio, tampoco han conseguido un cupo en la universidad para estudiar Enfermería y Arquitectura, respectivamente.
“Estoy contenta con esta tarea porque sé que no es tiempo perdido”, manifiesta Abigaíl; mientras que Lady, por falta de mobiliario, sienta en sus piernas a uno de sus alumnos que está en educación inicial.
La educación virtual también causa problemas a maestros
Leer más#HappyMonday. La inspiración que necesitamos para seguir adelante, porque la mayoría de los ecuatorianos somos solidarios///Con su celular ayuda a que 42 alumnos continúen sus clases https://t.co/2TI3LgDoXK
— Nathalie Cely Suárez (@NathalieCely) July 6, 2020
En la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) 799.881 estudiantes empezaron clases no presenciales. Lo hicieron a través de plataformas digitales con las que deberían tener cierta cercanía y orientación de sus maestros.
En Ecuador, un millón de niños y adolescentes, como ha publicado en reportajes anteriores EXPRESO, no tienen conexión a Internet en sus domicilios, ni tabletas, ni dispositivos electrónicos, por lo que el proceso de enseñanza y aprendizaje se torna complicado.
La triste realidad de la educación en nuestro país. Y se burlaban cuando el Municipio regalaba Tablets y da internet gratis mediante WIFI en algunos sectores de la ciudad.
— Johnny Vanoni (@johnnyvanoni) June 1, 2020
Clases virtuales con 1’000.000 de alumnos sin conectividad https://t.co/l3tp5eTXz4
Fue por eso que Denisse Toala Pérez, de 16 años, no dudó en instalar ‘aulas de clases’ debajo de un árbol, junto a una cancha de tierra, en la cooperativa 28 de Agosto, en Monte Sinaí.
El declive de las librerías
Leer másLa adolescente, quien cursa el tercero de bachillerato, apoya a 41 niños para que desarrollen sus tareas y repasen sus conocimientos. Con su teléfono móvil ayuda a los padres a revisar las órdenes que imparten los maestros para la educación de sus hijos en casa, una modalidad que ha dejado marginados a miles de estudiantes, sobre todo en las zonas rurales, donde solo el 16% de hogares tiene este servicio.
Debajo del gran árbol Denisse colocó mesas y bancas, una pizarra, carteles didácticos y un letrero que dice: ‘Aprender para Enseñar’, con el que da la bienvenida a los niños que llegan a las 13:00 a ese terreno ubicado en una loma.
Si no fuera por la ayuda de estas jóvenes mis hijos no podrían estudiar. Yo apenas sé leer y escribir y es poco el apoyo que puedo darle a los niños con sus tareas.
Ella tiene la ayuda de su hermana Génesis, quien terminó el colegio hace cinco años y aún no puede acceder a un cupo universitario.
Las opciones para volver a la escuela
Leer másLos padres apoyan la iniciativa de las jóvenes instructoras, debido a que muchos apenas han terminado la escuela y no saben cómo ayudar a sus hijos con las tareas. Además, colaboran guardando las bancas y mesas para que no se pierda.
Fundación Hogar de Cristo, el Municipio de Guayaquil y la empresa privada también apoyan a las jóvenes, a través de la entrega de libros y material didáctico.
Mientras, el Ministerio de Educación ha destinado 24 docentes, 10 psicólogos y 4 pedagogos del Distrito 8 de Monte Sinaí, quienes tres veces a la semana ofrecen acompañamiento y asesoría pedagógica a más de 100 niños que, a través de líderes comunitarias refuerzan sus actividades escolares.