Los jóvenes novatos del voto: "Pasamos a ser protagonistas del cambio de la urbe"

Llegó acompañada de su padre, se ubicó en la fila de mujeres para ingresar a sufragar en la junta 145 del recinto electoral ubicado en el colegio Francisco Campos Coello, en la ciudadela La Atarazana, norte de la ciudad.

Danna Espinoza Arboleda, estudiante del Colegio Politécnico (Copol), tiene 16 años y aunque su voto es facultativo (no obligatorio), dijo que asistió a esta jornada electoral no solo para vivir aquella experiencia, sino también porque siente la responsabilidad de ser parte del cambio.

“Me parece que involucrarme es el primer paso que tengo con la sociedad para escoger a un representante que nos pueda ayudar a cambiar la situación que vive la ciudad, la provincia y país en general”, manifestó la joven, quien destacó que no tuvo problemas para manejar las papeletas y colocar las rayas en los candidatos elegidos, ya que su voto había sido meditado.

Ella es una de las 653.381 personas de 16 y 17 años que tienen derecho al voto facultativo, lo que representa el 5 % del padrón electoral.

Como joven, las expectativas de Danna son muchas, pero tiene algunas prioridades. “Que los elegidos cumplan con lo que proponen, ya que nosotros estamos votando por lo que ellos han dicho que quieren hacer; que sean transparentes y que nos ayuden para que podamos desarrollarnos en diferentes áreas”, reflexiona, mientras muestra el certificado de votación que le otorgaron después de haber sufragado.

Cree que las nuevas autoridades deben ofrecer mayor seguridad a todos los guayaquileños, mejorar los servicios básicos como el agua potable para que llegue a todos los rincones de la ciudad; un mejor servicio de transporte público para no viajar apretados; más áreas donde los jóvenes puedan reunirse, etc.

Algo similar expuso Jonathan Torres Gaspar (16), quien también votó por primera vez en un recinto del sur de la ciudad. Lo hizo porque considera que sufragar es pasar de expectante a protagonista de los cambios que necesita la ciudad y porque está convencido de que un voto sí puede marcar la diferencia.

“A Guayaquil le hace falta más obras que involucren el mejoramiento de los servicios básicos para que vayan a todos los sectores, especialmente a los populares, donde hay mucha carencia. En cuanto a Guayas, ojalá que quien resulte electo prefecto ejecute el dragado del río y mejore las carreteras que, muchas de ellas, están deterioradas”, indicó, al reconocer que tuvo inconvenientes al sufragar por la cantidad de papeletas que había. “Finalmente, solo voté por alcalde y prefecto. El resto de votos los anulé”, subrayó.

Jonathan aseveró que como joven le interesa que el próximo alcalde ejecute obras para este segmento de la población; que se fortalezcan los planes para la prevención de embarazos prematuros y el control del consumo de drogas; y que se vea al deporte como medio de prevención de cualquier vicio.

“Necesitamos parques en buen estado; que se aumente el número de unidades de transporte y sus frecuencias; y que se creen espacios públicos en donde los jóvenes podamos expresar nuestras necesidades”, añadió.

En cambio, Karla Espinales (16) indicó que sus esperanzas están puestas en que las nuevas autoridades cumplan con su plan de trabajo y que prioricen los temas que beneficien a la ciudad y provincia en general.

“Vivimos en una urbe donde hacen falta áreas verdes en buen estado; árboles que nos den sombra; y aunque la falta de empleo no es competencia de las autoridades seccionales, el nuevo alcalde debería preocuparse de ese tema”, sugirió.

Cuenta que desde inicio de año se ha reunido con otros compañeros del colegio para analizar por quién votar. “En mi caso, creo que los elegidos deben ser quienes más se apeguen a la realidad y necesidades de la ciudad y la provincia. Ojalá que llegue gente nueva, que no esté contaminada con la corrupción”, puntualizó.