Juan Tanca Marengo: La tragedia que pudo ser mortal y de la que nadie se hace cargo

Se salvaron de morir. La caída de 4 postes sobre los vehículos que circulaban cerca de las 10:30 por la avenida Juan Tanca Marengo, a un costado de donde se construye la solución vial, fue descrita como terrorífica, por los testigos de este accidente; cuya causa hasta el cierre de esta edición aún no era aclarada ni por personal de CNEL ni del Municipio de Guayaquil. Un hecho que, a juicio de los ciudadanos, reflejó su quemeimportismo ante situaciones que ponen en riesgo sus vidas.

“Esta pobre gente pudo morir. Los postes cayeron encima de los vehículos y atravesaron incluso las ventanas. Que nadie diga nada, que no especifiquen por qué tremendas estructuras de la nada se cayeron, confirma que a los funcionarios públicos poco o nada les importa el ciudadano. Evidencia que no hay planificación ni procesos de control, y que si alguien, por ejemplo muere, ellos apenas mandarán flores. Lo que ha pasado da cabida incluso a una demanda. ¿A quién? Pues habrá que ver qué causó el daño”, señaló la arquitecta y residente de la ciudadela San Felipe, Daniela Moreira, quien el pasado 20 de mayo tuvo que tomar otra ruta para llegar a casa, debido a que se cerró la avenida.

Hasta las 17:00 de este 20 de mayo, era imposible circular por la Juan Tanca Marengo, desde la avenida del Santuario hasta el tramo que se conecta con la vía Daule, informó la ATM, que no dio detalles de cuándo estaría la ruta nuevamente habilitada.

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Para Moreira, sin embargo, lo ocurrido en este siniestro que dejó como resultado 4 vehículos afectados, dos totalmente deteriorados; fue el resultado de la falta de supervisión y de medidas de prevención a la hora de construir el puente vehicular aledaño.

“La tierra debió estar tan sentida por las excavaciones que se han hecho en el entorno, que los postes eran propensos a que se caigan como dominó. El problema con Guayaquil es que nunca se planifica nada. Con tanto movimiento en el área, era lógico que algo así podía pasar. CNEL tiene corresponsabilidad en el hecho. ¿Y es que por qué nunca supervisaron el estado de sus estructuras?”, sentenció.

Lorena Mejía, quien circuló por el sitio, atribuyó en cambio el desperfecto a un daño en los postes. Que de los cables de alta tensión salían chispas, alegó; coincidiendo con el argumento del capitán de la Agencia de Tránsito y Movilidad de Guayaquil, Milton Erazo, quien aseguró que luego de ese escenario las estructuras colapsaron.

“Yo podría jurar que esa fue la razón de todo que, claro, sumado a que la tierra pudo estar blanda por los trabajos que el Municipio ha hecho, complicaron el panorama”, detalló Mejía; quien no salía del asombro al ver que no se registraron víctimas mortales ni heridos de gravedad.

De hecho solo uno de los conductores fue llevado a una casa de salud para ser atendido por unos cortes que le generó el desplome.

“Yo venía conduciendo por la derecha y veo que un poste que estaba adelante se empezó a tambalear. Yo frené porque los cables se empezaron a caer”, contó el conductor de un taxi amarillo, el vehículo más afectado. Después sintió un fuerte impacto en la parte trasera del coche. Una parte de la estructura se fue encima del maletero y otro pedazo aplastó el parabrisas delantero.

“Gracias a Dios no traía pasajero, acompañante, o sino la persona se hubiera quedado desnucada”, comentó con algo de alivio, sin dar su nombre.

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Atrás iba un auto rojo, conducido por un estudiante universitario. Jorge Cevallos, papá del joven y dueño del automotor, no estaba con él en ese rato, pero fue a buscarlo apenas supo del accidente. “Queremos que nos ayuden con los daños”, dijo aún con nervios Cevallos.

Sobre qué causó la que pudo ser una tragedia mortal y quién se hará responsable de los daños, EXPRESO consultó a CNEL y al Municipio de Guayaquil, a quienes les solicitó una entrevista, que hasta la publicación de este reportaje no fue concedida.

Los ciudadanos, no obstante, hacen un llamado a los afectados a no bajar la voz y luchar por “justicia”.

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“La gente se cae una y cien veces en las alcantarillas de la ciudad que permanecen sin tapas; sus carros se dañan porque caen en horrendos huecos o hasta sus pasajeros salen volando, se accidentan, pero nadie cubre los gastos cuando evidentemente sí se puede. Para eso están las leyes. Lo ocurrido ahora nadie lo debe dejar pasar, de lo contrario seguirán cayéndose las estructuras, cualquiera que sea, y los funcionarios nada más se lavarán las manos”, sentenció el guayaquileño Daniel Laborde.

En un reportaje anterior publicado por EXPRESO, el gerente del Estudio Jurídico Macías Hurtado y Macías C.A., Miguel Macías, confirmó que aunque toma tiempo sí es posible demandar al Estado y ganarle.

Y es que, como publicó entonces este Diario, Macías marcó un precedente al ganar el juicio que siguió en contra de la Empresa Municipal de Alcantarillado de Guayaquil, y de la constructora y urbanizadora Colinas de los Ceibos Curbceisa S.A., por el accidente que sufrió por una alcantarilla sin tapa mientras practicaba ciclismo en la ciudadela, el 6 de agosto de 1987.

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Que la Constitución faculta seguir este tipo de procesos, indicó. Que establece ese principio de responsabilidad, por lo que como ciudadano lo que resta es “hacernos respetar...”. “Lo que nos falta como ciudadanos es que se demande, que las autoridades respondan y sean responsables con sus actos. Lo que falta es sentar precedentes”, argumentó.

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