Los juegos de antaño volvieron al Cerro Santa Ana por las fiestas de julio
Adultos y niños fueron participes de las actividades realizadas en este espacio
Fue un fin de semana para recordar esos juegos de antaño que, por décadas, se practicaron en Guayaquil sin importar la fecha. La rayuela, los lanzamientos del trompo, el ‘baile’ del yoyo, los ensacados y las carreras portando una cuchara y sobre ella un huevo, fueron apenas algunas de las actividades que se realizaron en las escalinatas del cerro Santa Ana, por las fiestas; y congregaron, como era de esperarse, a niños y adultos.
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Leer másDe hecho, estos últimos son quienes, en su mayoría, les enseñaron a cómo jugarlos. Para muchos, no hubo nada más divertido que caminar derecho, equilibrado, pese a las risas, sin hacer caer el huevo.
Lucy Proaño, quien habita en el centro, llegó al sitio sin saber que sería testigo de un escenario que forma parte de sus mejores recuerdos. “Salí nada más que a pasear, pero escuché aplausos y risas. He subido con mi hija a ver qué pasaba y me he topado con todos las herramientas con las que jugué en el barrio Garay, que fue mi hogar hasta que me casé. Se me han venido a la mente un sinfín de recuerdos. Ahora quiero meterme en un saco y saltar”, dijo entre risas.
Según Silvia Vélez, presidenta de la Asociación Cerro Santa Ana, organizadora del evento; este tiene como fin precisamente volver a las raíces.
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Ella explica que todos estos juegos, realizados en los escalones 37 y 444, fueron para que los niños se conecten con su cultura, y para que los adultos reconecten con ella.
En las escalinatas se podía observar como los niños saltaban, corrían y jugaban entre ellos y con sus padres. “Pude enseñarle a mi hijo cómo me divertía de pequeño. Una pena que ya no hubo cómo colocar el palo encebado, hubiese sido una maravilla, pero al menos aprendió otras cosas como el baile de la naranja o a balancear un huevo con una cuchara”, comenta Felipe Rendón, habitante del cerro.
Una fiesta para todos
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Leer másPero no solo los les enseñaron de los juegos, también participaron de ellos, como si fueran otros niños que se unieron a la fiesta
“Incluso veías a padres y madres hacer carreras con los pies atados, o haciendo el baile con la naranja. Todos jugaban como si hubieran vuelto a ser niños”, comenta Vélez.
La comunidad espera que estas actividades no se repitan solo los fines de semana que hay fiestas locales, también en días comunes, para enseñar a los niños las costumbres de antaño.
“Tener sitios donde siempre puedas hacer estos juegos típicos, sería un atractivo hermoso. El palo encebado es algo que ya no se ve como antes y que se está perdiendo. Ya es hora de que se recupere”, asevera Daniela Franco, madre de familia.
Actividades para la siguiente semana
El barrio incluso tiene actividades para la siguiente semana -20 de julio- por las fiestas de julio. En esta ocasión, contarán con la proclamación de las renas del sector. En el cual compiten jóvenes entras la edades de 15 y 25 años.
A consideración de Vélez, todos estos eventos representan un oportundiad de mantener al barrio alejado de la inseguridad y llena de vida. "Con niños corriendo, jóvenes riendo y adultos tranquilos, así es como queremos ver el cerro Santa Ana"., comenta.
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