
Julio Jaramillo: familia y admiradores le rinden homenaje por su 85° aniversario
La vigente pandemia no impidió que admiradores, amigos y familiares del Ruiseñor de América llegaran al Cementerio Patrimonial de Guayaquil para rendirle tributo
Con sus dolidas piernas, viajando en bus y arriesgando su salud ante la aún presente pandemia de la Covid-19, Hilda Hermida Fernández llegó con su ramo de rosas al Cementerio Patrimonial de Guayaquil. Ella estaba ahí -como cada 1 de octubre y como cada 9 de febrero- en la tumba de su ídolo: Julio Jaramillo Laurido.
Colocó el ramo junto al busto que resalta su figura en el mausoleo que acoge los restos del artista ecuatoriano más universal de todos. Y le lanzó un beso. Y luego una oración.
Para entonces, los demás presentes en el mausoleo habían llegado con anterioridad. Este año no hubo licor ni guitarra de por medio que acompañaran el evento, pues las autoridades del Cementerio impusieron límites, acogiéndose a estrictas medidas de bioseguridad.
Muy temprano, cerca de las 08:00, al sitio habían llegado Juan José Jaramillo, sobrino del Ruiseñor de América y presidente del Grupo Cultural Julio Jaramillo, con varios compañeros para colocar la ofrenda floral.

Juan José, quien también es cantante, asegura que “artísticamente es un doble compromiso ser sobrino de JJ, pues la gente cree que abres la boca y vas a cantar igual a él”. Lo cierto es que él tiene su timbre propio y, como uno más de los 'jaramillistas', estaba allí para rendirle homenaje.
El diálogo entre quienes iban llegando se ponía ameno. Que cantaba de todo, recordaron: pasillo, vals, yaraví, boleros, bolero mambo, tangos, joropo, carranga, cumbia, ranchera, texana, polska.
Hablaban sobre su vida, la bohemia, sus amores, su madre, su regreso a Ecuador.
“¿Y el trago? Ya manda a ver una botella”, dijo Guillermo Albuja Reyes, quien como radiodifusor tuvo su propia historia con el difunto cantante, pues fue animador del programa que Míster Juramento tenía en Radio Cristal, y que se transmitía a las 9 de la noche.
Campeón de la bohemia, un sentimental, pero alegre y dicharachero también. Campeón de la guatita en el local de doña Lola (Dolores Zambrano).
Mientras proseguían los cantos, Albuja se animó: “Con el perdón de JJ, yo también me voy a cantar una”. En ese momento decidió cantar ‘Solo’, aunque en realidad la compañía y la voz de los casi 15 presentes en el encuentro lo acompañaron.
“Hay que cultivar lo nuestro, amar nuestras raíces, enseñarle a nuestros hijos esta bella música”, cuestionó en medio del canto Blanchy Brizz, una jaramillista más.
La música siguió, pero los presentes comenzaron a retirarse poco antes de las 11:00 de la mañana. Ya vendrá febrero próximo, en que se recuerda un aniversario más de su muerte, y otra vez estarán ahí, cantándole a su ídolo. Vibrando con su música. Cultivando su pasión por el Ruiseñor de América.
Coleccionistas y su fanatismo por Julio Jaramillo
Carlos Ramírez y Juan Navarrete son otros jaramillistas infaltables a este tipo de encuentros y homenajes a JJ. Ambos llegaron temprano ayer, cantaron y recordaron la música del cantautor con sentimiento.
Navarrete llevó una colección de varios discos en acetato, de 78 rpm (revoluciones por minuto). Todo un tesoro. Igual que las revistas, libros, recortes de periódicos y más que Ramírez, con orgullo, asegura tener en casa.