El ‘sí juro’ de los estudiantes retumbó en casas y colegios
Los estudiantes de tercero de bachillerato rindieron tributo a la bandera nacional. Las ceremonias se realizaron de manera virtual y presencial
Feliz, orgulloso y lleno de civismo. Así se sintió Anthony Herrera León (17), estudiante de tercero de bachillerato y abanderado del pabellón nacional de la unidad educativa Vicente Rocafuerte, de Guayaquil, quien acudió a su plantel para participar de la ceremonia de juramento a la bandera que se desarrolló de manera presencial.
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Leer másSu rostro sonrió no solo por volver a pisar el centro educativo, al que no iba desde que se declaró la emergencia sanitaria en marzo de 2020, sino también por volver a ver a ocho de sus compañeros que, aunque no están en su mismo curso, habían coincidido con él en horas de recreo cuando aún no llegaba la pandemia de COVID-19 y las actividades escolares no se hacían desde casa, sino en el colegio.
Esos compañeros eran los abanderados del estandarte de la ciudad y del plantel, así como sus respectivas escoltas que, al igual que Anthony, lograron el más alto puntaje durante toda su etapa de estudios.
En la Zona 8, que abarca los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, en total 50.420 estudiantes del último curso de colegio participaron de este acto cívico que se realiza todos los años para conmemorar el Día de la Bandera Nacional, que se recuerda cada 26 de septiembre. A nivel de todo el país, son 295.352 los alumnos que deberán participar de eventos similares, que se desarrollarán hasta el lunes 27, de manera presencial o virtual.
El año pasado, en la mayoría de los planteles del Ecuador no se realizó este acto de forma presencial, para evitar posibles contagios de la enfermedad. Por eso, algunas autoridades tuvieron que trasladarse a las casas de los abanderados para entregarles el lábaro patrio y cumplir con este acto cívico.
Me siento contenta de que las autoridades hayan permitido que el acto de juramento a la bandera se realice en el colegio. Fue la ocasión para que los chicos vuelvan a verse.
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Leer más“Estoy feliz por este pequeño reencuentro que ojalá marque el inicio de muchos más, donde estudiantes y profesores podamos volver a las aulas para conversar, jugar y compartir, como no lo hemos hecho en estos últimos 18 meses”, expresó Herrera mientras se preparaba para participar en el acto al que había sido convocado.
Su madre, Jésica León, estaba en primera fila esperando el arribo de su hijo al patio del plantel, donde se habían colocado sillas para pocos invitados, entre ellos los dos acompañantes de los abanderados y escoltas, así como cinco directivos que integraban la mesa de honor.
Estos 18 meses de pandemia y de clases no presenciales han sido complicados para muchos estudiantes; sin embargo, ellos han seguido esforzándose para ser mejores cada día.
“Es un chico estudioso. Y aunque tuvo problemas para adaptarse a la virtualidad, debido a la falta de equipo tecnológico en casa, nunca desmayó y más bien continuó esforzándose para lograr su objetivo: portar en sus manos la bandera del Ecuador”, manifestó la orgullosa madre, mientras se secaba una lágrima de felicidad que rodaba por su mejilla.
El juramento a la bandera es un día muy especial en la vida de los estudiantes de tercero de bachillerato, recordó Yadira Blakman Briones, subsecretaria de Educación de la Zona 8, quien tomó el juramento colectivo a los alumnos presentes, con la pregunta: “¿Juran como ecuatorianos, estudiantes y ciudadanos de esta patria respetar y defender a la bandera nacional, llevar con honor y altivez su nombre?”. A lo que ellos respondieron con un “¡Sí juro!” que retumbó, también, en casa para quienes con sus cámaras y micrófonos encendidos estaban conectados vía Zoom.
Ojalá que las circunstancias permitan que los chicos, así como hicieron el juramento a la bandera de manera presencial, también puedan graduarse en esa misma modalidad.
La autoridad también felicitó a los jóvenes por su dedicación, interés de aprender y su fuerza de voluntad para conseguir la meta propuesta.
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Leer másLuego vino el juramento individual, en el que los jóvenes se arrodillaron frente al símbolo patrio y, sin cogerlo ni besarlo, pronunciaron nuevamente el “¡Sí juro!”.
Los mejores estudiantes recibieron diplomas y medallas en reconocimiento a su trayectoria académica y por el esfuerzo durante los años de estudio y los desvelos que han tenido.
“Este es un logro para mi familia. Y aunque los tiempos sean difíciles, seguiré con mis estudios, para superarme y retribuir en algo todo el esfuerzo que han hecho mis padres para darme educación”, dijo Kristel Vernaza, abanderada del estandarte de la ciudad.
Érick Ortega, abanderado del estandarte del plantel, portaba orgulloso el símbolo que identifica a su colegio, donde estudia desde hace seis años. “Es una recompensa a mi dedicación estudiantil, algo que prometo seguir manteniendo”, dijo emocionado, mientras recibía las felicitaciones de sus padres, que habían pedido permiso en sus trabajos para acompañarlo en esta jornada.
En otros colegios se desarrollaron actos similares, respetando los aforos establecidos por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) y cumpliendo de forma obligatoria las medidas de bioseguridad, como aplicar alcohol, mantener el distanciamiento y usar mascarilla durante todo el evento.