El kawasaki no es mortal, pero afecta al corazón de los niños
La dilatación arterial se ve en pacientes en el mundo, aún no en Guayaquil. En el hospital Roberto Gilbert han atendido 3 casos
Una de las secuelas que deja el kawasaki es un aneurisma en las arterias coronarias, que es lo que se ha visto en el mundo. Pero, en los tres casos que se han atendido en el hospital de la Junta de Beneficencia, Roberto Gilbert, en Guayaquil, en junio, esa dilatación no se han observado todavía. Es lo que explica a Diario EXPRESO Joyce Andrade Velásquez, infectóloga pediatra de dicha casa sanitaria.
“Estas consecuencias se ven solo en los pacientes que se complican y no se atienden a tiempo”, precisa la pediatra Pravda Frías.
Por lo tanto, la literatura científica estima que un 25 % de los pacientes no tratados desarrollan complicaciones cardiovasculares, principalmente el aneurisma de las arterias coronarias. “El tratamiento con inmunoglobulina intravenosa y aspirina dentro de los 10 días posteriores al inicio de la enfermedad, y este porcentaje disminuye al 5 % cuando se realiza un diagnóstico precoz y se administra un tratamiento adecuado”, indica la pediatra del Omnihospital, Jenny Velasco.
Andrade también destaca que no lo es mismo el síndrome inflamatorio multisistémica (SIM) pediátrico relacionado al COVID-19 que el kawasaki; pero como el SIM tiene síntomas parecidos, se lo ha denominado “kawasaki like”.
Una de las diferencias es que el kawasaki en un 80 % da a niños menores de 5 años, indica Andrade. Mientras que quienes presentan el SIM son pacientes mayores a 5 años de edad y pre-adolescentes.
Enfatiza que los casos de coronavirus en los infantes la mayoría son benignos y en los que han presentado SIM el mayor porcentaje se han recuperado satisfactoriamente.
La mortalidad es baja, señalan las tres pediatras. En el hospital Roberto Gilbert se han dado 23 casos de SIM.
El SIM no deja secuelas a largo plazo, manifiestan las pediatras, de lo que se sabe hasta ahora. Es importante señalar que las conclusiones científicas se podrán ver luego de estudiar varios casos y por un tiempo prolongado.
EXPRESO escribió un primer tema sobre el COVID-19 y el kawasaki en mayo, en ese mes todavía no se conocían estos casos en el país. La evidencia salió en los últimos días de mayo y con más luces en junio, porque es cuando los padres salen más a los doctores. Antes se hacía solo telemedicina, señala Frías.
Otro punto que tienen muy claro los pediatras, y Frías lo enfatiza, es que el SIM y el kawasaki no tiene su origen solo en el coronavirus. Antes se daban también por otras enfermedades, solo que ahora se han incrementado los casos por el COVID-19; pero todavía se considera una enfermedad rara, porque no les da a todos y el porcentaje frente al total de pacientes es bajo.
El kawasaki es una vasculisti, es una inflamación de pequeños y medianos vasos. Entonces como se ha visto esta inflamación en el SIM se lo ha denominado kawasaki like, parecido al kawasaki.
Frías asegura que a la consulta privada están llegando niños con cinco días de fiebre, dolor abdominal y diarrea. Entonces, hay que hacer la prueba de COVID-19 y estar pendiente del SIM o kawasaki like.
Cuando los niños desarrollan el SIM se los lleva a la Unidad de Cuidado Intensivo y suelen estar allí más o menos dos semanas, hasta ahora la mayoría en Guayaquil se han curado. Y por eso la pediatra, María Luisa Félix, advierte que no se debe crear alarma alrededor de casos que son excepcionales. “El número de pacientes son pocos, para tener una idea en toda la Unión Europea hay 150 casos de SIM, estamos hablando de todo un continente. En Ecuador los casos también son pocos”, manifiesta.
Agrega que lo importante es que los doctores estén al día con los síntomas, para diagnosticar y poder dar el tratamiento apropiado. “La alarma debe ser solo para el personal médico no para la ciudadanía, porque el porcentaje es bajo”, reitera.
Lo que sí deben tener claro la ciudadanía es que no deben automedicarse y que deben buscar a un doctor para que dé el diagnóstico y la medicina ante cualquier síntoma, “y mucho cuidado con los remedios milagrosos para el COVID-19”, advierten las pediatras.