Lagunas de oxidación: el cuestionamiento apunta a las industrias y no solo a Interagua

Hace poco más de una semana EXPRESO anunció que ante el malestar que generan las lagunas de oxidación de Guayacanes, cuyos olores se han percibido hasta en La Puntilla (Samborondón) y han afectado incluso el valor de las viviendas, el tema había llegado a la Asamblea. Ayer, como parte de ese proceso, que incluye que entidades como el Municipio de Guayaquil e Interagua emitan los informes que confirmen qué acciones se han ejecutado para remediar el problema; el asambleísta por CREO, Francisco Jiménez, hizo un recorrido por la planta para tener una idea más clara del estado en el que se encuentra.

El miércoles anterior la misma visita la hizo el exsocialcristiano César Rohon, ahora legislador independiente. Y en ambos casos, si bien los olores fueron “fuertes pero soportables” (como lo constató este Diario, presente en el recorrido); los asambleístas se comprometieron a hacer nuevas visitas y a conocer -en el caso de Jiménez- en qué estado descargan las aguas residuales las industrias, que son las que aportan más carga orgánica.

A decir de Ángela Castaño, gerente de tratamiento de aguas servidas de Interagua, las molestias que este 2021 se han reportado y que, argumenta, se inhalaron solo en julio, lo que dista totalmente de lo que han denunciado los ciudadanos; no tienen nada que ver con la realidad de hace tres años, generada entonces por la cantidad de sulfuros que recibía la red.

“Por haber crecido tanto la cuenca, por ser para el 2018 más larga y las aguas negras pasar asimismo más tiempo en la red, hubo una subida de olores; que además se vio afectada por haber más zonas industriales que potenciaban la producción de sulfuros. Sin embargo, cambiamos la reconformación de las lagunas, instalamos el agua de una forma más compacta..., en fin logramos mitigar el impacto. Este año, solo hubo picos altos dos días, posiblemente porque alguna industria hizo una descarga mayor”, dijo Castaño; quien no precisó cuántas ni cuáles son las industrias que hacen un mal tratamiento a sus aguas.

Esa información, agregó el director general de Interagua, Jerome Cardineau, quien lleva en el cargo un año, la tiene la dirección municipal de Ambiente, quien se encarga de emitir además las sanciones. En este punto del diálogo, que surgió previo a la caminata, que no duró más de 20 minutos, Jiménez cuestionó que no sea el consorcio el ente sancionador.

“¿No es acaso una debilidad para ustedes no emitir la multa a los industriales? Derecho sin sanción es solo anécdota, y es lo que está pasando”, señaló, al sugerir que pidan esa competencia y advertir que esa información que ahora quedó en el limbo la pedirá al Cabildo.

Ya en el recorrido, que se lo realizó por las lagunas que oxigenan las aguas y dragan el sedimento, y por la que permanece con las aguas verdes estancadas porque no está en funcionamiento (se le están haciendo adecuaciones para que, como las otras, mejoren su capacidad y aportar más aire); los funcionarios fueron explicando uno a uno los tratamientos, tipo de tecnología y filtros que usan para tratar las aguas.

Procesos que, pese a los argumentos de la entidad, en agosto pasado dieron pie a que el Municipio inicie un proceso administrativo contra la operadora por el inadecuado manejo de las actividades en las estructuras. Sobre este punto, del que ni el Municipio ni Emapag se han referido, pese a los mails y solicitudes de entrevistas planteadas por EXPRESO; Cardineau señaló que están recabando y emitiendo la documentación y justificaciones que confirmen el trabajo que se ha hecho. “Todo esto será luego analizado y ya veremos. Falta alegar. Lo que ha pasado, es normal. Pasa. No es cuestión de incompetencia”, defendió.

Consultado sobre las inversiones que se ha hecho en las plantas desde que se creó y los porcentajes que, solo por citar un caso, Interagua destina a la obra del total de lo recaudado por el pago de servicios; Cardineau dijo que lo respondería en otra entrevista. “Quiero emitir las cifras exactas. Tengo entendido que desde el 2018 se ha invertido $ 11 millones, pero tendría que recuperar el detalle de cómo y dónde se ha invertido. El Plan de inversiones, que es quinquenal, lo tiene Emapag”, señaló.

Lo que sí dejó claro es que las esperanzas de las autoridades están puestas en la planta de Los Merinos, que de acuerdo a la agenda está todavía en proceso de adjudicación y tratará las aguas residuales de 1,5 millones de habitantes del noreste. “Ahora, se está dosificando cloruro férrico en las estaciones de la red (aguas arriba de la planta) para limitar los efectos. “Estamos haciendo pruebas para ver si los olores que suelen sentirse bajan todavía más, pero no es la solución definitiva. Los Merinos lo es”, señaló.

Jiménez acepta la explicación, pero debate que la construcción final, como se prevé, esté lista recién en cuatro años. “Debe ser en menos. Quizás hoy los olores fueron casi imperceptibles, pero eso es hoy. Quizás mañana, en un día más caluroso, el escenario sea otro. No podemos arriesgarnos a esperar tanto... Y las industrias, pues a esas hay que monitorearlas. El Ministerio de Ambiente debe sí o sí trabajar más con la concesionaria y el Municipio. Esta es una mesa de tres patas y deben trabajar en conjunto”, advirtió.

Respecto a la rehabilitación que está recibiendo una de las lagunas, expertos consultados en el tema advierten que el procedimiento es el adecuado y el que debió implementarse hace un buen tiempo atrás, cuando la capacidad de descarga receptada superó los límites previstos. Que las lagunas estén aireadas es lo correcto, concuerdan, por lo que resta determinar cuál es la cantidad de aire que necesita la que está inactiva; que ayer fue la única que no emitió ningún tipo de olor.

“Por tener el agua estancada, esta debió emanar gases muy fuertes; que no lo haya hecho refleja que le pusieron agua oxigenada, oxígeno de polvo o alguna sustancia, lo que está bien. Que se tomen medidas correctivas es lo idóneo. Lo que hace mucho debió pasar”, señalaron. Es lo que siempre debe pasar”