Costa de Oro Salinas
Costa de Oro. El vecindario es residencial, sus calles son de tierra y en cada lluvia, como amaneció el martes, se forman lagunas enormes en ellas.Joffre Lino

Las “lagunas” del vecindario que los vecinos desprecian en Salinas

El invierno agudiza el abandono de Costa de Oro, en Salinas. En la Milina conviven también con el polvo y el fango

La guayaquileña Allison Bermúdez tiene una casa vacacional en la ciudadela Costa de Oro, en Salinas. Vive en Guayaquil y cada fin de semana, por años y pese al estado en el que se encuentra el vecindario, se ha refugiado en el balneario para descansar. Este año, sin embargo, hacerlo se le ha vuelto más difícil; debido al lodo, los baches y las ‘lagunas’ que se han formado sobre las calles de tierra que, al menos, por 30 años han afectado a sus habitantes.

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Salinas quedó bajo el agua luego de fuertes lluvias

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En estas, el agua se ha empozado y el mal olor que emanan empieza a llegar a las viviendas, incluso si las ventanas están cerradas, alerta.

Carolina Mejía, quien habita también en este barrio, donde las familias pagan impuestos prediales superiores a los que cancelan en Guayaquil, en ciertos casos; las lluvias y el abandono en el que se encuentra el sector queda reflejado además en la maleza que rodea las viviendas.

“Los solares vacíos son una selva. Se supone que esta es una zona residencial, aledaña al mar, al centro comercial, a una maternidad y ciudadelas y condominios que, no sé cómo, le apuestan a levantarse todavía aquí. Se supone que vivimos en un área privilegiada. Un área que lamentablemente en época de lluvia se vuelve más decadente”, señaló Elizabeth Campuzano; quien habita a una cuadra de esa playa que no puede ver, sino apenas oír, puesto que se lo impide un matorral que desde enero no ha parado de crecer.

El lodo me enferma, el polvo me enferma. Me pone mal ver el entorno que nos rodea. Son tantos años con las calles así, en mal estado. Que hagan algo ya, pero ahora.

Enrique Castillo,
vecino de Costa de Oro

Enrique Castillo, también guayaquileño, vive desde hace dos décadas en La Milina, una zona con características similares y los mismos problemas. Allí, los charcos son parte del escenario que las familias detestan. “Salir en bicicleta a dar un paseo, traer a los amigos y hacer una parrillada en esta época es imposible. ¿Quién en su sano juicio quiere invitar a alguien a una zona donde hay solo fango y todo huele a fango? Estos son los problemas eternos de Salinas. Los que nunca hallan ni hallarán solución”, se quejó Alberto Soria, habitante del lugar.

Costa de Oro Salinas
Cerca de Costa de Oro, en plena vía principal que conduce a Salinas, el agua permanece empozada, siempre en invierno.Joffre Lino
Ballenita

El abandono atraviesa las calles de Ballenita

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Para Castillo, si bien el mal estado de las calles está ligado con la naturaleza, por ser repetitiva la molestia, las autoridades debieron solucionarla. “Todos sabemos cuáles son las zonas vulnerables, donde se forman las pozas de agua, entonces allí deben efectuarse los trabajos. Con el área técnica municipal debieron hace rato ejecutarse las soluciones, pero no se ha hecho nada”, manifestó Castillo.

En las ciudadelas Puerta del Sol y La Milina, como publicó EXPRESO, tras una serie de quejas y críticas, el Municipio de Salinas ha empezado a construir el alcantarillado sanitario que, según dijo el alcalde Daniel Cisneros, se extendería a la zona de Costa de Oro.

Costa de Oro Salinas
Sobre los charcos revolotean ya decenas de mosquitos, de forma permanente.Joffre Lino

Que las labores estarán listas en seis meses y que, tras ello, empezarán a asfaltar las calles en estos barrios, asegura el Cabildo. Sin embargo, esas palabras no las toman en serio.

“Nos han tomado el pelo tantas veces, que hasta no ver las maquinaria en las calles internas no creeré nada. Seguiré pensando que nos roban de frente, que al alcalde poco le importa recibir bien a las familias que creyeron en este territorio y al que le dimos el voto. Que hagan la obra, que llegue será un milagro. Que sea así, que ojalá sea así”, sentenció la residente Mélida Araujo, quien vacaciona en La Milina.

Pero hasta que la promesa se cumpla, dicen al unísono los moradores, urge que la Alcaldía tape los baches, aunque sea con piedra para que no acumule agua, al igual que las zonas donde se han formado pozas que superan los tres o cuatro metros de extensión.

Espero que con la llegada del alcantarillado, esa promesa prometida en años, finalmente todo mejore. Tener como vecino al lodo y charcos de agua no es satisfactorio.

Carolina Mejía,
Habitante de Costa de Oro
La Milina Salinas
En La Milina, la situación se repite. Baches y lagunas de agua en las calle son parte del escenario.Joffre Lino
Punta Blanca

Punta Blanca, en completo abandono

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“Que traigan bombas para que extraigan el agua, que lo hagan pronto porque los zancudos nos están enfermando. Que el Ministerio de Salud reaccione también a esto y haga algo, que por lo menos fumigue. Que no nos dejen más, todos, en completo abandono”, señaló la residente Isabel Solórzano.

En La Libertad y Santa Elena, los otros dos cantones de la provincia, el panorama es idéntico. Hay barrios y calles bajo el agua. “En toda la provincia, ninguna autoridad se preocupa por su gente. A ellos, está claro, no les molestaría vernos circulando en botes o boyas por los barrios, ante las trabas y dificultades para movilizarnos”, piensa Sebastián Orejula, de La Libertad.