Guayaquil: Las llamadas con tendencias suicidas crecen en diciembre
ECU 911 alerta de un aumento fuerte y anormal de los casos en Guayaquil. La inseguridad, inestabilidad económica y males personales, entre las causas
Diciembre, pese a que es el mes de las fiestas y, para muchos en el mundo, un sinónimo de alegría, también es el período donde se acentúan las llamadas con tendencia suicida. El ECU 911, según los datos que emitió a este Diario, advierte de un considerable aumento de tipo de llamadas en comparación al año 2022 en Guayaquil.
La atención psicológica por las pérdidas aumenta en Navidad
Leer másDe acuerdo a William Muñoz, jefe médico de Segura EP, en diciembre del año pasado se registraron 6 llamadas de este tipo, mientras que hasta el 26 de diciembre de este año, se contabilizaron 67 llamadas. Un dato poco común, según Muñoz, que detalla que febrero y mayo son los meses con más llamadas de este tipo, debido a las emociones evocadas por San Valentín y el Día de la Madre.
El especialista explica que el aumento ha sido progresivo, que se ha venido dando desde octubre y que la inseguridad que experimenta el país ha sido el detonante.
Nadia, de 21 años, guayaquileña, es parte de esa data. Ella confirma haber llamado al ECU 911 con la intención de autolesionarse. Nadia fue víctima de un secuestro, intentaron abusar de ella y desde entonces vive con terror. “A veces siento que hasta me drogaron y dudo de todo. Tengo todo el apoyo de mi familia y me está ayudando. Estoy recibiendo terapia y por ahora he dejado de ir a la universidad. Cuando hice la llamada, hace un par de semanas, es porque tuve un bajón. Me sentí ofuscada y pues pensé en hacer lo peor. Hoy, estoy consciente de que quiero sobreponerme y salir de esto”, reconoce a EXPRESO.
Lea también: La salud mental, otra víctima de la violencia en Guayaquil
Para otras entidades como el Instituto de Neurociencias, que también lleva el registro de este tipo de alertas, diciembre es un mes donde se percibe un aumento, pero no tanto como noviembre y enero, donde las llamas son permanentes.
Según el psicólogo José Rivadeneira, integrante del centro AnimaEc, que lleva el reporte de las emergencias de este tipo, en 2021 el Instituto de Neurociencias atendió 1.529 llamadas; en 2022, 2.811, y hasta el 26 de diciembre de este 2023, la cifra alcanzó las 4.500.
El incremento para este diciembre no solo fue grande, sino inusual para las fechas. Pues febrero y mayo son los meses que más recibimos este tipo de llamadas a la central.
La salud mental, la deuda pendiente con Guayaquil
Leer más“Del total, 420 corresponden a las de este mes que ya termina. En noviembre hubo 671, sigue siendo la época de mayor incidencia”, asevera Rivadeneira, quien proyecta que para enero de 2024 se duplique el resultado obtenido en este mes.
Para el psicólogo, este aumento de casos se ve relacionado con varios factores, siendo la crisis económica, de seguridad y laboral, como las causas más importantes.
“Aunque este sea el caso ahorita, en general, en noviembre hay más casos porque viene la ansiedad y preocupaciones sobre las deudas y el hecho de pensar con quién se pasarán las fiestas. En enero, el panorama es otro. La soledad y las deudas que dejaron las celebraciones influye en todo”, comenta Rivadeneira.
En esto coincide la psicóloga y gerente de la clínica Psiconciencia, Rosaura Flores de Valgaz, quien hace énfasis en que al menos hasta la segunda semana de enero estos sentimientos de tristeza, inadaptación y falta de autovaloración se mantienen con fuerza.
Lea también: El confinamiento y la ansiedad ahora se dan por la inseguridad
Y aunque la tendencia suicida no está presente en todos los casos, sí lo está la ansiedad y la depresión, que suele tornarse crónica.
Para los ciudadanos extranjeros o de otras provincias que viven en Guayaquil, estas fechas sí agudizan la tristeza que sienten por no compartir con sus familias.
Ese es el caso de Isabel Romero, universitaria originaria de Esmeraldas, quien optó por quedarse en la ciudad por su trabajo y no pudo compartir con su familia las fiestas. “Hablé con ellos por videollamada, pero no fue lo mismo, me hicieron falta. Me sentí vacía y sin ningún ánimo, por más que antes había comido en casa de un amigo y su familia, no fue lo mismo. Y ahora solo pienso en ello”, relata.
Si bien esta fecha no es la más fuerte, las personas están afectadas por la soledad y deudas que se experimentan en este mes, lo que genera que estas llamadas surjan.
Hasta la movilidad juega en contra del paciente del sur
Leer másMiguel, de 33 años, argentino, no pudo asimismo estar con sus padres y hermanos en su país natal, por cuestiones laborales. No obstante, a diferencia de Isabel, sí hizo una llamada a los centros de ayuda porque estaba teniendo -asegura- pensamientos “raros, demasiado negativos”.
“No quiero ahondar en eso porque sé que todo lo que pasó por mi mente el 24 de diciembre, no era yo. Quienes me atendieron vía telefónica me lo recordaron. Esa noche simplemente me ganó la depresión. Me separé de mi esposa hace apenas un mes, pasé la Nochebuena sin mi hija. Fue un cúmulo de cosas. Caí, pero me levanté, que es lo importante, además de pedir ayuda. En estas fechas todo es extremo: mucha alegría o mucha tristeza. Por eso urge que en la ciudad, haya más espacios o personas que en estas fechas claves estén ahí para darte esa mano que te puede salvar la vida”, exhorta.
Frente a esta situación, los expertos hacen un llamado a identificar lo que nos pasa y le pasa a nuestro entorno. “Las familias deben empaparse de lo que significa la depresión y vivir lejos de los tabúes. Tratar los problemas emocionales a tiempo sana y evita pérdidas. La sociedad debe tener más empatía. Ese puede ser un gran soporte”, indica Flores de Valgaz.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!