TRAGEDIA INVERNAL EN MANABÍ
Ana Segovia y otros vecinos caminan entre la palizada de lo que era la vía principal de El Mate, en la parroquia Calderón, Portoviejo en Manabí.ALEJANDRO GILER

Lluvias, muertes y lodo: Ecuador, a merced del invierno

Las lluvias cobran vidas y causan desastres. Provincias, en alerta roja, luchan contra inundaciones que arrasan comunidades

Pasan los días y los estragos de las lluvias se van haciendo cada vez más notorios en el país. Salvo Galápagos y la provincia de Sucumbíos, donde aún no se registran daños, los demás territorios están marcados por inundaciones, deslaves, colapsos estructurales e incluso muertes. Para muchas familias ecuatorianas, este invierno ha sido catastrófico.

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Localidades más afectadas 

Según el último informe emitido por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, desde el 1 de enero de 2025 hasta la tarde del 24 de febrero, se han registrado 871 eventos adversos debido a las lluvias en 23 provincias del Ecuador, afectando a 162 cantones y 408 parroquias (ver gráfico adjunto).

Los eventos más recurrentes han sido los deslizamientos de tierra (43,28 %), las inundaciones (35,94 %), el colapso de estructuras (5,74 %), los socavamientos (5,74 %), además de los vendavales (4,13 %).

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Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro (en la Costa), junto con Chimborazo y Cotopaxi (en la Sierra) encabezan la lista de provincias donde las calles se han convertido en ríos, o zonas donde el concreto ha quedado cubierto por tierra.

Efectos de la lluvia

Solo en Guayas, las inundaciones han afectado al menos 10 cantones, incluidos Daule, Naranjal, Pedro Carbo, Guayaquil y Durán, poniendo en riesgo a cientos de familias y colapsando infraestructuras claves como carreteras, canales de agua potable y puentes. Según el Inamhi, en un solo día se ha registrado el volumen de lluvia esperado para dos semanas, lo que agrava todavía más la situación.

Lluvias en Guayaquil
La fuerte lluvia que soportó Guayaquil entre la madrugada y mañana de este lunes 24 de febrero anegó varias calles.Christian Vinueza
En GuayaquilEl caso del menor que falleció tras ser arrastrado por la corriente y caer en una alcantarilla durante un aguacero no está incluido en el registro de incidentes de Riesgos, ya que la muerte, detalló la entidad, ocurrió en el hospital tras el rescate. Sin embargo, la ciudadanía lo percibe como una tragedia ligada al invierno.
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En Durán, los habitantes de ciudadelas como El Recreo y de calles como Jaime Nebot, Amazonas, Nicolás Lapentti y la 40 claman por ayuda. Allí los enormes baches (de hasta 3 metros de extensión) se transforman en piscinas de aguas negras y lodo en las que se atascan hasta los buses de transporte público urbano. Por eso los conductores han optado por no pasar por estos sitios y cambiar sus rutas por seguridad.

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Nos estamos ahogando, más que cualquier otro año, y eso nos está matando. Tenemos el agua hasta el cuello, no podemos salir a trabajar y la contaminación está ganando terreno. Todos saben que Durán es insalubre: no tiene agua en los grifos, pero sí en las calles, pero sucia, fétida. Nuestras viviendas son un lodazal. Muchos creen que vivir cerca de un cerro es el mayor de los riesgos. Sin embargo, en Durán no estamos rodeados de montañas ni laderas en los barrios, y ese mismo lodo y las rocas los vemos metidos en nuestras casas. El alcalde ha prometido ayuda, actuar a tiempo. Vemos maquinaria, sí... pero nunca un trabajo preventivo. ¿Por qué tenemos que llegar siempre a estos extremos? Es doloroso”, sentencia Lorena Paladines, habitante de El Recreo, territorio en el que ayer aún había aguas estancadas.

Lluvias en Manabí
Ciudadanos caminan entre el agua acumulada en una vía en la parroquia Calderón, en Portoviejo, zona rural de Portoviejo.Alejandro Giler

La situación no es distinta en Portoviejo o Tosagua, en Manabí, donde además de los cuatro fallecidos (de los nueve registrados a nivel nacional en esta época invernal hasta la fecha), hay decenas de familias damnificadas que se movilizan por el espacio público, rural y urbano, en botes inflables, de madera o en lanchas.

Este 25 de febrero en la comunidad El Mate, en la parroquia Calderón de Portoviejo, el panorama fue devastador. La corriente de agua llegó con una fuerza nunca antes vista, cargada de troncos gigantes y lamentos. Sillas, camas, carpas, mesas, cunas, tubos del sistema de riego... todo fue arrastrado por la corriente. En esa localidad, donde la mayoría de los habitantes se dedican al agro, las plantaciones quedaron sepultadas bajo el lodo.

Las unidades de monitoreo de la Secretaría de Gestión de Riesgos, según el reporte publicado la tarde de ayer, registraban 16 cuerpos hídricos desbordados y 27 ríos con tendencia a aumentar de nivel. Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), las lluvias se mantendrán en gran parte del país, con mayor intensidad en el Litoral, al menos hasta el 27 de febrero.

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Provincias bajo alerta roja 

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La noche del 24 de febrero, el COE Nacional declaró el estado de alerta roja para las provincias de El Oro, Esmeraldas, Guayas, Manabí, Los Ríos y Santa Elena. Y la mañana de ayer, a Loja y Azuay, donde a diario las carreteras terminan bloqueadas por las enormes rocas que caen desde la zona alta de las montañas, las declaró en estado de emergencia.

A Noemí Lagos, quien habita en Azuay, le duele que el Gobierno “no haya actuado a tiempo”. “Sabemos históricamente qué pasa con las ciudades, las carreteras, sus ríos y laderas de enero a marzo, año a año, y nunca se toman medidas preventivas. ¿Por qué no se monitorea el estado de los puentes ni se fortalecen las estructuras de las escuelas? Hay gente que está muriendo... Nosotros no necesitamos centros de alojamiento, no queremos llegar a esos extremos. Queremos que los problemas invernales, los cambios de temperatura, las condiciones de los afluentes a nivel país, sean tomados en cuenta. Que cada alcaldía y prefectura actúe, y que a su vez exijan a la Presidencia. El problema es que las autoridades poco o nada hacen. Destinan recursos a obras parche y por eso, tras cada invierno, este nos golpea más. Hoy las alertas están lanzadas, pero de allí a que cambie el escenario en un futuro cercano o para el año que viene, lo veo difícil, a menos que exista voluntad política, la cual, por lo que veo, no existe”, manifiesta.

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