Luces de Navidad alumbran la fe en un barrio de Playas
Los vecinos de Renacer han convertido la basura en adornos para embellecer el lugar donde habitan. Ahora quieren crear un parque ecológico recreativo
Es el último barrio en la periferia de Playas, limita con la maleza y un río de aguas malolientes que bordea la parte este del casco urbano. Sus calles son de tierra y en las noches unas escasas luces apartan la oscuridad que los rodea. Pese a este deprimido panorama, el barrio tiene un nombre con el que pone su grito de fe de mejores días.
Renacer es el nombre que le pusieron hace tres meses, cuando surgió la idea de embellecerlo con el esfuerzo de cada uno de sus habitantes, dice José Escalante, quien lidera la organización del barrio. “Pensamos que la Navidad sería la fecha ideal para iniciar con los arreglos y el cambio”.
Hombres y mujeres comenzaron a reciclar llantas, cajones de frutas y otros materiales para en largas jornadas darles forma de tortugas, renos, pavos reales, aves, peces, arbolitos navideños y hasta una réplica de la noria La Perla de Guayaquil.
Con esfuerzo y fe, todo es posible. Queremos ser ejemplo para otros barrios, pero el Municipio debe de darnos la mano para poder lograr nuestro objetivo.
Todo fue hecho de manera manual, indica Melchora del Carmen Ponce, miembro de la familia Ponce Morales, que impulsa el cambio en el sector.
Algunos objetos fueron convertidos en maceteros, a los que les pusieron flores, para luego colocarlos en las aceras de tierra que ahora adornan las polvorientas calles.
“En diciembre todos hicimos la ‘vaca’ para comprar luces de Navidad con las que iluminamos las figuras y las fachadas de las casas. También hicimos un nacimiento. Hoy el barrio está iluminado con lo que yo llamo las luces de la esperanza y la fe de mejores días”, señala Elizabeth Morales, quien confeccionó un pavo real del caucho de una llanta. Su elaboración le tomó tres días.
Jésica Azules es la encargada de realizar las novenas del Niño Jesús, junto al pesebre. Dice que para la Nochebuena se está organizando una chocolatada para todos, incluso para los visitantes.
“Si Dios lo permite y estamos vivos hasta esa fecha, vamos a celebrar la Navidad como se debe: en paz y con mucho amor, que es su verdadero significado”, destaca Melchora.
Martha Villacrés, presidenta del barrio Altamira, que colinda con el sector Renacer, hace las gestiones para repartir juguetes y dulces a los infantes.
No todo debemos esperar que nos hagan las autoridades; aquí todos estamos unidos y en lugar de quejarnos nos hemos puesto a trabajar.
Ni la pobreza ni la pandemia han sido impedimento para mejorar el barrio y convertir la basura en adornos hermosos, manifiesta Jorge Barre.
“El sector siempre ha estado descuidado, eso fue lo que nos motivó a darle vida, color y nuevo rumbo para que los niños se sientan bien en esta Navidad”, expresa Aracely Olvera, otra habitante, mientras sus hijos juegan entre los adornos.
Elizabeth Morales asegura con optimismo que piensan crear un parque ecológico recreativo y convertir al barrio en un atractivo turístico.
Rafa Quintero, quien visitó el sector, dice que este trabajo es un ejemplo de emprendimiento de personas que, pese a sus pocos recursos, hacen un esfuerzo para mejorarlo.
La mayoría de los habitantes de Renacer se ganan la vida como vendedores ambulantes. En sus triciclos recorren las calles y la playa ofreciendo jugos, granizados y helados.
Al término de su jornada laboral regresan a arreglar el barrio, aunque reconocen que les faltan recursos para comprar más foquitos y plantas.
Los moradores llegaron a poblar este sector del este de Playas hace más de 30 años, cuando allí solo había matorrales.
Cada año las calles del barrio quedan más angostas, pues el río Arenas (que lo bordea) en cada invierno va socavando el terreno. Sus moradores piden al Municipio que limpie el lecho del río, a donde van a parar las aguas servidas de guías clandestinas de alcantarillado. También quieren asfaltado.
