Los males que enferman a los vecinos de La Garzota
Las alcantarillas están colapsadas y los parques están descuidados en la III etapa. Vecinos exigen atención a las autoridades electas
Cuando a los habitantes de la tercera etapa de la ciudadela La Garzota, norte de Guayaquil, se les pregunta por los males que padece este sector, no dudan en mencionar cuatro contra los que han venido luchando desde hace varios años: el pésimo estado de las alcantarillas, la falta de semáforos, el descuido de sus parques y la inseguridad que los obliga a vivir encerrados, como en el resto de la ciudad.
Carlos Zambrano, quien habita desde hace 20 años en la manzana 111, dice estar cansado por el rebosamiento constante de las alcantarillas, lo que genera malos olores. “La situación empeora cada vez que llueve, porque las aguas servidas se estancan en las veredas y en las afueras de las casas, convirtiéndose en foco de contaminación”, menciona.
Este problema ya va para dos años. “Las cuadrillas de Interagua vienen un día a arreglar el problema, pero a los pocos días otra vez están rebosadas”, detalla Aracely Mendoza, quien vive en aquella manzana.
Ella agrega que el estancamiento de estas aguas ha acrecentado la aparición de mosquitos, además de que los olores fétidos que despide el lugar ya han mandado a más de una persona al hospital.
En algún momento el Municipio intervino algunos parques, pero se olvidó de las áreas verdes de la etapa 3 de La Garzota. Informamos el problema, pero no fuimos escuchados.
Con respecto a las quejas de la comunidad, Ilfn Florsheim, directora de comunicación de Interagua, informó a EXPRESO que la concesionaria trabaja en el mantenimiento preventivo de redes en este sector, que se ve principalmente afectado por el mal manejo de las trampas de grasa de los establecimientos de alimentos formales e informales que se ubican en la zona.
“Las descargas de grasas producen taponamientos y malos olores por la descomposición de las grasas y lo que queda atrapado en ellas”, explicó, al anunciar que pedirán el reporte de los controles que ejecuta la Dirección de Medio Ambiente, para establecer sanciones.
Al problema del mal estado de las alcantarillas se suma otro: la falta de un semáforo en la intersección las avenidas Camilo Nevárez y Juan Jácome Bonilla, consideradas peligrosas por los vecinos.
“Los vehículos pasan muy rápido y no disminuyen la velocidad, a pesar de que hay un disco pare que fue colocado meses atrás por la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), por pedido de los residentes”, dice el morador Julio Santamaría, quien narra que en esa cuadra se han registrado varios accidentes y choques de carros, por lo que ahora están pidiendo la instalación de un semáforo para evitar desgracias que lamentar.
“La semana pasada se produjo un accidente: dos carros chocaron entre sí. Gracias a Dios, los conductores salieron ilesos”, narra, al recordar que hace tres meses un auto chocó con una motocicleta, por lo que el conductor de esta última tuvo que ser llevado a un hospital para que le suturen una herida en su cabeza.
En esta etapa de La Garzota hay muchos problemas por resolver. Los vecinos nos hemos unidos para tratar de salir adelante, ya que las autoridades poco caso nos han hecho.
“Necesitamos un semáforo o un agente que controle la zona para evitar que el asunto empeore”, pide la residente Andreína Moreira, quien comenta que en varias ocasiones ha estado a punto de que un carro la atropelle cuando ha querido cruzar la calle. Este Diario consultó a la ATM por qué se mantienen las quejas por la falta de señalética y control, pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.
El abandono del parque Las Garzas, ubicado en la manzana 90, es otro de los males que enferman a esta comunidad.
“Los vecinos estamos unidos para cuidarlo y darle mantenimiento. A través del comité promejoras hemos hecho rifas y venta de comida para recabar dinero, lo que nos ha permitido pintar los juegos infantiles y comprar reflectores para alumbrar el espacio. También hacemos mingas frecuentes para cortar la maleza y fumigar, ya que el Municipio se ha olvidado de esta área”, asegura Gustavo Urquija, líder de esta comunidad.
Señala que los parques deben ser potenciados para que la comunidad tenga un lugar de esparcimiento, aparte de darles mantenimiento constante para que se conserven útiles.
Algo similar menciona Sara León, secretaria del comité, quien lamenta que las canchas de fútbol y vóley estén deterioradas y que el piso de estas permanezca cuarteado. “Algunos vecinos se han caído y lesionado al tropezar con las grietas. Por eso, ya pocos quieren utilizar el área deportiva”, enfatiza, al insistir ya no solo a la administración actual sino a la entrante, que incluya a esta etapa en las zonas donde urge atención.
EXPRESO consultó a la administración municipal actual si tiene previsto intervenir el parque tras el pedido de la comunidad, pero no hubo respuesta.
