Maleza colegio
La infraestructura del colegio Patria Ecuatoriana, ubicado en el suburbio de Guayaquil, está en mal estado desde hace más de cinco años.Christian Vásconez / EXPRESO

La maleza es huésped de los planteles desde hace 17 meses

La infraestructura escolar fiscal aún no recibe mantenimiento. Los padres y maestros ayudan con la limpieza. Los planes de mejoramiento no empiezan

Cuando Carlitos Orellana, de 9 años, acompaña a su mamá a dejar el portafolio (tareas escolares) a la institución educativa donde está matriculado, no deja de sentir tristeza; no solo porque aún no puede regresar a clases presenciales para ver a sus amigos y maestros, sino porque cree que ese día está muy lejano a juzgar por el abandono en que se encuentra el plantel. Allí no hay agua potable, los baños están en mal estado, la maleza crece de manera constante y los pupitres se están deteriorando.

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El niño cursa el cuarto año básico en la escuela fiscal Alberto Perdomo, ubicada en la 24, entre la P y la Q, en el suburbio de Guayaquil. En este sector hay otros planteles que muestran el mismo panorama.

“Este problema no es de ahora por la pandemia; antes de esta el colegio ya estaba en mal estado. Lo que hizo el coronavirus fue acentuarlo y dejar al descubierto el olvido en que han quedado algunos planteles”, menciona Carla Cáceres, la madre de Carlitos.

Infraestructura escolar
Un árbol añoso está a punto de caer sobre la pared despintada del colegio Provincia de Cotopaxi, en el sur de la urbe.CHRISTIAN VáSCONEZ

Como ha publicado EXPRESO en varios reportajes, en Ecuador hay 14.000 unidades educativas fiscales; de las cuales el 50 % (7.748) está deteriorada; 2.136, en buenas condiciones; y 1.253, en mal estado porque no tienen agua ni saneamiento adecuado o han sufrido los embates de la época invernal. Pero 81 necesitan intervenciones de forma paulatina porque requieren inversiones sustanciales y algunas deben ser reconstruidas de forma integral, según el levantamiento de datos y visitas ‘in situ’ que realizó en meses pasados el Ministerio de Educación a nivel nacional.

Quisiera que mis hijos regresen a las clases presenciales, porque es difícil que sigan estudiando en casa. Lamentablemente la infraestructura de los colegios no está apta.

Isabel Cevallos, madre de familia

La ministra de Educación, María Brown, informó en días pasados que hasta diciembre se invertirán cerca de 107’800.000 dólares en infraestructura, mantenimiento, materiales de bioseguridad, fumigación, servicio de desinfección y limpieza en los planteles. Pero hasta ahora, pocas unidades educativas han sido intervenidas.

Desde marzo de 2020 las puertas de varios planteles públicos permanecen cerradas; desde afuera se observa un panorama desolador. Unos pocos se mantienen a flote con el apoyo de la comunidad, que se reúne una vez al mes para realizar mingas de limpieza.

En algunos colegios no hay ni agua potable. ¿Cómo podrían los niños lavarse las manos como recomiendan los médicos, si no se cuenta con lo más indispensable?

Karen Sánchez, madre de familia

Este es el caso del colegio fiscal Teodoro Maldonado Carbo, ubicado en la 25 y la K, donde el jueves pasado un grupo de docentes realizaba el desbroce del monte, limpiaba los baños y unos cuantos pupitres.

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“Nos estamos preparando para un posible retorno, pero aquí faltan muchas cosas para recibir a los estudiantes de una manera segura”, comentó un profesor que prefirió no identificarse por temor a represalias de las autoridades que les tienen prohibido emitir comentario que cuestione la administración de estos centros.

Hay otros colegios como el Francisco de Orellana y el Provincia de Cotopaxi, ubicados en el sur de la ciudad, que ya tienen aprobado su plan de retorno desde el 7 de junio pasado, pero aún no reciben estudiantes en sus aulas.

Según las autoridades, todavía no lo han hecho “debido a que los alumnos tendrían que utilizar los buses de transporte público y no podemos exponerlos, ya que en horas pico hay aglomeración de personas y debemos salvaguardar su salud”, respondieron a una consulta formulada por EXPRESO.

Planteles en mal estado
El colegio Teodoro Maldonado Carbo, en el suburbio de Guayaquil, necesita mantenimiento.Christian Vásconez / EXPRESO

Pero los padres piensan que son otras las razones. “Estos planteles no están aptos para el retorno. El desmedido crecimiento del monte en los patios podría favorecer la reproducción de zancudos, transmisores de varias enfermedades”, menciona Carmen Moreno, una madre de familia.

Los exteriores de los locales lucen despintados y su estructura no ha recibido mantenimiento. El desaseo es huésped de ellos, anotan los padres que quieren que sus hijos vuelvan a las aulas.

ApoyoEl Municipio de Guayaquil intervendrá 20 unidades educativas fiscales urbanas y rurales del cantón, en donde se ejecutarán diferentes trabajos.

  • INFRAESTRUCTURA

En septiembre inician las reparaciones

Tras una consulta realizada por EXPRESO sobre ¿cuándo se iniciará la reparación de los planteles en mal estado, la Subsecretaría de Educación de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) informó que se tiene previsto que la ejecución de procesos para mantenimientos integrales o esenciales de la infraestructura escolar se desarrolle a partir de septiembre.

Señalaron que se ha considerado la intervención de dos instituciones educativas en Samborondón y siete en Guayaquil, por un valor de 112.000 dólares, según información disponible en la Dirección Nacional de Infraestructura Física de la Subsecretaría de Administración Escolar.

  • PRESENCIALIDAD

Hay 636 estudiantes en las aulas

En la Zona 8 han retornado a clases presenciales 12 instituciones educativas fiscales: siete de Guayaquil, dos de Samborondón y tres de Durán, según datos proporcionados a EXPRESO por la Subsecretaría de Educación.

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Ellos suman 636 estudiantes que van de manera progresiva a las aulas, desde el 7 de junio pasado, cuando el Ministerio de Educación dispuso el retorno a la presencialidad de manera voluntaria.

A nivel nacional, más de 80.000 alumnos de 943 instituciones educativas lo han hecho, aunque la medida está suspendida hasta el 28 de agosto en la provincia de El Oro, por el estado de excepción que rige por la presencia de la variante delta.