La Mariana de Jesús tiene su sala de espera en la calle
El cierre de la vía ocasiona caos vehicular. La infraestructura no abastece. Dueños de negocios y residentes se quejan de no tener espacio
Abdón Zambrano sale con su taxi desde muy temprano a laborar, pero le molesta observar a diario conos que bloquean un tramo de la calle 27, en los exteriores del hospital del día Mariana de Jesús, al suroeste de Guayaquil. Por el cierre, tiene que recurrir a otras arterias para llegar al centro de la ciudad. “Todos los días es lo mismo; hay ambulancias, carros parqueados en ese cerco”, dice el conductor.
En ese tramo, además, se han instalado dos carpas que corresponden al área de consulta externa y sala de espera de la casa de salud. Allí están familiares de pacientes que esperan su ingreso para sus citas médicas y tratamientos, y otros que aguardan información de quienes están hospitalizados. Su ubicación está junto a un estacionamiento de motocicletas.
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Leer másEn cada extremo de la vía hay dos personas que permiten el ingreso de determinados vehículos, pero unos hacen doble columna, debido a la existencia de una permanente hilera de autos estacionados. En su mayoría taxis particulares.
Silvia Estacio, encargada de la dirección técnica del hospital, recuerda que el establecimiento, en sus inicios, funcionó como un centro de salud, luego maternidad, hasta convertirse en un hospital del día. Admite que estas instalaciones, a diferencia de hospitales como Guasmo Sur o Monte Sinaí, no son las ideales para recibir a las personas y mantener el debido distanciamiento social.
Y es allí que, a raíz de la pandemia, se toma la decisión de hacer el cierre transitorio de la vía. “En el ingreso se han adecuado las carpas para que los pacientes y sus familiares puedan estar más cómodos porque en el área de emergencia consta de un espacio pequeño”, subraya la profesional.
Ella precisa que, a ciertas horas, los carros sí pueden ingresar, pero que esto genera molestia en los usuarios y peatones, ya que pueden ser víctimas de siniestros de tránsito, sobre todo de motociclistas.
Ante ello, ha enviado las respectivas solicitudes tanto a la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) como al Municipio, para evitar inconvenientes en el sector y con los comerciantes, quienes llegan a la popular zona para vender toda clase de productos.
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Leer másXavier Narváez, director de Justicia y Vigilancia del Cabildo, señaló a EXPRESO que esta acción es ilegal y que “nadie puede autorizar eso (el cierre)”.
La ATM, por su parte, respondió, vía correo electrónico, diciendo que, mientras se mantenga activa la sala de espera en la parte exterior de la casa de salud para mantener el distanciamiento físico, detalló que, “agentes y una patrulla controlan la circulación en horas pico para permitir el orden y fluidez en la zona”.
A raíz de la pandemia se toma la decisión de hacer el cierre transitorio, mandando las respectivas cartas de solicitudes de autorizaciones y aprobaciones a ATM y Municipalidad de Guayaquil
Pero a juicio de residentes como Lucía Mantilla, quien tiene una tienda de abastos frente al hospital, la asistencia de los elementos recién se ha hecho notoria en la última semana. “Antes venían (los agentes) de manera esporádica”, dice.
- El virus frenó las mejoras
- Silvia Estacio asegura que en el hospital se tenía previsto un proyecto de repotenciación y mejoras en cuanto a su estructura. "Hubo convrsaciones, planos, pero por las condiciones de la pandemia no se pudo dar", añade la directora técnica y recuerda que la idea consistía en una redistribución de los espacios y un segundo piso.
La mujer agrega que otro problema es la falta de espacios para estacionar los vehículos y responsabiliza a los cuidadores de carros que no solo están en este tramo, sino también figuran en los alrededores.
“Ni porque tengo el local frente al hospital puedo parquear mi carro, que lo debo dejar en otras cuadras. Los taxistas no dejan pasar y ellos son amigos de los guardias y de los que cuidan los autos. Lo mismo va a pasar en la Rosendo Avilés”, argumenta.
La inseguridad y los asaltos de los que han sido víctimas algunos pacientes o sus familiares también alarma a Mantilla, quien recomienda, además, la asistencia de elementos de la Policía Nacional.
No nos beneficia que la calle esté cerrada porque hay personas que llegan muy mal al hospital y tienen que caminar y eso es grave. Los agentes de la ATM a veces llegan y otras no
Un comentario similar otorga Fabricio Alache, morador y trabajador de una funeraria. Él menciona que solo un agente de tránsito llega al sitio y que resulta insuficiente para el control. Asimismo, se queja de no tener espacio para parquear su vehículo.
Sin embargo, el mayor problema, a su juicio, se presenta cuando llegan personas al área de emergencia y se chocan con la imagen de los cuatro conos. “Y pierden mucho tiempo quitando esos conos y la falta de estacionar. Aquí le dan $ 1 al cuidador y ya, por eso hace falta control, dejar la calle abierta”.