Las matinés retro regresan con fuerza y sacuden a Guayaquil
Adultos mayores llenan estos espacios que rompen la monotonía y se abrieron por seguridad
La vida nocturna en Guayaquil se reinventa para no morir. El declive de la diversión dejó sin movimiento a la llamada zona rosa y a sectores como Urdesa y Alborada, donde se concentraban el mayor número de bares y discotecas. Aunque intentan reactivarse, son muchos los locales que han cerrado por diversos factores, siendo el principal la inseguridad.
Ante la resistencia de sucumbir, los dueños de este tipo de negocios decidieron implementar las llamadas matinés retro, para que la farra inicie temprano. Por un pago mínimo por persona, parejas, así como grupos de familias y amigos, de entre 40 y 65 años o más, acuden las tardes de cada fin de semana a bailar al son de la música ochentera.
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La camaradería es tan grande que, aun sin conocerse, todos se agrupan. Juan Carlos Ramírez, administrador de un restobar ubicado en la zona rosa, recuerda haber atendido a un adulto mayor en silla de ruedas. Y es que para divertirse, la edad no es un requisito, ni un impedimento.
Los farreros, algunos de los cuales se distinguen por sus incipientes canas, se aventuran a lanzarse al piso para ejecutar movimientos atrevidos de su juventud. Algunas mujeres se menean despacio o bailan en grupos de tres o cuatro. Eso sí, todas levantan las manos y corean las canciones de su época.
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Leer más“Esto empieza desde las tres de la tarde y termina a las siete de la noche, tiempo suficiente para que los clientes se vayan contentos”, asevera Ramírez.
La razón de ese horario que se implementó durante los jueves, viernes, sábados y feriados es por prevención ante la delincuencia. “Lo importante es que se diviertan, no dejarlos aburrir. Hacemos concursos de baile, hay zumba y música en vivo. Voy de mesa en mesa para animarlos y ellos son felices”, enfatiza Ramírez.
Sostiene que todo se dio tras las sugerencias de muchas personas que querían un sitio donde pasarla bien con música de los 80 y luego salir temprano. Pasadas las ocho de la noche, el local retoma su actividad habitual con todo tipo de música.
Juan Mazón, quien tiene 36 años como DJ, decidió seguir con las matinés retro en su local que está cerca de la Universidad de Guayaquil.
“Es impresionante. Aquí vienen las abuelas a bailar música disco y a cantar los temas de Tormenta, Los Iracundos, baladas de antaño”, explica Mazón, quien al igual que Ramírez implementó un pago módico con el objetivo de que sus clientes puedan divertirse sin el temor a ser asaltados por salir tarde.
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La nueva propuesta de diversión para los baby boomers guayacos
La propuesta de estos bares se convirtió en un imán para los adultos de las generaciones ‘baby boomers’ y X, que alguna vez visitaron las discotecas de renombre en la década del 80, como Infinity, Recuerdos, El Bucanero, Sophy’s, Epicentro, 300 Millones y otras.
“Solo para los ochenteros, abrimos todos los sábados, desde las 14:00 hasta las 19:00, luego seguimos con nuestra programación habitual. Quisimos hacerlo los domingos, pero no resultó”, admite el DJ.
Dayse Miranda, ama de casa, es una de las más interesadas en disfrutar de esa propuesta. Dice que está formando un grupo con amigas y familiares para correr a divertirse, ya que le atemoriza estar fuera de casa pasadas las ocho de la noche.
El único sitio que ponía tan solicitado repertorio musical y que inició con dicha temática cerró sus puertas luego de la pandemia, pero reabrió y siguió dentro de un club local. “Actualmente atendemos a los clientes solo viernes y sábado, desde las 18:00 hasta las 03:00, horario que lo hemos mantenido desde que abrimos hace 20 años”, dice Juan Carlos Llerena, administrador del local.
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Leer másSegún Patricio Pareja, presidente de la Asociación de Centros Nocturnos de Guayaquil, además de la inseguridad, son varios los factores que han limitado la actividad nocturna de la urbe, llevando a cerrar muchos locales.
“Primero fue la pandemia. A esto súmale la falta de dinero, la gente ya no sale como antes porque no tiene dinero o prefiere ahorrar. Además, los toques de queda, los continuos estados de excepción y los apagones terminaron por aniquilar la vida nocturna”, lamenta Pareja, quien pese a todo ha logrado mantener a flote su bar.
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Además, tiene otra discoteca que solo la alquila para eventos. Incluso hubo noches durante el aviso de cortes de luz en las que le tocó alquilar una planta eléctrica móvil para no perder a su clientela.
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