El médico escolar desaparece de los establecimientos fiscales
Solo hay 12 profesionales para 500 colegios públicos de la Zona 8. En los privados la situación es diferente. Se activa el Plan de Salud Escolar Integral
Cuando Melissa Medina, de 7 años, sufrió una caída en la escuela, la que le ocasionó una pequeña rotura en la cabeza, su maestra Susana Rivera tuvo que proporcionarle los primeros auxilios, debido a que el plantel no cuenta con un médico escolar, como lo establece el Manual de Atención Integral en Salud en Contextos Educativos (MAIS-CE), suscrito entre los ministerios de Educación y el de Salud.
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Leer másLuego de ayudar a la estudiante, Rivera dejó al resto de los niños en el aula y acudió con la menor hasta un centro de salud cercano al plantel para que la atiendan y cojan puntos en la cabeza hasta que lleguen sus padres.
Aparte de dar clases a los alumnos de tercer año de básica en una escuela ubicada en Monte Sinaí, noroeste de Guayaquil, la maestra también debe ejercer la labor de médico: cura las heridas de los pequeños que se caen y proporciona pastillas para el dolor de cabeza y estómago.
Con la ayuda de los padres de familia ha adquirido un pequeño botiquín que cuenta con gasa, esparadrapo, alcohol, agua oxigenada, entre otros implementos básicos de salud para atender cualquier emergencia de sus alumnos.
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Leer más“Hay que ayudar a los niños cuando se lo puede hacer, por eso la importancia de un doctor en el plantel”, afirma.
Este es el panorama en la mayoría de los planteles fiscales, en donde el médico escolar prácticamente ha desaparecido, debido a la falta de partidas en el Ministerio de Educación, que hasta ahora es la entidad encargada de contratarlos y de cancelar sus haberes.
Los centros educativos públicos que cuentan con dispensarios médicos tienen personal incompleto, como el caso del Patria Ecuatoriana, en donde no hay reemplazo para el galeno titular en caso de que este tenga que ausentarse.
Al igual que los colegios privados, los fiscales deberían tener un departamento médico, como lo tuvieron hasta el 2007, cuando inició el desmantelamiento.
En otros colegios fiscales, como el Ileana Espinel o Batalla de Tarqui, por ejemplo, no hay médicos y mucho menos enfermeras que deberían formar parte de la plantilla de salud escolar.
En los planteles particulares la situación es diferente. Allí no solo tienen un médico, también cuentan con enfermeras, odontólogos y hasta nutricionistas para ofrecer ayuda a los estudiantes. Estos profesionales forman parte del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE).
En la Zona 8, que abarca los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, hay 500 planteles fiscales, pero solo existen 12 profesionales de la salud, entre médicos, odontólogos y enfermera, para atender a los alumnos, según informa a EXPRESO Tomás Ruiz, presidente de la Asociación de Médicos Escolares, quien lamenta esta situación.
La Ley de la Federación Médica aprobada en 1991 por el Congreso Nacional (hoy Asamblea) dispuso que por cada 500 estudiantes debe haber un galeno. Los planteles fiscales y particulares acataron la resolución y comenzaron a montar sus dispensarios con los respectivos profesionales.
Creo que es obligación de una institución educativa, de cualquier sostenimiento, tener un médico que aborde situaciones que tenga el estudiante y que le impida aprender.
No obstante, en 2009 esa ley fue derogada por el gobierno de Rafael Correa y paralelamente se comenzó a desmantelar los centros médicos instalados en las escuelas y colegios.
“Han quedado unos pocos departamentos médicos en el sistema educativo fiscal, mientras que en el particular este servicio quedó institucionalizado para beneficio de sus estudiantes”, menciona Francisco Plaza, expresidente de la Federación Médica Ecuatoriana y gestor del programa Médico Escolar.
La labor de estos profesionales es preventiva y educativa. Aparte de atender las dolencias de los estudiantes, ellos deben dar charlas a los niños para que conozcan sobre ciertas enfermedades para poder prevenirlas, así como de cuidados en caso de problemas virales.
Además, se encargan de manejar una ficha para mantener un control de los niños y así conocer su estado de salud y especialmente si han completado su esquema de vacunas, en el caso de los más pequeños.
Es una lástima que los niños que se educan en planteles públicos no cuenten con un servicio médico interno que pueda atenderlos en caso de algún tipo de emergencia.
Pero desde el 2000 no se ha creado ni una sola partida médica para el sector educativo. “La ley está, pero no se cumple. Ahora nos quieren trasladar del Ministerio de Educación al de Salud, pero con el mismo sueldo y a otras localidades del país. No nos parece justo”, informa un galeno, quien prefiere el anonimato porque las autoridades educativas han prohibido hablar con los medios de comunicación sobre el tema.
A lo que se refiere el médico escolar es que desde diciembre de este año ellos estarán a cargo del Ministerio de Salud que deberá cancelar sus haberes, según consta en una reforma que está vigente desde 2014, pero que no se ha hecho efectiva por falta de presupuesto, según se pudo conocer.
Educación informó a EXPRESO que en coordinación con Salud, en octubre pasado se activó el Plan de Salud Escolar Integral para continuar con la prestación de servicios de salud a la comunidad educativa de las instituciones del país.
Con ello, médicos, odontólogos, enfermeros, tecnólogos y todo personal vinculado a la salud en los colegios, se encargarán de aplicar este nuevo plan, con el propósito de detectar enfermedades, riesgos y discapacidades en todos los ámbitos: psicológicas, nutricionales, odontológicas y desarrollo.