Medio siglo en espera de un puente
Los habitantes del recinto La Playita del cantón Daule tienen prohibido enfermarse en las noches. El Cabildo avanza en la obra
Amargo. Recordar a varios vecinos que han fallecido por no contar con una canoa para trasladarlos a algún hospital y atender de manera inmediata sus dolencias, resulta doloroso para el agricultor Édgar Morán.
Eduardo Mota lo acompaña en esa pena, pues ha sido también testigo de esas situaciones y otras necesidades que se han presentado en el recinto La Playita, del cantón Daule, por la falta de un puente que los conecte con la ciudad, especialmente para salvar vidas. “Cuando nos enfermamos hay una gran desesperación, todo es dificultoso”, resalta Mota.
Tras los reclamos ciudadanos, Daule tendrá su oficina para tramitar la licencia de conducir
Leer másAmbos amigos están a la espera de que concluya la construcción del puente peatonal colgante que se instala en el sector Riveras Opuestas. Una obra por la que han esperado cincuenta años y que, según las autoridades municipales, será una realidad.
Las 120 familias que residen en La Playita, ubicado frente al malecón de Daule, provincia del Guayas, cuentan que durante décadas han vivido una odisea, especialmente en las noches. Si no hay embarcaciones fluviales, ningún habitante puede salir del recinto, aunque tenga una emergencia.
El puente, que atravesará un tramo del río Daule, tendrá una longitud de 154 metros y conectará al malecón del cantón con el mencionado recinto. Está previsto que los trabajos, que se iniciaron en julio pasado, culminen en abril de 2022, dijo Alejandro Cedeño, vocero del Cabildo.
El funcionario indicó a EXPRESO que además de la estructura de La Playita también se está construyendo un puente metálico sobre el estero Banife, que conectará el malecón con la calle Balzar. El proyecto de estas dos obras tiene un costo de 3’323.161,47 dólares.
Detalló que el puente de La Playita tendrá ascensores en ambos lados, para facilitar la movilidad de personas con discapacidad, mujeres embarazadas y adultos mayores, “Con estas obras, estamos dando vida al río y fuerza al turismo, que no ha sido explotado como se debe”, resaltó el funcionario municipal.
Los pobladores están ansiosos por ver terminada la obra. El 70 % de los residentes viven del turismo, actividad que también se ha visto afectada por la falta de un paso que facilite la venta de comida típica, como seco de pato y gallina, entre otras delicias de la gastronomía costeña.
“Anhelamos que pronto esté el puente para seguir reactivándonos económicamente, ya que la pandemia que vivimos nos ha golpeado a todos”, comenta Julia Mora, comerciante de dulces.
Con este puente peatonal, todos los habitantes de nuestro recinto viviremos una nueva vida y sacaremos rápido el arroz y maíz que cosechamos.
Deseamos que pronto esté el puente, para poder transitar de día y de noche, ya que por más de cincuenta años hemos esperado esta obra.
