Un microinvento que salva vidas y traspasa fronteras

Unos ‘guantes invisibles’ contra los virus, una mesa multiusos de todo tamaño, un sistema para el traslado de carga en volquetes; pero sobre todo, un colector endometrial, son parte de los inventos que ha creado el doctor Carlos Miranda Zavala, un ginecobstetra e investigador ecuatoriano, cuya labor profesional ha traspasado fronteras.

El pasado 9 de noviembre de 2022, el médico recibió la condecoración Asamblea Nacional de la República del Ecuador, Dr. Vicente Rocafuerte, por sus méritos científicos e investigativos, orientados especialmente al cuidado hormonal, quirúrgico, entre otros, de la mujer.

Su nombre saltó en reconocimiento al Día del Inventor Internacional, por el desarrollo del colector endometrial, un pequeño dispositivo descartable estéril con microchip, que colecta toda la sangre u otros fluidos del interior del útero, para poder hacer el estudio histopatológico, bacteriológico, etc., de manera más rápida, menos invasiva y con mayor posibilidad de detectar a tiempo algún cáncer, en esa zona de la mujer.

“De otra manera el interior de la cavidad uterina no es accesible a menos que sea por métodos invasivos, introduciendo instrumentos dentro de la cavidad, esto inevitablemente implica el riesgo que se siembre una infección que hay afuera o en el interior de la cavidad uterina que la paciente sufre inflamación, dolor, riesgos de perforación, de infección y los riesgos propios de la anestesia... hasta riesgos de un embarazo”, explica el profesional.

El invento consiste en un dispositivo descartable esterilizado pequeñito que tiene un embudo, un tubo y un tanque. En este hay un líquido que es preservante celular, donde todas las células que caen en el recipiente se conservan automáticamente. El tubo, que hay en varios diseños, dependiendo del análisis que se necesite hacer, va dentro de un tampón vaginal que la paciente utiliza como cualquier otro, durante la noche, y al siguiente día lo envía al médico.

“En algunos casos, cuando hay fuertes sospechas de que sea cancerosa la lesión, se introduce un microchip que luego se escanea”, señala el investigador al detallar que en un seguimiento de 200 casos con sospechas de cáncer, primero introdujo el dispositivo y luego hizo la biopsia. Eso le permitió darse cuenta que es como cualquier otro método, con un margen de error de 0,15 %. Si se lo realiza tres veces llegaría a un 100 % de efectividad. Con el método afirma que ha salvado unas veinte vidas, a las que detectó a tiempo cáncer u otras patologías.

El aparato ha sido patentado en Ecuador, dos en Estados Unidos y en Europa (Francia), donde Miranda tiene pacientes. Con orgullo resalta que tiene la única patente de dispositivo médico en EE. UU., en la historia, según ha constatado su abogado.

Considera que los beneficios del dispositivo son impresionantes, tanto por el costo que significa hacerse una biopsia, como el alcance para las organizaciones humanitarias o gubernamentales de ayuda en salud, que podrán extender sus coberturas humanitarias a bajo costo.

“Se pueden analizar muchísimas pacientes en un solo día, pues no deben ingresar. No se necesita personal médico. Se eliminan los riesgos y sus costos. Se descongestionan las consultas. Se puede efectuar un rastreo extensísimo de la población (todas las mujeres) a un costo irrisorio. Se eliminan las ausencias laborales”, sintetiza.

Su invento, trabajado también con el patólogo Gustavo Rubio, lo ha participado a otros médicos ecuatorianos. Anuncia que dentro de a poco se elaborará en serie el colector para que salga a la venta al mercado.

Lamenta que, aparte del gesto que recibió por parte de la Asamblea Nacional, no hay más apoyo a la ciencia médica ecuatoriana y más aún por los demorados trámites que se deben realizar. Sacar la patente para el gel le tomó dos meses en Estados Unidos;pero sacar el registro sanitario en Ecuador, año y medio.

En las próximas semanas tiene previsto sacar con un laboratorio el ‘guante invisible’, un gel antibacterial para las manos, al que ha denominado K.O. VID, que surgió tras la pandemia de la COVID-19.

¿Qué lo hace diferente de los demás antibacteriales? Según explica, tiene un componente activo que destruye los virus y las bacterias y el producto permanece en la piel, así se limpie o lave las manos, con una cobertura del 100 % durante dos horas, lo que baja gradualmente hasta las 4 horas. “Además, es un suavizante de la piel, tiene un efecto desinflamante muy potente”, afirma.

Actualmente, añade, está trabajando en los efectos inflamatorios que produce dolor en los óvulos vaginales;además de un sistema de transporte para personas con discapacidad física, que les permita movilizarse de mejor manera con su andador para poder levantarse y andar, así como un dispositivo para volquetes, que también está patentado.