El “milagro” de la iglesia San Francisco

El mal estado de las principales iglesias católicas de Guayaquil ha sido uno de los grandes males que EXPRESO ha venido contando en una serie de reportajes. Con fisuras en sus estructuras, inundadas o con goteras, infestadas de murciélago o con sus paredes cuarteadas, han permanecido por meses, aun cuando además de ser históricas y un atractivo turístico, son Patrimonios Culturales del Ecuador; que han quedado en el olvido por parte de las autoridades competentes.

Hoy, sin embargo, la iglesia San Francisco, ubicada en el corazón de Guayaquil, ha empezado a restaurarse con apoyo de la sociedad. Esto, después de que en noviembre pasado un pedazo de su cornisa haya caído en la plaza San Francisco, donde a diario se concentran decenas de personas. Afortunadamente, reconocen los feligreses, en el instante en el que cayó el trozo de cemento nadie circulaba y no hubo heridos.

Frente a esta situación, la directiva de la iglesia inició en diciembre una serie de trámites para reparar parte de la estructura. Luego de meses de papeleo, finalmente empezaron los arreglos en el templo, que ahora permanece lleno de andamios.

EXPRESO realizó un recorrido por las instalaciones y pudo constatar los labores que se realizan.

“Desde que ocurrió lo de la cornisa nos pusimos a trabajar para mejorar nuestra iglesia. Pero recién en febrero obtuvimos los permisos. Estamos trabajando principalmente en la fachada para que luzca mejor y todos los feligreses se sientan a gusto y seguros, que es lo más importante”, explicó el fray César Morales, sacerdote principal de la iglesia.

En el sitio, además de limpiar y mejorar la fachada, se están corrigiendo e interviniendo los acabados y tapando las fisuras en las paredes.

El padre César Morales explica que los trabajos que se realizan han sido posibles gracias a la gestión de la comunidad cristiana. “Aquí nos está cooperando la Comunidad Franciscana, el Concejo Pastoral de la Parroquia, los devotos de Jesús del Gran Poder y el pueblo católico guayaquileño. Todo es netamente privado y se está invirtiendo alrededor de $ 70.000”, explicó; al hacer hincapié en que por parte del Municipio, recibió solo la ayuda para obtener los permisos para ejecutar los trabajos.

Mientras EXPRESO estuvo en el sitio, pudo notar que los fieles católicos que visitaban a la iglesia se sorprendían por las enormes estructuras colocadas en los exteriores de la iglesia.

“¡Qué bien! Nos alegra ver que arreglan la casa de Dios. Esto es una gran noticia. Llevaba mucho tiempo ya en un estado preocupante”, aseguró Miguel Mena, quien llegó junto a su esposa a la casa de oración. “Somos de Socio Vivienda y cada vez que podemos venimos a rezar. Supimos lo de la cornisa y ahora ver que la están arreglando nos llena de felicidad. ¡Esto es un milagro!”, aseguró el ciudadano, haciendo alusión a que en Guayaquil hay muchas otras iglesias que también tienen problemas en sus estructuras, pero no han sido reparadas.

El fray César Morales, consciente de ello, aseguró que esto es un gran avance para la comunidad católica y espera que la acción se pueda replicar en las demás edificaciones. “Todos somos una sola familia en la fe y esperamos que esto también motive al resto para que puedan realizar mejoras en sus iglesias”, concluyó.

Marisol Moya, contratista a cargo de las labores, aseguró que solo se está trabajando en la parte externa, más no en la estructura, puesto que está estable. “Creemos que en unos dos meses estará completamente lista. Debido al clima, los animales (palomas y murciélago) y otros factores, la estructura se ve afectada y eso es normal”, explicó; haciendo énfasis en que los problemas de la San Francisco, aunque visibles, no son tan graves como sí lo son en otros espacios religiosos o patrimonios culturales.

Para Keila Santiesteban, quien por años ha acudido a este templo, en el que se casó y bautizó a sus niños, según relató, es de aplaudir el apoyo que ha dado la ciudadanía y las comunidades cristianas; pero es también reprochable que las autoridades no tomen en cuenta los riesgos que conlleva no invertir ni reparar espacios de este tipo.

“A una iglesia acuden decenas, por no decir cientos de personas siempre. ¿Qué pasa si se registra una fisura? ¿Si se cae la cornisa y ahora sí muere alguien? ¿El Municipio o el Ministerio de Patrimonio y Cultura han analizado el estado de cada iglesia o bien histórico del Puerto Principal? ¿Por qué no toman en cuenta las alertas? Esos sitios, si estuvieran bien puestos, podrían como en México ser un imán incluso para el turista. Lamentablemente aquí todo es desaprovechado. A las autoridades poco les importa lo que tenemos”.

Andrea Jiménez, también guayaquileña, comparte la opinión y va más allá. No se limita a decir que por parte de ambas entidades no hay interés por preservar las iglesias patrimoniales, sino también las casas patrimoniales en la ciudad, muchas en riesgo o en mal estado.

“Tenemos estructuras llenas de historia, que son como museos que perduran en el tiempo, pero que nadie preserva. La Alcaldía y Patrimonio ignoran lo que pasa, pero por conveniencia. No se dan cuenta que olvidarlas implica enterrar el pasado de Guayaquil y pisotear su identidad”, pensó.

EXPRESO solicitó una entrevista con las autoridades de ambas entidades para saber por qué ni una actuó a tiempo o trabajó en conjunto para, económicamente y con su personal, intervenir este templo; pero hasta el cierre de esta edición no fueron concedidas. Este Diario también quiso saber si ahora intervendrán el resto de estructuras en mal estado. Las dudas están vigentes. 

“A otras parroquias les urge ser atendidas”

La experta en reconstrucción de Patrimonios Culturales, Marisol Moya, detalló que el estado de varias iglesias históricas del Ecuador es crítico y que necesitan ser atendidas.

“La San Francisco es como un paciente que está con una piernita quebrada y puede ser fácilmente curada, pero hay otras parroquias que les urge ser atendidas porque tienen un estado crítico”, dijo Moya, que detalló las que tienen mayores complicaciones son La Victoria, La Merced, La Catedral y San Agustín.

Por su parte, la ciudadanía también hace una llamado a las autoridades para que las estructuras sean reparadas. “No queremos desgracias en las iglesias. Pedimos a las autoridades que aporten también económicamente para tenerlas lindas y seguras”, sentenció Ximena Morocho, líder barrial.  

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