Mirar a otros espacios para potenciar el turismo porteño
Dinamizar museos, cerros y estadios son opciones que sugieren expertos para fomentar la llegada de turistas. También fortalecer espacios existentes
Los paseos a lo largo del Malecón 2000 observando la Torre Morisca, el Hemiciclo de La Rotonda o la noria La Perla hasta llegar a la calle de piedra en Las Peñas. Las visitas al parque Seminario para fotografiar a las iguanas o a la Catedral metropolitana. La degustación de platillos en los restaurantes de Puerto Santa Ana o en la calle Panamá. Quienes llegan a Guayaquil por turismo o negocios no dudan en realizar estas actividades dentro de sus recorridos.
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Leer másAquellos son espacios icónicos de la urbe porteña y sitios obligados de visita. Sin embargo, para varios expertos consultados por EXPRESO, la ciudad puede potenciar otros lugares que no están en el mapa de las autoridades correspondientes.
Raúl Suconota, promotor turístico, habló sobre la importancia histórica del barrio del Astillero como eje del desarrollo comercial porteño en el siglo XX.
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Y habló sobre varios espacios que pueden ser intervenidos para la creación de corredores culturales y artísticos.
Que el Castillo de Espronceda, ubicado en las calles Eloy Alfaro y Venezuela, debe ser convertido en un espacio con bibliotecas, salas de arte para exhibiciones, propuso.
También la repotenciación de los astilleros que aún sobreviven sobre la calle 5 de Junio.
“Ahí tenemos el Museo de la Armada Nacional, que sale adonde está el buque Abdón Calderón. No olvidemos que los astilleros fueron grandes constructores de embarcaciones para España y otros países del mundo, pero nada de eso se cultiva, nada de eso se mantiene, por eso es que la juventud no ama la ciudad, porque no conoce su historia”, expresó Suconota.
No deberíamos dejar los atractivos anteriores, más bien tenemos que juntar, crear corredores y distritos turísticos en la ciudad, pero con un criterio de planeación urbana.
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Leer másTambién se refirió a la edificación de corredores gastronómicos en zonas del norte. “Aprovechando nuestros productos como el marisco, el cangrejo, hay áreas específicas, pero que necesitan reestructurarse. Hacer terrazas debidamente seguras, que tengan un ambiente familiar que atraiga al turista. El turista busca lugares donde haya naturaleza, seguridad, buena gastronomía”, manifestó.
Para Aline Gutiérrez, docente de la carrera de Turismo en la Universidad Católica de Guayaquil, los bosques cercanos a la zona urbana deben ser aprovechados por los ciudadanos para desarrollar senderismo, avistamiento de especies de flora y fauna o cicloturismo.
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“Evidentemente necesitan una intervención en términos de facilidades, de seguridad, de accesibilidad, que hagan que se pueda disfrutar”, expresó.
También nombró otro espacio que de a poco ha ido abriéndose camino y que en otras ciudades de la región ha tenido éxito: los recorridos para conocer estadios de fútbol.
“En Guayaquil nuestros equipos de fútbol también ya tienen productos elaborados para que puedan visitar los estadios, entonces la gente puede hacer un tour guiado por el estadio de Barcelona, de Emelec, donde puede pararse en la cancha, visitar las gradas, conocer los camerinos y demás”, dijo.
Antes que buscar otros espacios turísticos hay que repotenciar los que actualmente se promocionan en la ciudad. Esa es la sugerencia de Carla Ricaurte, coordinadora del Grupo de Investigación en Turismo Marino y Costero de la Espol.
Para ello es necesaria una planeación espacio temporal para conectar varios puntos turísticos en un mismo distrito.
El castillo de Espronceda está botado y destruyéndose, cuando ahí debería de haberse hecho bibliotecas, salas de arte para exhibiciones, hacer algo que atraiga.
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Leer másPor ejemplo, integrar recorridos entre las escalinatas del cerro Santa Ana, Malecón 2000, calle Panamá, Museo Municipal y el Mercado Artesanal.
“Cuando hacemos planeación espacio temporal también podemos pensar en otra cosa muy interesante que es entender cómo respira la ciudad turísticamente hablando, cuándo son nuestras temporadas altas, nuestras temporadas bajas, nuestras épocas de eventos, cuándo llega la gente, cuándo no llega la gente”, sostuvo la catedrática.
Los cerros necesitan una intervención en términos de facilidades, de seguridad, de accesibilidad, que hagan que se pueda disfrutar. Son atractivos naturales.
También indicó que es prioritaria la elaboración de un calendario anual de eventos y que estén orientados a turistas de Estados Unidos y Europa.
Asimismo, Ricaurte explicó que en el tema gastronómico, hace varios meses trabajaron en un proyecto sobre la ruta del cangrejo, enfocado en una experiencia más vivencial, es decir, con recorridos hacia las zonas rurales donde se captura a este crustáceo para conocer todo el proceso hasta que llegan a las mesas de los restaurantes.
La ciudad entre el río y el cerro tiene un gran potencial turístico, a la espera de ser explotado.
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