Una montaña rusa que dura seiscientos metros
El mal estado de una calle en la Kennedy afecta al vecindario. Hay familias que han rellenado los huecos con piedras para reducir el impacto
Salir de un hueco para entrar en otro y brincar, de tal forma que no pareciera que uno está manejando en la ciudad, sino en la montaña o en un terreno rocoso; es como describe Daniel Jara, habitante de la ciudadela Kennedy, su paso por una calle de su vecindario que, advierte, está en un estado deplorable hace cuatro años.
Los robos no paran en la Kennedy
Leer másSe trata de la calle 12 A, que inicia en la avenida Francisco de Orellana y termina en la avenida de Las Américas, y que acoge a diario a cientos de vehículos porque comercialmente es activa. En ella se levantan una clínica, un laboratorio médico, un hotel, ocho restaurantes, una librería, al menos cuatro minimarkets y dos locales de compra y venta de autos, además de una productora musical; y quienes visitan cada uno de estos sitios, de alguna forma, precisan sentirse afectados.
Ir por esta calle es una odisea, los huecos han dañado mi vehículo y nadie hace nada por mejorarla. El sector es comercial, atrae visitantes, debería ser tomado en cuenta.
Esta arteria mide casi 600 metros. Y cada uno, se queja la residente Marjorie Domenech, quien habita hace 23 años en el sector, es un dolor de cabeza. “Circular por esta pequeña ruta es ir en una permanente montaña rusa: bache, bache, bache, subidas, bajadas, asfalto partido, calles hundidas; piedrilla, tierra, y en invierno lodo”, piensa.
Para llegar al trabajo, a diario paso por los baches. En el carro los sientes y si caminas es peor. Las aceras no son tan amigables. En las noches, además, falta iluminación.
La oscuridad se extiende a la par de los robos en la Kennedy
Leer másPara Augusta Castro, propietaria de uno de los comedores de la zona, la falta de obras por parte del Cabildo afecta al vecindario y a los negocios. “Tengo clientes que se quejan de nuestras calles y me avergüenza. Si pudiera, con rodillo y asfalto los taparía todos”, cuenta. Los ciudadanos, detalla, se han dado unos buenos golpes en el sitio, sobre todo las ambulancias y conductores que trasladan a pacientes a la clínica San Francisco, que se levanta en esta ruta y en cuyos exteriores hay una de las cavidades más grandes.
En ella ha caído varias veces Joffre Silva, quien habita en Durán, y de forma permanente circula por esta zona para realizarse controles médicos en Interlab; el laboratorio médico que en los días más críticos de la pandemia tenía filas de vehículos en sus exteriores.
Baches y grietas deterioran los accesos a la Aerovía, en Durán
Leer más“Si uno se paraba en la Francisco de Orellana y miraba hacia el fondo (hasta Las Américas), podía ver que en trencito los carros subían y bajaban de los huecos... Este tramo es importantísimo porque acorta camino. Tres veces se me han dañado los amortiguadores. ¿A quién le reclamo? ¿Al Municipio? Debería, pero no nos toman en cuenta”, lamenta el residente Washington Idrovo; que además se queja de que esta vía (al igual que decenas de calles de la Kennedy), por la cantidad de vehículos que se estacionan a los costados, termina siendo angosta.
Por la 12 A, que es unidireccional, queda espacio para que, con suerte, puedan circular dos vehículos pequeños. “Cuando pasan los buses, ya todos nos fregamos. Nos toca esperar, ponernos en fila como un gusanito y esperar”, agrega el médico Orlando Salvatierra, quien labora en un centro médico del vecindario.
Sobre esta situación, EXPRESO solicitó, a través de un correo electrónico, al Municipio las razones por las que no se ha intervenido esta calle en todos estos años, y la fecha y tipo de trabajos que se ejecutarán. Cuestionó además el estado en el que se encuentran otras rutas que se conectan también a la 12 A.
Es difícil vivir aquí por varias razones: los huecos me tienen cansada, tanto o más que ver vehículos parqueados en cada metro. Me gustaría que orden esta arteria, es importante: acorta camino. Además es comercial. Se debería ver la forma de hacer el entorno más agradable.
En la calle Francisco Rodríguez, antes de llegar a la intersección con la Alberto Borges Nájera, hay tres enormes y profundos baches que han tenido que ser rellenados con piedras por los residentes para que el impacto de los carros y las motos al caer, no sea exagerado.
La historia de nunca acabar
Leer más“Las motos y ciclistas se han dado golpes horrendos e incluso a estos últimos las bicicletas se les han dañado. Al menos siete meses tenemos a estos hoyos como vecinos... Hay tanto abandono en la Kennedy”, sentencia Romina Navas, quien también lamenta el estado en el que se encuentran las veredas: con el cemento roto, asimismo con huecos, oscuros, con basura y plagados de malos olores.