Monumentales, pero con vacíos que generan zozobra
Emblemáticas edificaciones de la 9 de Octubre y sus alrededores inquietan a la comunidad. Algunas están abandonadas, deterioradas. El más destruido, el ‘Infierno’
Durante 50 años fue uno de los edificios más concurridos de la avenida 9 de Octubre, por el tramo hacia el Malecón del Salado. A diario, aproximadamente 400 personas acudían en medio de estrictas medidas de seguridad, que incluyó hasta el cierre de una cuadra de la calle García Moreno. En la actualidad, el inmueble de 6 pisos y 5.400 metros cuadrados de construcción, donde funcionó el Consulado de Estados Unidos, ahora pasa vacío, presenta síntomas de deterioro y es utilizado hasta como baño público por transeúntes.
Un bulevar que pierde brillo
Leer másActualmente, el inmueble es de propiedad del empresario Bolívar Rosero, dedicado al sector de bienes raíces, y quien asegura que le dan mantenimiento continuo, además de guardianía privada. “El edificio permanece cerrado y nosotros le damos limpieza... está como decimos nosotros, ‘peluche’”, menciona Rosero al sostener que los inmuebles que pertenecen a la empresa privada se los cuida y se les da mantenimiento. El edificio está en venta, en espera de que se concreten negociaciones con interesados en adquirir el bien, tanto del sector público como privado.
Pero el antiguo consulado, como así se lo conoce ahora, no es el único vacío por el sector. En condiciones de abandono, en venta o alquiler permanecen cerca de una decena de infraestructuras que van desde la calle Tungurahua hasta la avenida Machala, algunas de las cuales están vacías por décadas; y, aunque estén cerradas no dejan de generar zozobra en la comunidad.
EXPRESO solicitó al Municipio de Guayaquil cifras de cuántos edificios o viviendas están en situación de abandono en la ciudad y qué medidas se adoptan en esos casos. Hasta el cierre de esta edición no llegaron respuestas.
La receta que busca revivir a la icónica 9 de Octubre
Leer másEn la 9 de Octubre y Machala, zona comercial, judicial y bancaria, los balcones destruidos del edificio Buendía muestran el abandono que tuvo por años. También ha sido, sistemáticamente víctima del hampa, según cuentan los pocos residentes que hay por el sector o quienes han observado el deterioro y las rejas que fue perdiendo con el tiempo.
“Estuvo botado años, siquiera una década... vivieron unos venezolanos y se llevaron todo. Hace meses ahí hacían de todo... se metieron a un garaje de al lado y se les llevaron los aires... pero ya lo están readecuando, eso da un poco más de vida y tranquilidad”, cuenta Freddy Plúas, residente de la 9.
Pero eso es falla del Municipio, critica el ciudadano Javier Hidalgo, “porque ellos son los encargados de ver cuáles son los solares (o edificaciones) abandonados y que no prestan mayor seguridad... este abandono en ciertas áreas comerciales es una prioridad de delincuencia, inseguridad, inclusive de convivencia de gente que anda por la calle que lo coge como refugio de hogar. Los desmantelan... es problema para la ciudad, para la ciudadanía, todos”.
Persisten las molestias en torno a la prostitución en la avenida 9 de Octubre
Leer másDel lado de la calle Esmeraldas existen otras dos edificaciones de mediana altura, que permanecen cerradas desde antes de la pandemia. Una de ellas aun con mantenimiento; pero la otra, aunque está ‘enjaulada’ también ha sido blanco de la delincuencia.
“El abandono de estas edificaciones traen miedo, zozobra, terror, porque uno no puede dejar sus cosas tranquilas. Medio uno deja la puerta cerrada se va de viaje y regresa ya no están sus cosas en casa”, señala Juan Carlos Jiménez, residente de la avenida 9 de Octubre.
Según ha observado, por el sector hay muchas personas en situación de calle, con adicciones y, presuntos chamberos que se dedican a entrar a los sitios vacíos y abandonados para saquearlos. “Hay recicladores que vienen por el sitio, revisan la basura y se llevan lo que necesitan, pero hay otras personas que no están reciclando sino viendo dónde meterse sin importar que hay rejas, cámaras. Se meten y sacan lo que pueden como les da la gana”, asegura el ciudadano, quien cuenta además que en su vivienda robaron por esa situación, pero de nada le sirvió detener al delincuente. “Me informaron que era mejor dejarlo ir porque... esa persona no tenía antecedentes”.
Los vehículos fueron reemplazados por peatones en un tramo de la 9 de Octubre
Leer másY así han visto saquear de a poco a edificios abandonados como el conservatorio nacional de música Antonio Neumane, en las calles Hurtado y José Mascote, que la policía lo hizo cerrar para evitar mayores daños; o al que ahora denominan el ‘Infierno’, en las calles Luque y Tulcán. En febrero de 2012 se lo remodeló e inauguró como un edificio inteligente, para que funcione la Unidad Judicial Especializada en Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia. Cuatro años después, tras el terremoto de 2016, la edificación quedó afectada y deshabitada por completo. “Su abandono nos ha traído harto pillo, vandalismo y un quemeimportismo. No viene nadie a hacerse responsable de esto que está abandonado, lo que ha afectado bastante a la comunidad”, señala Francisco Aguilar, vigilante seguro del Circuito Garay. Según indica, hace unos meses le hicieron limpieza, pero dejaron a un lado la basura, lo que genera insalubridad, así como un parqueadero interno que está inundado, según el vigilante.
“Los ladrones se van llevando de a poco... se han ‘choreado’ todo el aluminio. Ya no se llevan el edificio porque pesa”, añade Guillermo Espinoza, al señalar una vivienda que hace años fue ocupada por el consulado de Haití, por un tiempo quedó abandonada y se convirtió en ‘hotel’ de indigentes y personas con malas conductas que lo desmantelaron. Ahora, dos perros cuidan la edificación.
Este edificio (Tulcán y Luque) nos ha traído harto pillo, vandalismo. No viene nadie a hacerse responsable de esto que está abandonado, ha afectado bastante.
Adoquines dañados, lejos de mimar al caminante
Leer másNosotros tenemos guardias permanentes, el edificio está cerrado y le damos limpieza, mantenimiento... está, como decimos ‘peluche’.
El abandono de estas edificaciones trae miedo, zozobra, terror. Medio uno se va de viaje y regresa ya no están sus cosas.