El hábitat de alrededor de la morgue de Guayaquil está contaminado
Médicos dan medidas para precautelar la salud. Quienes transiten por allí deben usar mascarillas con filtro
Todas las enfermedades habidas y por haber puede producir un cadáver en descomposición, sentencian médicos consultados por EXPRESO. El lugar donde se encuentra el Centro Forense Guayaquil está altamente contaminado. ¿Qué significa esto?
Francisco Andino
Que los cuerpos que yacían en el contenedor que no refrigeraba hace 22 días emanaron gases altamente tóxicos que contaminaron todo lo que está alrededor del Centro Forense Guayaquil, ubicado en la avenida Rodríguez Bonín, cerca del puente Portete, en el suroeste de Guayaquil. Francisco Andino, médico, experto en epidemiología, señala que hay un riesgo microbiológico, como tóxico, porque los cuerpos expidieron gas metano, como fenoles.
A esos gases, Francisco Plaza, médico, experto en salud pública, expresidente del Consejo Médico Andino, de la Federación Médica Ecuatoriana y del Colegio de Médicos del Guayas, le añade la nitrosamina volátil. Este último como los fenoles provocan cáncer.
Otro de los problemas radica en que los fluidos de los cadáveres también contaminaron la tierra, el agua del manglar y los animales (moluscos y mariscos) que habitan en el estero Salado, y que luego van a las mesas, enfatiza Plaza. A eso se suma que los alimentos que la población puede servirse, en esta zona, estarían también infecciosos.
Eso porque las moscas, cucarachas, roedores y otros animales pueden ser transmisores de diferentes bacterias al tener contacto que pudieron haber tenido con el material descompuesto, expone Washington Alemán, especialista en enfermedades infecciosas y director médico del Centro Infectológico y Neumológico Alemán Rodas. Aún más si es que esos animales entraron a los domicilios o edificios que hay en la zona, dice Plaza. O podrían contaminar las fuentes alimenticias, provocando diferentes enfermedades.
Colapso en la morgue de Guayaquil: Movieron los cadáveres a otro contenedor
Leer másEs por esto que el galeno Plaza recomienda que los alimentos sean bien cocinados, especialmente si son moluscos y/o mariscos, y que el agua sea bien hervida. También quienes moran o trabajan en el sector, deben tomar medidas de cuidado, entre ellas: asearse frecuentemente las manos y las caras. Además, bañarse tantas veces como sean necesarias, en el día, agrega. La ropa debe ser hervida.
Franklin Ormaza, oceanógrafo y docente investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral y director de la StationD-GYE, comenta que los vientos en la ciudad han estado en el rango 3-5 m/s, una velocidad normal. Estos vienen del lado sur y/o suroeste de la ciudad, lo cual “es lo típico para este tiempo”, por lo que, desde ese punto de emisión de los gases tóxicos, el viento los tuvo que haber llevado al sector norte y/o noreste.
Otro punto a considerar, dice Ormaza, es la fatiga del olfato. “Seguro que la gente que vive muy cerca ya tiene el olfato fatigado, es decir, que no huele. No así los transeúntes”. Plaza indicó que los gases irritan las vías nasales.
Por otra parte, Andino recomienda que todas las personas que estuvieron cerca del perímetro, sobre todo el personal que manipuló y que estuvo cerca de los cadáveres del contenedor dañado, como el de Unidad de Servicio Centro Técnico Municipal, deban estar en cuarentena. Esto, con el fin de medir y observar los problemas de toxicidad y microbiológicos que pudieran presentar. “Todas las personas, siempre deben estar en control sanitario para ver si van o no a producir enfermedades”.
Washington Alemán
Ellos deben ser tratados por clínicos infectólogos y por expertos en toxicología que determinen el grado de lesión que podrían tener y en qué tiempo podrían exacerbarse, advierte Andino. Además, de que todos quienes están alrededor de la zona y hayan tenido un contacto más cercano deben hacerse exámenes toxicológicos.
Pero “al no observarse el foco ni generarse las condiciones adecuadas ni establecerse la cuarentena ni realizarse los respectivos exámenes toxicológicos, ni si se determina su grado de lesión…”, el epidemiólogo Andino vuelve a advertir que, si uno de ellos es portador de un microorganismo producto de este hecho, este puede contagiar a otros grupos humanos. “Estamos hablando de vidas humanas, así sea una”.
Pero más allá de establecer medidas preventivas, el galeno Alemán exhorta al Servicio Medicina Legal que “disponga el destino final de los cadáveres que están en los dos contenedores, para erradicar este problema”.