Los cadáveres de la morgue, inhumados por segunda semana
Como al inicio, no todos los que hicieron el proceso usaron trajes de bioseguridad Pasan los días y la fetidez no desaparece
Otras decenas de cuerpos en condición de no identificados por muertes violentas fueron inhumados en las primeras horas de la mañana de ayer. Por segunda semana consecutiva, el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses realizó este proceso en Guayaquil, dos semanas después de que cerca de un centenar de cadáveres se descompusieron en los patios de la entidad.
"Cómo pueden tener cuerpos de más de un año", médicos sobre morgue de Guayaquil
Leer másAlrededor de las 06:00 de ayer, el personal forense ya se encontraba ingresando varios cadáveres en los camiones isotérmicos, en el patio del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, ubicado en la avenida Rodríguez Bonín, cerca del puente Portete, en el suroeste de Guayaquil. Aunque estos tienen capacidad solo para seis cuerpos en la caja de carga, también colocaron otros muertos en el lado lateral de estos.
Gloria Ruperti vive en unas de las urbanizaciones cercanas al Centro Forense Guayaquil y denunció que aún persiste el hedor. “Este se incrementa cuando sale el sol o a las 15:00. No se soporta”. Aseveró que teme por su nieto y por los alumnos de la escuela Patria Ecuatoriana, porque nadie los protege ni el Ministerio de Salud Pública los ha examinado ni ha ido a verificar el mal olor que perciben.
También dijo que hace ocho meses, su hija murió un domingo y su cuerpo fue trasladado a esta morgue, pero no fue refrigerada. El martes que se la entregaron “ya estaba podrida, la tenían afuera porque ese día hubo 36 muertos de Durán”.
Gloria Ruperti
Gabriela Jurado, vendedora informal, manifestó a EXPRESO que una amiga que la había reemplazado en su sitio de ventas de comidas, fuera de la morgue, le había dicho que el jueves a ratos “apestaba”. Ayer prefirió usar mascarilla.
Al principio se podía observar cómo colocaban los cuerpos en los camiones forenses. Varias de las personas que estaban muy cerca de los contenedores y de los camiones no usaban trajes de bioseguridad; estaban vestidas de civiles. A las 07:00, un vehículo de Medicina Legal trató de impedir la visibilidad, pero no pudo. Luego, un bus de la Policía Nacional se estacionó donde estaba el carro forense, delante de una lona plástica negra. Entonces ya no se pudo contemplar lo que hacían.
Media hora después, un convoy salió de la morgue. Una patrulla policial escoltó a los cuatros camiones de Medicina Legal. Tras ellos fue un bus azul de la Policía, todos sin placas. Y cerrando la fila estuvo un Captiva Chevrolet blanco.
Faltan espacios para inhumar cadáveres de Criminalística
Leer másEn cuatro vehículos de Medicina Legal llevaron 40 cadáveres hasta el camposanto Parque de la Paz, en Durán. La ruta empezó por la avenida Barcelona. Iban en fila y no sobrepasaban en un inicio los 50 km/h. Todos en el carril derecho. Algunos transeúntes trataban de tomar un vehículo y otros trotaban.
Los vehículos de la caravana trataban de no separarse, aunque en tramos se distanciaban por el tráfico de las ocho de la mañana. Para ingresar a la avenida Quito, el bus policial quedó en plena intersección. Este y el vehículo blanco se pasaron la roja.
Ni en el puente de la Unidad Nacional ni en ninguna otra parte del trayecto nadie aceleró ni prendió las sirenas, como sí lo hicieron en el viacrucis a Quevedo, Los Ríos, la semana pasada. Mientras cruzaban el puente, las nubes de Guayaquil cambiaban de grises a blancas. El sol comenzó a aparecer.
A las 08:23 llegaron a Durán. Siete minutos más tarde, el convoy entraba por la puerta final del camposanto Parque de la Paz. EXPRESO no pudo acceder. Las puertas fueron cerradas. Varios funcionarios llegaron con los trajes puestos en el bus azul, de vidrios polarizados.
Rubén Darío Baena
A las 09:30 llegó el sacerdote Rubén Darío Baena para bendecir las inhumaciones que el Servicio Nacional de Medicina Legal estaba realizando.
Un equipo de EXPRESO pudo observar desde lejos el procedimiento, hasta que personal del cementerio y forense colocó un telón negro, impidiendo nuevamente realizar la labor periodística.
No todos los que participaron en esta inhumación usaron trajes de bioseguridad. Varios civiles estaban solo con una mascarilla quirúrgica, entre ellos el fotógrafo institucional. El personal del camposanto abandonó el sitio donde estaban realizando excavaciones para que los forenses inhumaran los restos.