
Como mujer es más agredida y como madre es más agresora
Más del 45% de denuncias por maltratos a niños señala a las madres. Puede devenir de una vulneración previa y la responsabilidad en la crianza.
La vulneración de derechos de las mujeres aumenta en Guayaquil. Según estadísticas de la Junta Cantonal de Protección Integral de Derechos, en 2019, recibieron 316 denuncias por maltrato a niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y adultas mayores.
Pero mientras ellas son víctimas, en más del 40 % de los casos de sus exparejas sentimentales, también son victimarias. Las cifras recogidas por la entidad en 2018 y 2019 revelaron que quienes más vulneran derechos de niños y adolescentes son sus madres.
Estos datos fueron detallados ayer por Judith Gálvez, miembro de la Junta, quien precisó que de las 597 denuncias que recibió la entidad por maltrato a menores de edad el año pasado, el 49,25 % fue cometido por sus madres, el 26,63 % por los padres y el restante 6,20 % por otros familiares.
Sin embargo, Patricia Reyes, psicóloga del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer Guayaquil (Cepam), cree que esta tendencia puede devenir de una situación de abuso o maltrato previo hacia la madre.
Todo esto es un sistema, donde todos tenemos que trabajar en conjunto. Las instituciones deben tomar acciones coordinadamente para una correcta atención.
Vicente Torres, secretario ejecutivo del Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil, describió durante el evento que la mayoría de maltratos que reciben los niños son golpes, baños de agua fría, encierros y privación del alimento.
“No se ve al cuidado de los hijos como una actividad compartida, sino que se le delega a la madre. Hay que tener en cuenta varios aspectos cuando se señala a una mujer como negligente, porque muchas veces no quieren hacerle daño a sus hijos”, comentó.
Cuando un hombre violenta a una mujer (pareja y madre), de por sí está ejerciendo una situación de violencia para sus hijos, que presencian estos hechos.
Se refiere a los casos de mujeres que han sido vulneradas o asumen la crianza de sus vástagos. Muchas tienen que encerrar a sus hijos para poder ir a trabajar, dejarlos al cuidado de sus hermanos mayores o no tiene los recursos para darles una correcta alimentación.
“No estoy diciendo que las mujeres no maltraten. Sí lo hacen, pero en cada caso hay que tomar en cuenta lo que está alrededor”, reiteró.
Para Christian Arias, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Bienestar Infantil (AEBI), esto es un reflejo de la normalización de la violencia que no solo existe en Guayaquil, sino en el país.
Para el psicólogo clínico, no es sorpresa que las madres figuren como principales agresoras de sus hijos, porque coincide con Reyes en que hay que tomar en cuenta el nivel de desatención cultural y en temas de derechos que tiene la mujer.
Recién en mayo de 2018 fue aprobada y publicada la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. En esa fecha se otorgó a la Junta la competencia para dictar medidas administrativas inmediatas de protección ante la vulneración de derechos.
“La estadística es fría, dice que la mujer es la que más maltrata (a sus hijos), pero hay que analizar cómo fue atendida en la gestación. No hay un sistema integral donde la mujer no reciba únicamente atención ginecológica, sino psicología prenatal, a la mujer y al cónyuge, independientemente de si están conviviendo o no”, sugirió y criticó la falta de políticas públicas a nivel de salud.
Hay una carencia igual en el tema cultural, pues considera que no existe una asesoría en temas de desarrollo y de crianza infantil. “Algunas mujeres que maltratan a sus hijos fueron maltratadas en su propia infancia y creen que esa es la forma de criar a sus hijos. Creen que golpear a los hijos es sinónimo de disciplina. Es una cuestión cultural, porque se va repitiendo el patrón”, precisó.
Esto tiene relación con otra estadística presentada por Gálvez. De todas las quejas por vulneración a los menores de edad presentadas en 2018 (1.216 denuncias), 82,547 % fueron conocidas a través e instituciones o terceras personas. Es decir, las personas vulneradas, en su mayoría callan.
Las campañas para prevenir vulneración fallan porque se basan en lo negativo. Pero no muestran lo que sí se tiene que hacer, que hablen de crianza respetuosa.
En 2019, de los 597 casos, 317 fueron reportados por las víctimas.
En los casos de violaciones de derechos de las mujeres, la realidad es distinta. De las 275 denuncias que fueron colocadas en 2018, 268 las pusieron las víctimas. El año pasado hubo 302 mujeres agredidas que dieron a conocer su caso, de las 316 denuncias que registró el organismo en total.

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Leer másEn Guayaquil, los sectores donde más se vulneran derechos de niños, adolescentes y mujeres son Nueva Prosperina, Fortín, Flor de Bastión, Monte Sinaí Guasmo, Malvina, Floresta e Isla Trinitaria.
Gálvez dijo que en el proceso de erradicación de este tipo de prácticas hay un cuello de botella que se repite en lo cultural. “Hay víctimas que se niegan a denunciar. Es un tema de educación también”, refirió.
“La negligencia en el entorno familiar es el motivo más común en los casos de vulneración de derechos a niños, niñas y adolescentes; y en los casos de mujeres, el mayor porcentaje de denuncias fueron por violencia psicológica”
— CCPID-Guayaquil (@CCPIDG) February 19, 2020
Ab. Judith Gálvez, miembro principal de la JCPIDG. pic.twitter.com/cL0rLWY34s