El Museo de la Arcilla, desmontado
Será un Centro de Prevención de Enfermedades Infecciosas. Costó casi $ 400 mil y fue movida sin consultar a la autora. Hay piezas afectadas.
En la avenida Barcelona, entre los puentes El Velero y el de la calle 17, Guayaquil acogía al Museo de la Arcilla, un legado de 500 años de la historia ecuatoriana inmortalizado en 14 murales móviles, que le costaron a la ciudad casi un millón de dólares, y que, en silencio y sin consulta a su autora, hoy está almacenado en cajas de cartón en el Museo Municipal, por orden de esta administración.
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Leer másFue la artista Carmen Cadena Navarro quien confirmó a EXPRESO que su obra ya no está allí. Se enteró una mañana, hace más o menos un mes. Una amiga de ella quería llevar a sus parientes, que llegaban de Chile, pero se topó con el escenario que también este Diario encontró estos días. Allí, donde Jaime Nebot inauguró el museo el 15 de noviembre de 2013, no hay nada.
Cadena, después de una visita de inspección y luego de reclamar a la autoridad no haber sido llamada al desmontaje, constató que muchas de las piezas tienen daños severos. El museo, a decir de la artista, ha sido retirado como quien saca la cerámica de un baño, “cual trabajo de albañilería”.
En un comunicado enviado a este medio, David Harutyunyan, el nuevo director de Cultura (e) del Cabildo, aseguró que se cumplieron técnicas de embalaje, con todos los niveles de seguridad requeridos para la transportación de las piezas, “garantizando aspectos que una operación así demanda”.
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Leer más“Cada pieza ha sido guardada de manera individual, con una cobertura de polietileno de 3 milímetros y gel de sílice para protegerlas de factores adversos, como la humedad; además están debidamente rotuladas por ubicación para facilitar su instalación”, afirmó.
Pese a estos detalles de almacenamiento, el funcionario nada especifica acerca de cuál fue la técnica aplicada en el desmontaje, lo que llama la atención de la autora y ha ocasionado este reclamo, que ahora espera un contrato por restauración en donde sí se la tome en cuenta, porque ella vio el estado de las piezas y cree tener más detalles de qué ocurrió.
“Seguro fue un seudoescultor que no tiene estudios ni cultura el que desmontó el museo. El director de Cultura (e) recibió la obra en el piso. No estuvo ni sabe ni tiene conocimiento de cómo fue que se bajaron las piezas; pero por su aspecto, parece que fueron retiradas como si fueran pedazos de cerámica de pared de baño, con pata de cabra”, describe sobre el estado de su obra.
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Leer másFuncionarios municipales que no dan su nombre para este reportaje, por temor a represalias, pero que son parte de las jefaturas del Cabildo, han confirmado que quien mandó a desmontar la obra fue la exdirectora de Cultura María José Félix, señalada por no hacer partícipes a los autores en el proyecto de frases pintadas Letras Vivas, que costó $ 436 mil. Ella fue separada de la entidad tras ese escándalo de presunto sobreprecio que hoy investiga Fiscalía.
El móvil de la decisión habría sido querer llevar allá otro museo, pero ni el Municipio ni María José Félix contestaron a EXPRESO hasta el cierre de esta edición. A la entidad se notificó de este particular vía correo y a la exfuncionaria por mensaje de redes sociales.
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Leer másLa versión del director de Cultura (e) es que la obra será reubicada para conmemorar el Bicentenario de la entrevista de Simón Bolívar y San Martín el próximo año, en la efeméride.
Sin embargo, no explicó por qué no se avisó a la autora ni especificó cuándo se hizo el traslado ni adónde se llevarán los murales, pero adelantó que en el espacio de 80 metros cuadrados donde antes funcionaba el Museo de Arcilla se habilitará el Centro de Prevención de Enfermedades Infecciosas, “que en pocos días brindará servicio a la comunidad”.
“Guayaquil ha sufrido el impacto de la pandemia y en consecuencia, los esfuerzos de la Alcaldía se han volcado prioritariamente a salvaguardar la salud, alimentación y trabajo de la ciudadanía”, aseguró.
Cada pieza que integra los murales ha sido guardada de manera individual, con una cobertura de polietileno y gel de sílice para protegerlas de factores adversos.
Mi obra tiene daños graves. Sacaron las piezas como si fueran cerámicas de baño. Presenté un informe para que se haga la reestructuración. Deben aceptar.
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Leer másLa autora tiene otra versión. “Me dijeron que la idea de sacarlo es porque, para la importancia que tiene, no había concurrencia. Que la idea era llevar a ese sitio algo naturalista. El error, sin duda, estuvo en el desmontaje”.
Cadena considera al hecho como una falta de respeto al arte. “Han afectado seriamente 8 meses de un trabajo de 10 horas diarias y hay muchas preguntas por responder: ¿qué pasó?, ¿por qué se hizo?, ¿quién ordenó?, ¿desde cuándo está afuera y cuánto se pagó para desmontarlo?”, cuestiona.
Aunque el museo costó casi un millón de dólares, las esculturas rodearon los $ 400 mil. La Dirección de Cultura asegura que Cadena sí será parte de la reinstalación de sus obras. Ella emitirá estos días un informe a la autoridad para restaurar los daños. Aún no se sabe cuánto costará eso a Guayaquil.
“Existen protocolos en el manejo de obras de arte”
Hay personal calificado en diferentes instancias del Ministerio de Cultura para preservar el patrimonio artístico de todo el país y es necesario que los municipios aprendan a coordinar interinstitucionalmente estas instancias para no caer en un manejo inadecuado de una obra desmontada, observa Andrea Crespo, escritora, catedrática y candidata a la Casa de la Cultura.
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Leer másEl Municipio tiene una Dirección de Cultura y existen instancias como el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, encargadas de forma macro del cuidado de estos temas.
Guayaquil debió entonces seguir estas rutas. Porque existen protocolos gubernamentales en el manejo de obras. Caminos para respetar ciertos procesos de acuerdo al tipo de arte que se interviene, puntualiza.
“Existe una deficiencia en cuanto a la aplicación de políticas culturales en la ciudad de Guayaquil y en el manejo técnico”, analiza Crespo, quien además es una de las artistas a quien se excluyó del proceso de Letras Vivas, pese a haber elegido un verso de sus poemas.
Se debió tomar en cuenta para el desmontaje, dice, aspectos como el volumen, el peso, los materiales que debían conservarse. “Debieron, en definitiva, solicitar a esos organismos existentes asesorías para proceder al desmontaje de una forma técnica si no se sabía qué y cómo hacerlo y, por supuesto, lo deseable era también que la artista haya participado en todo el proceso”, resalta.