La naturaleza se ensaña con las comunidades afectadas por el sismo
Las localidades Buena Vista, Conchal y Puerto La Cruz, en la isla Mondragón están afectas y piden el levantamiento de un muro de contención
A varias comunidades de pescadores del norte del Golfo de Guayaquil, el santo parece haberse puesto de espaldas tras el sismo del que fueron epicentro el pasado 18 de marzo, pues a la tragedia se ha sumado una fuerte marejada y un temporal inclemente que ha afectado viviendas y esperanzas.
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Leer másAsí lo relataron los pobladores de Buena Vista, Conchal y Puerto La Cruz, en la isla Mondragón, junto a Puná, también afectada por el sismo, como lo relató EXPRESO días atrás que recorrió la isla.
Sismo en Ecuador: las historias del momento en que la desgracia llegó a Puná https://t.co/IJDYpRAdIN
— Diana Sotomayor Z. (@DianaSotomayorZ) March 26, 2023
Tras una semana de lo ocurrido, la desolación causada por la sacudida se agravó con las inundaciones por el aumento del nivel del mar debido al oleaje o marejada que ha trepado el nivel de las aguas hasta la cintura.
Aunque el fenómeno se repite un muchas zonas costeras como Guayaquil, en las comunidades de pescadores del norte de esa región la situación se agrava por el olvido permanente del que ha sido víctima.
El temblor desnudó el abandono y ha dejado en zozobra a la población que clama cualquier tipo de ayuda.
Cristian de la Torre, de la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras (Fenacopec), visitó la zona para recoger información que permita contribuir con las soluciones que requiere la población. Admitió que las de esa región son “comunidades prácticamente abandonadas” que no cuentan con una asistencia estatal adecuada y que necesitan ayuda urgente.
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Leer másSegún De la Torre, la gente del lugar mayoritariamente pide que se levanten muros de contención para frenar la subidas de las mareas hacia las zonas pobladas, así como rellenos sanitarios en los lugares de viviendas.
También alimentación y atención sanitaria, así como la presencia de policías o marinos de la Armadas para que custodien la zona, donde suelen actuar los llamados “piratas del golfo”, delincuentes que roban las capturas a los pescadores.
El psicólogo Camilo Marines, del gobierno local de Puná, también acudió a las zonas afectadas para levantar información, especialmente de las personas con discapacidad, para elaborar planes de ayuda a cargo del Ministerio de Inclusión Económica y Social. Para él, es urgente poner en marcha campañas de vacunación ante la proliferación de vectores epidémicos.
Yadira, una madre de la localidad conocida como Chupador Chico, ubicada en otra zona del norte del golfo, comentó que el sismo de hace una semana ha dejado duras secuelas sobre todo en los niños que no concilian el sueño por las noches y que, además, sufren por la crecida del nivel del mar.
Una de sus pequeñas hijas no olvida lo ocurrido el pasado día 18 cuando la sacudida le sorprendió en un chiquero, del que no pudo salir porque la tierra la botó al suelo con fuerza.
Viviendo a orillas del peligro
Leer másTambién lamentó la caída de una pared que afectó la cocina y ahora es difícil preparar los alimentos.
Una vecina suya, Santiaga Chalén, sigue con los nervios de punta y a veces siente una sensación de vértigo, como si la tierra siguiera temblando.
“Cuando se pegó el remezón yo corría para arriba (de la casa), pero todo se caía” y algo golpeó su brazo que “hasta ahora” le duele, según relató.
Frank Rodríguez, es un joven de la zona, y denunció que la conectividad es muy mala, el internet y la comunicación telefónica a veces depende de que funcione un generador de luz que se prende a determinadas horas.
Algunos postes del tendido eléctrico parecen haber soportado la sacudida, aunque eso no es lo más importante porque el servicio de electricidad sólo hay de seis de la tarde hasta antes de la medianoche