Ciudadela Adace
La mayoría de los negocios de la Adace ha contratado guardia de seguridad privado y ha instalado cámaras de videovigilancia para contrarrestar la ola delictiva.Álex Lima / Expreso

Guayaquil: Los negocios de la ciudadela Adace son víctimas del hampa

A los dueños de los locales les preocupa la inseguridad. La mayoría de las empresa ha contratado vigilancia privada. Piden más patrullaje en la zona

Cuando aún no han podido sortear los efectos originados por la pandemia de la COVID-19, que les causó grandes pérdidas económicas; los negocios apostados en la ciudadela Adace, que colindan con la avenida Juan Tanca Marengo, en el norte de la ciudad, ahora se sienten acorralados por la inseguridad que cada día se extiende a otras zonas.

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En las últimas semanas, a través de videos difundidos en las redes sociales, se ha podido observar cómo tiendas, laboratorios clínicos, locales de venta de repuestos de vehículos o empresas que prestan diferentes servicios, han sido víctimas de la delincuencia.

“Aquí los ladrones rondan a todas horas, mientras el patrullaje de la policía es escaso”, denuncia con enfado Karina Salazar, empleada de uno de los locales comerciales que el jueves pasado fue asaltado.

Ciudadela Adace
Los locales ubicados hacia la avenida Juan Tanca Marengo han sido víctimas de robos, suscitados en la noche y fines de semana, cuando los guardias descansan.CHRISTIAN VASCONEZ / EXPRESO

“En la madrugada, los delincuentes hicieron un hueco en la pared, entraron al local y se apoderaron de varias llantas. En la huida dejaron botados algunos repuestos que fueron recogidos por los guardias de los negocios cercanos que acudieron al lugar al escuchar el sonido de las alarmas”, explica la empleada.

No se puede trabajar con tranquilidad; cada vez que llega un cliente sentimos el temor de que sea un ladrón camuflado y que en el menor descuido saque un arma para robarnos.

Karina Salazar, empleada de un local de la ciudadela
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Pero no es el único hecho registrado en el sector. Hace menos de un mes los delincuentes se sustrajeron la memoria de un carro y días después se robaron un vehículo de un empleado de uno de los negocios ubicados en la avenida Eduardo Manrique y calle sexta.

Miembros de la Policía aseguran que realizan rondas a todas horas, a pesar de que la ciudadela Adace no está considerada por los uniformados como un sector conflictivo.

La colocación de cámaras de videovigilancia, botones de pánico, rejas, puertas eléctricas, han sido insuficientes frente a la violencia y organización con la que actúan los antisociales.

Algunos locales han podido contratar guardias de seguridad privada; pero otros que ya los tenían tuvieron que despedirlos hasta que la situación económica mejore y puedan superar la crisis que les dejó la pandemia.

La presencia de los guardias de seguridad privado logra frenar los robos en los locales que cuentan con este servicio; el resto sufre los embates de la delincuencia.

Oswaldo Suárez, guardia de seguridad privado

“En lugar de que la Policía nos brinde seguridad, nosotros la hemos tenido que buscar por nuestra cuenta, aunque eso nos genere egresos que no todos estamos en capacidad de afrontar”, menciona Carlos Alvarado, dueño una empresa de equipos tecnológicos que tiene servicio de vigilancia privada de lunes a viernes, aunque los fines de semana queda desprotegido, por las mismas razones que tienen los propietarios de otros locales de la zona: la falta de recursos.

No todos los dueños de los negocios o casas tienen la posibilidad de contratar guardianía privado o instalar cámaras de vigilancia; la policía debe brindarnos seguridad.

Christian Sornoza, propietario de un negocio de la zona
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A Christian Sornoza, quien tiene una fábrica de cortinas a pocas cuadras del lugar donde ocurrió el robo de llantas, le da pánico pensar que el hecho delictivo se replique en otros negocios. “Ya no abro hasta tan tarde, porque algunos locales cercanos han sido asaltados en los últimos días. Creo que es una banda grande porque andan en motos y carros”, añade, al recordar que hace dos años dos ladrones intentaron ingresar al lugar trepando por el techo, pero las alarmas sonaron y se dieron a la fuga.

“Queremos contribuir con la reactivación económica del país, sobre todo en estos últimos meses del año en que el consumo crece. Pero se necesitan acciones concretas para frenar a la delincuencia”, menciona Ana León, dueña de un negocio ubicado a la altura de la avenida Juan Tanca Marengo.

Adace
El robo de automotores se presenta con frecuencia en esta zona donde hay poco patrullaje.CHRISTIAN VASCONEZ

Lenín Armijos Loor, encargado de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), perteneciente al subcircuito Atarazana, (Distrito Modelo), que abarca las ciudadelas Adace, Simón Bolívar y Vernaza Norte, menciona que los uniformados ejecutan patrullajes constantes.

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“Lamentablemente siempre hay inconformidad de la ciudadanía. Para nosotros la Adace no es un sector tan vulnerable como sí lo son las otras ciudadelas a las cuales le damos más prioridad por la cantidad de quejas que recibimos”, explica, al aclarar que dicha ciudadela nunca está desprotegida, debido a que allí están asentados hospitales, negocios, talleres y otras tiendas comerciales que necesitan patrullaje diario.

EstadísticasLa ciudadela Adace está compuesta por un 80 % de negocios, empresas, hospitales, locales comerciales, cartoneras. El 20 % corresponde a viviendas.

Pero para los dueños de los negocios y para quienes trabajan en ellos, la acción policial es insuficiente y lenta.

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Lo dice Amanda Benalcázar, quien habita en una de las pocas viviendas que hay en el sector. “En el último feriado intentaron robar en la casa, llamamos a la Policía, pero estos llegaron después de una hora, cuando ya todo había pasado”, concluye.