Los nichos de un cementerio sufren los estragos de la lluvia

En la casa de Narcisa Cosme, ubicada en la cooperativa Julio Cartagena, en el norte de Guayaquil, todos despertaron alarmados, muy temprano, ayer. El agua del fuerte aguacero entró a su vivienda y empapó hasta las camas. Al salir a la calle, la mujer, quien se dedica a la venta de ramos de flores, no tuvo a quien pedirle auxilio porque sus vecinos pasaban el mismo calvario.

Y había algo peor en su vecindario. Al fondo, donde termina el callejón, donde se ubica su casa, desde la pared de al menos 15 metros de alto que cubre una parte del cementerio Jardines de Esperanza, varios nichos se desprendían mientras el nivel del agua subía.

“Nos íbamos a ahogar con los muertos flotando en el agua. Por eso unos vecinos tuvieron que hacer huecos en la pared del cementerio para que el agua drenara”, narró mientras se llevaba la mano a la cabeza al ver el desorden que le dejó la lluvia. “Se nos dañaron los electrodomésticos y perdí al menos $ 50 en mercancía de flores”, lamentó.

EXPRESO acudió al sector y aunque el agua ya había bajado, se percibía un fétido olor, el de cadáveres putrefactos, que evidenciaban, a más de las fotos y videos, lo ocurrido.

José González, coordinador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) de la provincia del Guayas, mencionó a EXPRESO que la mayor acumulación de agua por la lluvia de ayer, en Guayaquil, se registró en las cooperativas Juan Montalvo, zona aledaña a la de Narcisa.

En ese sector cayeron 49,4 litros de agua por cada metro cuadrado. Le siguió el sector de La Chala con 43,7 litros; luego el cantón Durán con 38,3; la ciudadela El Paraíso con 37,2 y la ciudadela Mucho Lote 1 con 35,8 litros.

Desde 2017, los vecinos de la cooperativa Julio Cartagena vienen denunciando por escrito y solicitando ayuda al Municipio de Guayaquil, para evitar inundaciones en cada época lluviosa, pero hasta ahora no han tenido una respuesta. Son al menos 50 familias afectadas.

Este Diario también le pidió una respuesta al Cabildo sobre las obras previstas para este sector y los trabajos proyectados para evitar las inundaciones en el Puerto Principal. No hubo reacción. Por su parte, los funcionarios del camposanto se negaron a conversar sobre el tema.

Ahora, a los afectados no solo les preocupan las inundaciones, sino también las rajaduras de la pared del cementerio, que cada vez son más notorias. “En cualquier momento esa pared se nos viene encima”, expresó Freddy Navarrete, otro morador.

Este sector fue apenas uno de los tantos que quedaron anegados. El Municipio de Guayaquil en un comunicado indicó que se registraron 10 avenidas y calles inundadas. La Av. Felipe Pezo, principal de Jardines de Esperanza, fue una. Allí agentes de tránsito tuvieron que improvisar una vía alterna en un terreno baldío.

En avenidas de otros barrios y ciudadelas, como la Gabriel Roldós Garcés de Sauces 6 y la Benjamín Carrión de la Alborada, la Juan Tanca Marengo, o en las vías de la ciudadela Los Ceibos, la escena era similar. Los trabajadores tuvieron que aguardar más del doble de tiempo para tomar el bus o taxi y llegaron tarde a laborar por la congestión vehicular.

El funcionario del Inamhi detalla además que el pronóstico del clima advierte que hoy y en los próximos días habrá un aguacero de la misma magnitud que el de ayer, acompañado de tormentas eléctricas.