Una noche para recordar a Francisco Huerta Montalvo
Los miembros de la Masonería ecuatoriana le rindieron un homenaje
Francisco en la Medicina. Francisco en la docencia, en la comunicación, en la política, en su rol de exalcalde de Guayaquil, de hermano masón y sobre todo de ser humano. La noche del pasado 19 de julio fue una noche para recordar cada una de las facetas de Francisco Huerta Montalvo, quien fue subdirector y editorialista de este Diario y falleció el pasado 2 de julio.
Gratitud al Dr. Francisco Huerta Montalvo
Leer másLos miembros de la Masonería ecuatoriana organizaron el acto. La Gran Logia Equinoccial del Ecuador, la Respetable Logia Simbólica Vicente Rocafuerte Número 49 y el Segundo Supremo Consejo Grado 33 para la República del Ecuador estuvieron presentes. Y los representantes de todas destacaron la trayectoria de este político de mente atinada del que guardan una serie de anécdotas.
“Hablar de Panchito puede resultar muy simple y fácil. Podemos destacar su accionar social y su operatividad masónica, su fraternidad, su trabajo activo fuera de los templos, su frontalidad en las sentencias... De Panchito podemos decir tanto, por eso dije que puede resultar fácil si simplemente enumeramos. Pero poder escribir y resumir lo que él fue, para mí es imposible, simplemente porque fue un hombre con unos quilates que están por encima de nosotros, los normales ciudadanos”, detalló Winston Gómez Carrillo, miembro del Segundo Supremo Consejo Grado 33; que además recordó de Francisco Huerta Montalvo, médico de profesión, aquellos encuentros en los que se habló de la coyuntura del país, bajo el concepto de la política como filosofía.
Francisco Huerta, un apasionado por la política
Leer másFueron tantos y nunca le faltó tiempo, dijo Gómez desde el Salón de la Ciudad, donde se desarrolló la jornada, en la que también se destacó su gestión para lograr que la masonería salga hacia la sociedad.
En el encuentro los aplausos no cesaron a la par de las fotografías que recordaron sus participaciones más importantes.
Que la situación del país siempre fue la preocupación del exministro de Salud Francisco Huerta, quien se definía como laico, agnóstico y masón; y que la inseguridad, la drogadicción, la delincuencia, la falta de oportunidades, siempre fueron los temas que abordó con ellos a fin de hallar una solución de esas problemáticas, coincidieron.
Sus pensamientos y respuestas más francas también hicieron eco en el salón. “Un hermano masón en una ocasión le preguntó a Pancho cómo quisiera terminar su vida. De pie y a la orden, con el respeto de la sociedad y el afecto de mis hermanos y mis seres queridos, respondió. Que hoy sepas que todo eso pasó, que tu accionar en vida nos iluminó...”, recordó Gómez.
Múltiples reacciones de pesar por el deceso del doctor Francisco Huerta
Leer másGonzalo Zurita, en representación de la sociedad civil y el Comité Ético Político, tomó asimismo la palabra para referirse a la participación que tuvo durante los últimos 15 años. “Hace 14 años, Pancho nos advirtió que el Ecuador se estaba convirtiendo en una narcodemocracia; en 2017 nos previno de que Ecuador estaba eligiendo a un delincuente como vicepresidente, y antes de partir nos dispuso organizarnos porque estamos perdiendo la República. Sus años y trayectoria le permitieron tener un peso en la opinión pública porque esta no tenía un fin político, sino un propósito cívico y patriótico. Pancho amaba nuestro país y luchó con todo lo que tuvo... Ahora seguiremos aportando por la consecución de los grandes intereses nacionales”, indicó.
En el acto, Marcia Gilbert de Babra, presidenta del Consejo de Regentes (CR) de la Universidad Casa Grande y amiga desde la juventud de Francisco Huerta, habló además de su compromiso con la libertad y la igualad. Que él logró ver el estudio como otra forma de libertad, señaló. Que Ecuador ha perdido un hombre de grandes pasiones capaz de defender con su vida los principios en los que creía, agregó. Que la academia ha perdido un grande y que el dolor y el vacío están presentes, indicó; pero que por todo eso, ahora la misión de la ciudadanía está en sembrar entre los jóvenes esa “necesidad de demostrar que sí hay quienes valoran la honestidad y que vale la pena hacerlo”. DSZ