La nula iluminación vuelve más peligrosa a la Orellana
Las luces de los postes ubicados en el parterre central no abastecen a esta avenida Los transeúntes y conductores piden que se repotencie el alumbrado
El reloj marca las 19:30. Esa es la hora acordada por Miriam Cevallos con su esposo, para que la vaya a recoger a la salida del trabajo, en uno de los edificios ubicados en la avenida Francisco de Orellana, una de las más extensas e importantes de la ciudad.
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Leer másLa mujer, de 35 años, no se siente segura al tener que transitar por esa vía y sus calles adyacentes, porque la iluminación es escasa en muchas de ellas. Y si a eso se le suman los problemas que arrastra la zona en los últimos años: inseguridad, accidentes de tránsito constantes, presencia de mendigos y consumidores, entre otros, la tensión es aún mayor.
“Aquí a diario asaltan no solo a los peatones, también a los conductores que paran a la altura de los semáforos. La situación de oscuridad en algunas calles de la zona se presta para eso”, comenta Miriam, a quien el año pasado le robaron su teléfono celular y su cartera, cuando salía de su oficina y se dirigía a tomar el bus que la lleve a su casa.
“Desde entonces mi esposo me viene a ver todos los días y a su lado me siento más tranquila; aunque eso no elimina el problema de la inseguridad que tiene como aliada la oscuridad de la avenida”, anota.
La delincuencia en esta zona está imparable. La poca iluminación acentúa el problema. Hay que andar mirando de un lado a otro, ya que si no te roban, te puede atropellar un carro.
Solo en un tramo de la Francisco de Orellana, desde la Carlos Luis Plaza Dañín hasta la Nahim Isaías, hay más de una treintena de edificios, entidades bancarias, farmacias, hoteles, restaurantes, oficinas, etc. donde laboran miles de personas, quienes deben caminar por esas calles oscuras, una vez que termina su jornada laboral.
En los que va del año, se han reportado cerca de 400 actos delincuenciales en esta zona que comprende al distrito Modelo, según cifras oficiales de la Policía Nacional.
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Leer másEl problema radica en que las luminarias de los postes ubicados en el parterre central de la avenida, no abastecen las calles y mucho menos las veredas. “La luz es de poca intensidad y hay que andar con los ojos bien abiertos para no tropezar con algo en las calles o para que no nos asalten”, menciona Camilo Constante, un joven que debe caminar por la vía al salir de su trabajo.
Camilo sonríe al decir que las luces de los automotores que circulan por la zona o de las carretas de los vendedores informales, que se ubican en las esquinas, alumbran mejor que las luminarias de los parterres que, en muchos de los casos, están tapadas por las ramas crecidas de los árboles que no han sido podados.
Sonnia Espinoza, quien también trabaja por esta zona, dice que se debe buscar solución a este problema, pero que no sea arrancar los árboles, como ya lo han hecho en otras avenidas. “Se debería repotenciar la iluminación colocando más focos, quizá colgados en las esquinas de cada cuadra, para que alumbren hacia las veredas; pero no se puede quedar así. Es un peligro”, expresa.
No entiendo cómo la iluminación es escasa en una avenida tan importante. Hay que dotarla de más luz para la tranquilidad de quienes transitamos por ella todos los días.
Esta arteria vial conecta con ciudadelas como la Kennedy, La Garzota, Ietel, Alborada, Samanes, Los Vergeles, Las Orquídeas, entre otras. Sus habitantes también sufren las consecuencias de la escasa iluminación sobre ciertas veredas.
Carlos Ascencio, cuidador de carros en un cerramiento de la Kennedy, indicó que por lo comercial que es la Francisco de Orellana, la falta de alumbrado en ciertos tramos es un atenuante para el despunte de robos en las zonas adyacentes.
“Los asaltos son frecuentes al caer la noche. Debo estar atento a cualquier movimiento de personas sospechosas que aprovechan la oscuridad para cometer los atracos”, menciona, al destacar que hasta ahora no ha sido víctima del hampa.
Hace dos semanas me robaron la cartera cuando esperaba el bus. También he sido testigo de los atracos que se dan con frecuencia en esta zona, que por las noches luce poco iluminada.
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Leer másNo obstante, reconoce que debido a la fluidez del tránsito y del creciente movimiento comercial en el sector, es necesario el aumento de luminarias.
En cambio, Manuel Piloso, residente de La Garzota, no ha corrido con la suerte de Carlos. Dice que la semana pasada fue atracado por dos sujetos. “Estaba esperando un taxi, cuando me encañonaron y se llevaron la maleta donde guardaba mi laptop. El ladrón huyó y se perdió por las calles oscuras de la avenida”, contó, al reprochar que las luces existentes en la avenida no satisfacen las necesidades que requiere la zona.
Esta avenida comercial requiere más atención, ya que sirve de conexión con varias ciudadelas del norte, cuyos residentes sufren las consecuencias de los problemas existentes.