Las obras que animan a unos, desinflan en otros barrios

La alegría y el agradecimiento que se vivió a lo largo de la calle Juan León Mera, en el sector San Miguel 2, tras el inicio de los trabajos de asfaltado con aceras, bordillos y cunetas;se volvieron tristeza y cuestionamientos a cinco cuadras de la arteria, cuyo sector se verá privilegiado con una de las obras que tanto anhelan otras ciudadelas.

La Juan León Mera es una de las principales vías del este del cantón Milagro, pues por ahí está ubicada la Unidad Educativa Otto Arosemena Gómez, hasta donde acuden decenas de    menores de la jurisdicción. No obstante, en San Miguel 1, el panorama es diferente. No todas sus calles han sido intervenidas, pero la principal necesidad, según sus moradores, es reforzar la seguridad.

Para Sally Merelo, dirigente de San Miguel 1, el problema de las inundaciones es algo que quedó en el pasado con la construcción de un sistema de alcantarillado hace más de diez años. Lo que le preocupa a ella y a las cerca de diez mil personas de esa zona, es la falta de seguridad. “Hace unos seis o siete meses, cuando llegaron a invadir unos terrenos más allá de La Chontilla, nuestra ciudadela se ha vuelto insegura. Ya no podemos estar tranquilos afuera de nuestras casas porque pasan personas desconocidas en moto y nos roban”, comentó la habitante.

Su vecino, Javier Ordóñez, dice que se ha comido “las verdes y las maduras”, en los treinta años que lleva viviendo en San Miguel 1. Su calle es lastrada y comparte la cuadra con algunos policías jubilados.

Ese fue el motivo por el cual, hace más de 5 años, decidieron gestionar la construcción de una vivienda para que funcione como Unidad de Policía Comunitaria (UPC). Pero, desde hace dos años, la estructura está vacía.

“Entendemos a los señores policías. Cuando hay cambios de jefes siempre vienen con nuevas disposiciones y eso es lo que ha hecho que esa casa esté vacía”, indicó el morador. Agregó que, por eso, los robos se han incrementado.

Jorge Ronquillo es un suboficial jubilado de la Policía Nacional y fue quien donó el terreno esquinero, para la construcción de la UPC. Él está consciente, como exuniformado, de los cambios que hay dentro de la institución y, por ello, aseguró que se reunirá nuevamente con sus vecinos para hacer las gestiones y conseguir el personal policial para su sector.

Como consecuencia de esa inseguridad, la cancha y parque de San Miguel 2, construidos hace más de cinco años, lucen desolados.

Es un sitio recreativo que está en buen estado, pero no puede ser usado por los niños del sector, porque existe un temor de ser asaltados por desconocidos que llegan de otros lados y se apoderan del espacio.

Mientras quemaba las hojas secas de un árbol de almendras, una moradora, quien prefirió el anonimato, contó que cuando los niños quieren ir a jugar, llegan jóvenes desconocidos a consumir droga.

“Ni los profesores que llegan a dar clases de deporte pueden estar seguros. Ya por eso dejaron de venir y la cancha permanece ahí, vacía”, agregó.

Frente a esta problemática, el coronel Álex López, jefe del Distrito Policial de Milagro, indicó que desconoce lo de la UPC abandonada. Tiene menos de un mes de haber llegado al cantón y aún se está enterando de cuáles son los puntos más críticos.

Aunque prefirió no adelantar criterios, mencionó que pedirá la información necesaria al respecto y, de haber la oportunidad, hará lo posible para habilitar esa Unidad de Policía Comunitaria, a favor de los moradores de San Miguel 1, para dar mayor seguridad.