Cácara de arroz
Investigación. Docente y estudiantes de la Universidad Ecotec crearon productos como el sílice, obtenido de la cáscara del arroz.Gabriel Cornejo

El poder oculto de la cascarilla de arroz: un residuo que cobra vida en la ciencia

La cáscara de arroz ahora es un material clave para combatir la contaminación, a través de productos como el sílice

La cáscara de arroz, considerada durante años como un diseño agrícola, ha cobrado un nuevo sentido gracias al trabajo de investigación e innovación desarrollado en la Universidad Ecotec. Bajo la dirección del doctor Rafael Luque, investigador del Grupo de Innovación y Desarrollo Sostenible, estudiantes y docentes han logrado transformar este residuo en sílice y bioplásticos con potencial industrial y medioambiental.

“Fue un inicio de un proyecto bien interesante, de poder trabajar con una empresa que tiene el conducto para poder valorizar este tipo de residuos”, afirma Luque. “Estamos hablando de un proyecto que proporciona compuestos de valor a partir de un residuo”.

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Este proceso, que surgió de la experiencia previa del doctor Luque en la Universidad de Córdoba, en España, incluye varias etapas clave: molienda de la cáscara, eliminación de metales y extracción líquida para obtener la sílice. “Es un proceso económicamente factible, y ya lo estamos evaluando para su aplicación industrial en Ecuador”, destaca.

Los protagonistas de la academia

El proyecto no solo ha generado compuestos útiles, sino que también ha enriquecido la formación académica de los estudiantes involucrados. Uno de ellos es Oscar Navia, egresado de la carrera de Ingeniería Agrónoma. "La experiencia fue bastante innovadora. Ayudé en la producción de sílice y me llamó la atención cómo este material puede servir para absorber contaminantes en el agua. Esto es clave para zonas como Guayaquil, donde la contaminación hídrica es alarmante", señala.

Oscar agrega que el trabajo le permitió unir su formación con la revolución de los residuos. “Nunca me había planteado esto. Ahora entiendo cómo una carrera como la mía puede ser parte de la economía circular”.

cascarilla de arroz
Investigación. La cascarilla de arroz pasa por un proceso de tratamiento en laboratorio para convertirlo en productos como el sílice.Cortesía.

Otro estudiante, Carlos Camba Pérez , también destaca el impacto de este proyecto en su vida académica y personal. "Yo vivo en Daule, la capital arrocera. Ver que un residuo que normalmente se quema, generando gases de efecto invernadero, pueda transformarse en algo útil como sílice, me cambió la visión. Este material tiene potencial para absorber contaminantes y crear catalizadores", explica.

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Camba también apunta que, aunque el proyecto ha dado resultados prometedores, aún hace falta apoyo institucional. “Lamentablemente, aún no hemos contado con respaldo del municipio para realizar capacitaciones o incentivar a empresas que quieran sumarse”.

Un futuro sostenible

Desde Ecotec, el proyecto ha involucrado a estudiantes y docentes de carreras como Ingeniería Agrónoma, Ambiental y próximamente Ingeniería Química. "Estamos tratando de vincularlo con asignaturas como valorización de residuos y procesos sostenibles. Es una forma de acercar la academia a las necesidades del país", indica el especialista Luque.

La alianza entre universidad e industria también ha sido clave. "La cooperación academia-industria es fundamental en un país como Ecuador. Nos abre muchísimas puertas", concluye el investigador.

Este tipo de iniciativas no solo ofrece soluciones técnicas para la gestión de residuos, sino que también promueven la conciencia ambiental y el desarrollo sostenible desde las aulas. Un claro ejemplo de que la ciencia, cuando se conecta con la realidad local, puede transformar problemas en oportunidades.

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