Todos los ojos puestos sobre la Francisco de Orellana
Las quejas por la inseguridad de esta avenida llevaron a la Policía a realizar un megaoperativo. En el sitio hay agentes encubiertos
Luego de que EXPRESO publicara una nota que reflejó el grado de inseguridad que conductores y peatones, a diario, experimentan en la avenida Francisco de Orellana, una de las más extensas e importantes de la ciudad; la Policía realizó un megaoperativo, la tarde del pasado lunes, para identificar presuntos delincuentes, verificar su identidad y confirmar si han cometido ya delitos.
Dos presuntos delincuentes heridos tras impactarse contra un patrullero
Leer másLas quejas se multiplican y giran en torno a la inseguridad en la avenida Francisco de Orellana, donde cada vez con más frecuencia, son comunes los robos.
— Diario Expreso (@Expresoec) November 16, 2020
“Sabemos que hay delincuentes que pululan por esta arteria y que cometen los robos entre las 06:00 y las 08:00, y las 17:00 y las 20:00, cuando hay embotellamientos. Hay denuncias de que la mayoría son extranjeros, estamos investigando”, dijo a EXPRESO el general César Zapata, comandante de la Zona 8 de la Policía; durante la jornada en la que participaron cerca de 50 uniformados, que se movilizaron en motos y patrulleros por los cuatro puntos más conflictivos de la vía, que también fue monitoreada desde el aire en un helicóptero.
En los puntos, que fueron precisamente los denunciados por la ciudadanía a este Diario (ver gráfico), los agentes llegaron de sorpresa y empezaron a reunir a los comerciantes informales y limpiaparabrisas que se encontraban sobre los parterres para revisarlos. En la intersección con la avenida Rodolfo Baquerizo, uno de los sitios intervenidos, estos últimos intentaron dispersarse, aunque con muy poca suerte.
En total, fueron 9 las personas de nacionalidad ecuatoriana y 10 venezolana las que fueron detenidas en la jornada por estar indocumentadas. Ellas fueron trasladadas al Cuartel Modelo para verificar su identidad y su récord policial. “Presumimos que quienes no portan sus papeles, son delincuentes prolíficos. Eso lo veremos en las próximas horas y de acuerdo a eso actuaremos”, señaló. Esto, mientras los ciudadanos observaban con cautela y reconocían sentir un “gran alivio”.
“Lo que están haciendo hoy lo hemos venido pidiendo por meses. En la Orellana si no eres víctima de un robo, eres testigo. Yo he sido los dos. Este 2020 los asaltos se han multiplicado y te los han hecho con más osadía que nunca: a plena luz del día, con armas, sin vergüenza”, relató Ronald Trujillo, habitante de El Cóndor, quien anhela que todas las miradas estén puestas sobre la ruta.
La Orellana y las ciudadelas que se conectan con ella no son ya seguras, he sido víctima de los delincuentes. Hoy, uno se ayuda entre vecinos y las sirenas para ahuyentarlos.
“Entiendo que no puede haber un policía en cada cuadra, pero necesitamos ayuda. Los limpiaparabrisas son un dolor de cabeza; puesto que, aunque no todos, son violentos, consumidores”, advirtió. La Policía lo reconoce. Y frente a ello, Zapata aseguró que los controles continuarán por varias semanas y que en la arteria se han instalado ya agentes encubiertos para capturar a los infractores en delito flagrante.
César Zapata: “Necesitamos leyes más severas para rehabilitar a los menores”
Leer másEn la zonal, a los 7.000 uniformados con los que cuenta la entidad, se han sumado esta semana 138 cadetes que serán distribuidos en esta y otras zonas de riesgo para custodiarlas. “Además me reuniré con la Gobernación y la Alcaldía para solicitar más control con determinado grupo de personas”, prometió.
Peter Guzmán, habitante de la ciudadela Guayacanes, cuya intersección con la Orellana fue también intervenida, si bien considera que el hecho de tener todos los ojos puestos sobre la vía, reducirán allí los hechos delictivos, no cree que sean la solución al problema de la inseguridad en el Puerto Principal.
La Orellana, que hasta hace algunos años era una vía sana, es ahora una arteria brava. En los parterres no todos son gente buena. Uno tiene que ver a todos lados, estar siempre alerta.
“Es posible que con ello se logre solo ahuyentar a los ladrones, pero hacia otros lados. Eso no es bueno. Lo ideal radica en cambiar las leyes y velar, como sea, porque los jueces no los liberan con tanta facilidad, como ahora”, se quejó Guzmán, a quien en los últimos 3 años le han robado 7 veces, 4 de ellas en la Orellana, incluido su auto.
“Vivimos en una sociedad en decadencia. Acabar con los delitos es una tarea titánica, que requiere mucho más que ganas y policías...”, pensó.