Guayaquil, sin ojos que la vigilen durante el toque de queda

Por Guayaquil en las madrugadas pasean carros sin placas, motocicletas, recolectores de basura informales, consumidores de droga, parejas, damas de compañía y mascotas con sus respectivos dueños, pero no se ven militares, policías ni ningún agente de control.

A EXPRESO llegó la denuncia de los constantes robos durante las madrugadas, algo que podría parecer imposible, ya que desde el pasado 9 de enero, se decretó un toque de queda entre las 00:00 hasta las 05:00; sin embargo, los reclamos por la falta de seguridad en ese lapso de tiempo, retumbaban la redacción.

“Nos limitan a los que podemos trabajar, pero igual la gente sigue en las calles y los delincuentes son los que más aprovechan”, dijo a EXPRESO Eduardo Romero, propietario de un centro nocturno, que desde la declaratoria de emergencia ha tenido que mantener su local cerrado, pero en desacuerdo, ya que para él, este toque de queda ha sido ineficiente.

Ante esto, un equipo periodístico de EXPRESO realizó varios recorridos por Guayaquil durante la madrugada para constatar si se estaban ejecutando controles en la ciudad para restringir la movilidad, mientras rige la medida.

En el sur de Guayaquil, cerca de las 00:30 fue común observar a grupos de amigos en los parques o en las esquinas conversando en alta voz con música y bebiendo como si se tratara de un sábado por la tarde. La presencia de libadores se volvía recurrente entre Los Esteros, Pradera, Floresta, La Saiba y algunos otros barrios del sur de Guayaquil, que pese a notar la presencia del equipo periodístico y sus cámaras, continuaban en sus actividades.

En el recorrido se lograron ver luminarias apagadas, decenas de ellas. De hecho, sin la constante presencia de carros en las calles, se evidenció que muchos postes de luz tenían focos quemados o sin ellos en sectores como el barrio Centenario; y la avenida Francisco de Orellana, Ceibos, La Garzota, en el norte.

Durante el toque de queda, la movilización es restringida, sin embargo, en algunas zonas de Guayaquil se pudo ver que el comercio no moría. En algunas esquinas de la Alborada, Sauces y en La Saiba, las luces de los locales o las carpas informales iluminaron las penumbras de las calles, mientras las filas de personas o de carros esperaban ser atendidos. Todo esto, en pleno toque de queda.

Mientras tanto, el centro de Guayaquil, también evidenciaba el irrespeto de la normativa. Parejas caminando agarradas de la mano, familias enteras durmiendo en los portales de las viviendas, motocicletas circulando y trabajadoras sexuales, que llamaban la atención de quienes circulaban por la bulevar 9 de Octubre, que se mantenía encendida como si no existiese restricción alguna

Durante las varias horas del recorrido que EXPRESO realizó en gran parte de Guayaquil, no se divisó a ni un solo militar, apenas una patrulla de Policía parqueado fuera de una UPC y ni un solo agente de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), sin embargo en la calle Malecón y Loja, unos conos y una camioneta de la ATM no permitían el acceso a esa zona.

Según dijeron los agentes, que prefirieron no identificarse, “estaban siguiendo órdenes de cuidar esa calle”, mencionó un vigilante sin dar más detalles.

Ya a eso de las dos y tres de la mañana, fue común ver a conductores que circulaban a toda velocidad sin respetar ningún semáforo, mientras otros conducían en contravía. Las calles sucias eran el escenario perfecto para que los recolectores de basura informales se paseen y desbaraten las fundas, dejando todo aún más desordenado y emanando malos olores.

Sobre la falta de agentes de control en las calles, EXPRESO solicitó una entrevista a la Policía Nacional y al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas para consultar por qué no se vio operativos durante varias madrugadas, sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

¿Realmente este toque de queda está funcionando en Guayaquil? Es lo que le consultó EXPRESO a Jhon Garaycoa, experto en Seguridad, que considera que esta medida está siendo poca infructuosa “Los delincuentes actúan con toque de queda o sin toque de queda. A ellos no les amedrenta nada y en toque de queda ellos son más favorecidos porque ellos ya tienen estudiado eso. Ya vieron los espacios vacíos y por eso es que están aprovechando para delinquir. Las Fuerzas Armadas y la Policía deberían patrullar más las calles, especialmente en horario de toque de queda”, comentó Garaycoa que anima a aplicar con más severidad las leyes.

Por su parte la ciudadanía coincide en que el toque de queda sirve poco, sino se hace un buen trabajo. “Si hacen toque de queda y restringen tantas cosas, al menos que hagan una buena labor. Sino mejor que no hagan nada y dejen circular con normalidad”, dijo la ciudadana Ximena García.

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