La ola de secuestros en Guayaquil crece sin diferenciar barrio o ciudadela

Una ola de secuestros azota a Guayaquil. En redes sociales y a través de informes de la Policía Nacional, cada vez se reportan más casos de este delito en el Puerto Principal. Videos viralizados en X muestran cómo ciudadanos son emboscados por antisociales mientras conducen o ingresan a sus viviendas, para posteriormente ser llevados con rumbo desconocido. Esta es una realidad que incluso los números oficiales refuerzan, pues las denuncias registradas a la fecha superan el total contabilizado en todo 2023.

Denuncias a la Fiscalía

Desde el 1 de enero al 1 de noviembre de 2024, la Fiscalía General del Estado (FGE) ha registrado un total de 1.118 denuncias, entre secuestro simple (466 casos) y secuestro extorsivo (652).

Mientras que en todo el 2023 fueron 1.067, es decir que en solo 10 meses de 2024 hay 51 casos más que en todo el año pasado.

De las 1.118 denuncias, 528 provienen de la parroquia Tarqui. Esto se debe a su gran tamaño, pues es considerada la más grande de la urbe. No obstante, hay parroquias que llegan a una importante cifra pese a ser mucho más pequeñas, como en el caso de Ximena (147), Febres-Cordero (82) y Pascuales (177).

Casos de la Unase

Mientras que por las cifras de la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) de la Policía Nacional, entre el 1 de enero y el 5 de diciembre de 2024, se conoce de 880 secuestros. Mientras que en el mismo periodo de 2023 hubo 878.

La cantidad de secuestros simples y extorsivos de 2023 fue de 422 y 454 respectivamente. Y para este año van 387 simples y 491 extorsivos, un aumento considerable en este último segmento.

De estos 880 casos, el distrito con mayor número de secuestros es el Modelo, con 190 incidentes. Esta área comprende ciudadelas como La Atarazana, Sauces, Alborada, Guayacanes, Urdesa y Kennedy.

Por su parte, el distrito Pascuales (Bastión Popular, Orquídeas, Mucho Lote, entre otros) acumula 160; y el distrito 9 de Octubre (Venezuela, Garay, Chile, etc.) registra 132 casos.

No obstante, para la ciudadanía, esta cifra no refleja la realidad que se vive en las calles de la ciudad. Uno de los sectores que han experimentado un rápido aumento de secuestros en poco tiempo es la ciudadela Guayacanes, donde los residentes y su consejo barrial tienen conocimiento de 8 secuestros que ocurrieron en un lapso de 15 días, en el periodo del 13 al 28 de octubre.

Uno de los casos que mayor alarma causaron entre los ciudadanos fue el de un comerciante secuestrado el pasado 20 de octubre. Este caso ocurrió a cinco cuadras de la avenida Antonio Parra Velasco, cuando varios sujetos bajaron de una camioneta para raptar al dueño de un bazar de la zona.

La víctima regresó a su hogar, pero sin un pedazo de uno de sus dedos y con 30 mil dólares menos. El miedo que experimentó lo motivó a regresar a su ciudad de origen, para no volver al Puerto Principal ni exponerse a ser de nuevo víctima de un crimen.

Después de este caso, la Policía Nacional prometió aumentar el número de agentes y patrullajes en el sector. No obstante, pocas semanas después los habitantes volvieron a reportar varios secuestros, e incluso negocios cerraron sus puertas y dejaron notas en sus portones indicando que el motivo de esto es porque habían sido extorsionados.

“Hay secuestros donde sea y cada vez crecen más y más. Lo más triste de todo esto es que la gente no los denuncia por temor a represalias”, comentó Virginia Santillán, quien habita en Sauces.

Cualquiera puede ser la siguiente víctima

A este panorama se suma el hecho de que los secuestros pueden afectar a cualquiera, no necesariamente a personas pudientes. “Antes veías que esto ocurría más con dueños de locales, negocios o empresarios grandes. Ahora cualquiera es víctima y eso hace que cada vez salir sea más y más riesgoso para el guayaquileño”, aseveró el ciudadano David Suárez.

A decir de Jorge Villacreses, experto en seguridad, basta con estar en la hora y el lugar incorrectos para ser el siguiente objetivo de estos criminales.

“En este momento todos somos vulnerables, unos más que otros por su estatus socioeconómico. Pero a cualquier ciudadano que ande en la calle, lo miran, lo perfilan y aunque sea le piden 100, 200 o 300 dólares, para así tener dinero rápido. Con ese modus operandi se manejan muchos de ellos”, manifestó el experto.

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