Olga Espinoza: "Enseñar es algo que se lleva en la sangre "

“Desde los 17 años, cuando me gradué como bachiller en Ciencias de la Educación, mi vida ha estado dedicada a la enseñanza”, recuerda la educadora Olga Espinoza con una sonrisa nostálgica, quien a sus 92 años habla a EXPRESO con lucidez. Desde sus primeros pasos como maestra en la escuela Gabriela Mistral, su compromiso con la educación fue total. “Me encantaba enseñar, era algo que llevaba en la sangre. Cada día en el aula significaba una nueva oportunidad para formar a las futuras generaciones”. Su labor no pasó desapercibida, siendo merecedora de reconocimientos como el premio de la Sociedad Filantrópica del Guayas y el título de mejor bachiller en su promoción.

Innovadora en la enseñanza del inglés

Olga fue pionera en implementar la enseñanza del inglés en la educación primaria pública. “Yo misma pedí a las profesoras que me dejaran enseñarles inglés a mis alumnos una vez por semana”, comparte con orgullo. Su pasión por el idioma la llevó a obtener una beca Fulbright, con la que se especializó en la enseñanza del inglés a nivel medio en Estados Unidos. “Fue una experiencia inolvidable, y aunque me ofrecieron quedarme un año más, decidí regresar a mi país para seguir contribuyendo desde acá”. Gracias a su iniciativa, transformó la manera en que el inglés era enseñado en las escuelas, marcando un hito en la educación pública.

Escritora y creadora de herramientas educativas

Además de enseñar, Olga encontró en la escritura una manera de seguir formando a los estudiantes. “He publicado seis libros de ejercicios ortográficos para la educación básica, siete de ejercicios en inglés para secundaria y un libro de poemas escolares”, cuenta siendo reconocida como coautora de los libros Pepín y Pitusa. Estos materiales educativos no solo mejoraron la ortografía y el aprendizaje del inglés en las aulas, sino que también fomentaron el amor por las letras. “Mi objetivo siempre fue que los niños y jóvenes tuvieran herramientas prácticas y útiles. Saber escribir bien es algo fundamental para cualquier persona”.

Compromiso con la tradición educativa

A lo largo de su carrera, Olga nunca dejó de defender los valores tradicionales en la educación. “Me preocupa cómo se han perdido cosas básicas en los libros actuales”, confiesa. Con su poema “A la juventud”, busca recordar a los jóvenes la importancia de mirar hacia lo justo y valioso. “Ahora, con un celular o un televisor creen que se resuelve todo, pero no es así. La formación debe venir del hogar y los maestros”. Su incansable labor por preservar la calidad educativa y su amor por la enseñanza siguen siendo un ejemplo para todos.

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