ONG La Iguana trabaja por reverdecer ciudades

Andrea Fiallos, presidenta y fundadora de la Fundación La Iguana, ha dedicado su vida a transformar la relación entre las ciudades y la naturaleza, impulsada por una conexión profunda con los ecosistemas desde su infancia. Crecer rodeada de bosques secos y húmedos en las provincias de Santa Elena y Guayas le permitió desarrollar un aprecio innato por la biodiversidad y los ritmos naturales, una sensibilidad que chocó con el avance desmedido de las ciudades sin sombra ni espacios verdes.

“Comprendí muy temprano la belleza de los ciclos naturales, lo que hizo que me impactara fuertemente el crecimiento de las ciudades sin áreas verdes adecuadas para las personas”, cuenta Fiallos a EXPRESO. Esta motivación fue el germen de lo que se convertiría en la Fundación La Iguana, que lleva 13 años trayendo los bosques a la ciudad a través de proyectos tangibles y medibles, como la emblemática campaña 'Sembrando una Ciudad'.

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Este proyecto, que ha transformado espacios públicos a lo largo del país, se basa en la metodología BUN (Bosques Urbanos Nativos), que busca restaurar ecosistemas característicos en zonas urbanas. La iniciativa no solo apunta a embellecer el entorno, sino a concientizar a los ciudadanos sobre la importancia de preservar los bosques originales que rodean las ciudades. “Si perdemos esos bosques, perdemos todo”, advierte la especialista, enfatizando la necesidad de una mayor conexión entre los espacios urbanos y la naturaleza.

El alcance de la Fundación es vasto: han trabajado en más de 15 ciudades, incluyendo comunidades rurales y barrios de bajos recursos. La vocera de Organización No Gubernamental (ONG) destaca a este Diario el enfoque humano de los proyectos: “Nuestra misión es trabajar por la naturaleza, pero siempre a favor de las personas”. Hasta ahora, han impactado directamente a más de un millón de personas, involucrando a líderes barriales, niños, colegios, universidades, gremios y gobiernos locales.

La entidad no solo se enfoca en la arborización, sino también en restauraciones ecosistémicas en bosques secos, manglares, páramos y otros ecosistemas únicos de Ecuador. Además, abordan temas de soberanía alimentaria, salud y bienestar emocional, equilibrando el desarrollo humano con la restauración del entorno natural.

El equipo de la Fundación La Iguana está compuesto por 15 personas que trabajan a tiempo completo, además de una red de colaboradores y asesores nacionales e internacionales que contribuyen de manera ad honorem. Su presidenta destaca la importancia de las alianzas y el apoyo en múltiples áreas, desde conocimientos y habilidades hasta recursos financieros. “El recurso económico es uno de los temas que más necesitamos para seguir impulsando estos proyectos”, explica.

Con 'Sembrando una ciudad' la Fundación ha logrado cuantificar beneficios ambientales clave, como la reducción de temperaturas, el aumento de la permeabilidad de los suelos y la mejora en la calidad del aire. Estos avances no solo promueven la salud pública, sino que también ayudan a las ciudades a adaptarse al cambio climático, creando entornos más habitable. “Este proyecto tiene mucho por delante”, concluye Fiallos.

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