Una ONG que ofrece educación: ¿cómo ser parte del proceso?

La Fundación Niños con Futuro es una Organización No Gubernamental (ONG) que se preocupa por la educación de niños y jóvenes, desde los 5 hasta los 18 años, formándolos para que tengan una mejor calidad de vida. Directamente esta institución beneficia a 480 niños, adolescentes y jóvenes que son parte de la Unidad Educativa ‘Felipe Costa von Buchwald’, ubicada en la Cooperativa de Vivienda Guayaquil, en la calle 13 y avenida Octava. Pero su trabajo se extiende también a sus familias llegando indirectamente a 1.200 personas, las cuales son capacitadas en labores artesanales.

Para aplicar al proceso de admisión a la institución educativa, que es parte de esta Fundación, se debe registrar la siguiente información cuando se aperture el proceso: Cédula de ciudadanía del aspirante y sus representantes; libreta o reporte de calificaciones final del periodo lectivo del año en curso; planilla de servicios básicos; rol de pagos del último mes (sí fuera el caso); historial de aportaciones al IESS de sus representantes; carta de justificación de ingresos de su familia (para quienes trabajan de manera independiente ); certificados o carnet de vacunas contra la Covid-19.

Isabella Campolo, directora comercial de este organismo, habla con EXPRESO y nos comenta más sobre el trabajo que desarrollan en el Puerto Principal y sus principales proyectos. “Nuestra mayor obra siempre será la educación. Estamos convencidos de que es la única forma de combatir la pobreza. Es la herramienta que nos permite levantarnos cada vez que caemos, y es crucial para nuestro país tener personas educadas con suficientes herramientas para escoger bien y evitar caer en manos de la delincuencia, las pandillas y otras situaciones negativas”, afirma.

Campolo comparte cuáles han sido los últimos convenios que han realizado a favor de la Fundación, y cómo ha beneficiado a sus educandos.

“Recientemente hemos llevado a cabo proyectos como convertir el taller de electrónica en uno de robótica y programación. Esta idea comenzó con una alianza con Google, que nos proporcionó 500 licencias para utilizar su software y su plataforma. Además, el Municipio de Guayaquil nos donó robots y un sistema para enseñar robótica de manera básica. Con estos equipos y programas de Office, enseñamos programación a todos nuestros estudiantes, en las salas de computo. Muchos de nuestos estudiantes, luego eligen mecatrónica como carrera en escuelas politécnicas o institutos que ofertan esa asignatura”, alega.

Otro de los proyectos que maneja la ONG es el denominado “Hambre Cero”, un comedor que ayuda a jóvenes con déficit de peso y riesgo de nutrición infantil, y brinda a las familias capacitaciones para promover una alimentación saludable. “Con el apoyo de estudiantes de la carrera de nutrición de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), controlamos el peso y el índice de masa muscular de nuestros alumnos y ofrecemos charlas a los padres para que aprendan a preparar alimentos saludables para sus hijos”, afirma Campolo.

Entre las experiencias más gratificantes que guarda esta institución, y que se comparte desde la vocería institucional a EXPRESO, es el testimonio de dos madres de escasos recursos, que a través de la fundación, y uno de sus convenios con la empresa privada, les permitió formarse en costura. “Estas madres se prepararon y formaron un taller con el cual ahora sostienen sus hogares pero también confeccionan los uniformes de la fundación”.

Un vínculo de toda una vida

La Fundación Niños con Futuro con futuro inició su cuenta regresiva para uno de los más importantes de sus eventos, la ‘Cena de Vida, que le permite financiar la tercera parte de las becas para cientos de niños y jóvenes que educa.

En el 2023, tuvo como país invitado a Gran Bretaña, un evento que fue realizado gracias a los auspicios y donaciones de distintas organizaciones privadas.

Este año, siguen trabajando por la misma causa, cuyo objetivo es por medio de la educación, cambiar la vida de cientos de niños y jóvenes, labor que realizan por más de 28 años, ayudando a personas en extrema pobreza. Son 480 alumnos, a quienes se les financia, desde inicial hasta bachillerato, desayuno, almuerzo, instrucción pedagógica, formación en valores humanos y espirituales, atención piso-social y deportiva. Isabela Campolo, directora comercial de este organismo, afirma que “los alumnos son parte toda la vida, aun luego de graduarse”.

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