Guayaquil: El oscuro pasado de China Catalina, asesinada en el callejón de la muerte
Cuatro sujetos, que la acechaban a bordo de una motocicleta, habrían disparado por cuatro veces a la víctima de 50 años
China Catalina fue asesinada a tiros la tarde del jueves 16 de febrero de 2023, en una calle conocida como ‘el Callejón de la muerte’ en el bloque 4 de la cooperativa Unión de Bananeros, en el Guasmo, sur de Guayaquil.
Un inicio de año agresivo que achica la previsión de seguridad
Leer másSu nombre era Catalina Lencina, tenía 50 años y su recorrido delictivo era tan largo como esa calle donde creció y desarrolló habilidades para robar, defenderse y escapar de la ley.
En ese mismo callejón fue donde dos hombres en motocicletas llegaron a dispararle a ella mientras jugaba bingo con sus parientes, al pie de la vivienda familiar. Le habrían propinado cuatro impactos de bala.
La llamaban la China. Coleccionista de amistades peligrosas y problemas. En las décadas del 80 y 90 provocaba temor y se codeaba con afamados delincuentes, como Rey Zamora o el Patucho Rigoberto.
En esas épocas se dedicaba a asaltar a los usuarios de busetas o buses, sola o en banda, y disfrutaba de emborracharse; de ahí que a sus 50 años de vida (previo al atentado que acabó con su vida) sumaba 18 perforaciones por disparos, 32 fracturas en la cabeza y 7 puñaladas.
Desde muy pequeña los peligros de la calle siempre rodearon a Catalina. A los 10 años, en su barrio, probó por primera vez la marihuana. “No me obligaron, fue por curiosidad. Les dije a unos panas: 'Pasen un poco para probar qué se siente'”, contaba.
A los 14, se drogaba, robaba joyerías y buses interprovinciales, sin freno. Pero a los 16 la detuvieron por primera vez.
Su habilidad para delinquir crecía. Su cabello era el camuflaje perfecto para despistar a los policías. Un día era rubia, después pelirroja. Se cortaba el cabello como varón. Una vez que la detuvieron, los agentes la golpearon como a hombre.
Dos cuadras de suplicio
Leer másDos años después, un exconviviente la golpeó, pero ella contraatacó y le propinó siete puñaladas que le quitaron la vida. No tuvimos hijos. Fui presa y pagué ocho años.
Casi toda su juventud estuvo en la cárcel. La detuvieron por narcotráfico, robo, asesinato y ataques armados.
A los 26 años volvió a atracar con una banda. El cabecilla de la misma estaba enamorado de ella, cuando la quiso "hacer su mujer", esta se negó y el hombre le propinó 18 tiros, que la postraron por un año y dos meses en una cama del hospital Luis Vernaza. Ese ataque le dejó una válvula en el pulmón izquierdo.
Pero los problemas no terminaban ahí. Dos años después recibió siete puñaladas del padre de sus hijos (segundo compromiso).
Cuando de dedicaba a delinquir, la China tenía dinero y casa, pero todo lo perdió cuando decidió dejar ese camino y dedicarse a predicar la palabra de Dios en varias zonas del Guasmo. Habían días en los que no tiene ni para comer. Con una llamada a unos excolegas, resolvería sus carencias, pero estaba decidida a no regresar a la vida delictiva, según comentó en una entrevista.
No obstante, a pesar de haber sido "alcanzada por Dios", ese último ataque armado que sufrió al pie de su casa sí la dejó tendida sobre la vereda, que luego de ser levantado por personal de Medicina Legal, fue limpiado con agua y una escoba.
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Leer másAllegados de la China observaron el levantamiento de indicios entre lágrimas y gritos. Una de sus vecinas comentó que ella, antes de ser asesinada, se dedicaba a rescatar perros abandonados y darles hogar.
La Policía Nacional llegó al sitio para tomar procedimiento; sin embargo, ningún uniformado dio declaraciones de lo sucedido.