Los palos sobre la arena agobian al turista de Playas

El pasado domingo Paola Serrano llegó desde Durán, con la idea de tenderse en la playa y broncearse, pero no fue posible. La arena estaba saturada de palos, tanto así que en lugar de alquilar una perezosa, la mujer prefirió sentarse sobre un tronco. No le quedó de otra que resignarse, al igual que las otras decenas de turistas que, desde hace un mes, experimentan la misma situación.

Los turistas y habitantes del balneario dicen estar hartos de ver que el Cabildo no actúe o analice qué pasa. “Cuando los palos ya forman una loma que supera el metro y medio de altura, viene el personal municipal, los retira; pero pasa un día o dos y todo está igual. Así, ¿quién va a visitarnos?. A mí, que soy de Playas, me dan ganas de salir corriendo”, sentenció Omán Castro, habitante de Marbella.

El fin de semana anterior, los comerciantes decidieron en una improvisada minga retirar parte de los troncos que estaban ya restringiendo el paso a las familias. Los apilaron detrás de las carpas.

Braulio Yagual, quien alquila carpas, dijo que el sábado las volquetas del Municipio retiraron parte de la basura apilada, pero que después no regresó más. “Nosotros hacemos lo que podemos, pero el Municipio es quien tiene todo el equipo necesario para retirar la basura y saber cuál es el origen de esta, o qué se puede hacer”, refirió el comerciante Johny Yagual.

A decir de Víctor Reyes, jefe operativo de la Empresa Pública de Aseo de Playas (Amapa), el problema surge cada invierno, debido a que los ríos de la Costa arrojan las palizadas al mar y la corriente las lleva a las playas, entre esas las de General Villamil. “Las limpiamos, pero la palizada vuelve. Estamos trabajando con marea baja cuando las volquetas pueden hacerlo. Es difícil limpiar más de 4 kilómetros”, reconoció Reyes; al tiempo que la ciudadanía cuestionó su argumento, al alegar que no es cierto que la molestia es repetitiva.

“No recuerdo haberme bañado así antes”, señaló Carmen Guillén, quien habita en el balneario. Serrano, por su parte, teniendo en cuenta esa justificación la criticó aún más. “Si el alcalde sabe que esto sucede todos los inviernos, ¿por qué entonces no actúa a tiempo y con una obra que evite que nos bañemos o caminemos entre palos?”, enfatizó.

“No somos castores ni ardillas para ir de rama en rama”, agregó Guillén; quien hizo énfasis en las tragedias que esta situación ha traído. Entre ellas la del pasado 26 de marzo, donde, como publicó EXPRESO, un tronco que flotaba en el mar golpeó a una menor, que luego falleció.