El Paraíso ‘cura’ sus cicatrices
La comunidad y universitarios reforestaron con 100 árboles las faldas del cerro. Apuntan conservar el área. Esperan que estas acciones se multipliquen
A las faldas secas del Cerro Paraíso aterrizó el martes 17 una metamorfosis para darle sentido a su nombre: ser un paraíso con la reforestación de 100 árboles. Cargando las especies en reducidas fundas negras y portando sombreros o con protección solar, vecinos aledaños como de la ciudadela homónima, Bellavista o Cimas del Bim Bam Bum, a la par de estudiantes de tres carreras de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (UCSG), ‘escalaron’ para dejar sembrados los pulmones verdes.
Cerca del punto intervenido se suscitó un incendio forestal, común en estos espacios, que afectaron 3 hectáreas, por lo que decidieron reforestar la zona con algarrobos, guayacán o los denominados ‘petitos colorados’. Las herramientas fueron donadas por empresas privadas y la mayoría de plantas fueron traídas de los viveros en que los estudiantes le dieron vida.
En El Paraíso quieren volver a utilizar su cancha deportiva
Leer másMariana Burgos, residente de la ciudadela El Paraíso, destacó el impulso de que la comunidad cada vez más se involucre en reforestar este pulmón de Guayaquil. Ahora, con las manos de universitarios, se ha sembrado una alianza que también implicaría el mantenimiento de las especies, no solo que quede la siembra, sino darle seguimiento.
La relevancia de la jornada radicó en cambiarle el escenario árido de la zona debido a la pérdida de hectáreas que ha sufrido El Paraíso, ya sea por los flagelos o asentamientos irregulares. Y es por esto que Burgos recuerda que su padre, Luis, fue pionero en darle verdor a otro espacio de las faldas del cerro. Se trató del área de forestación ecológica que recibió el nombre del fundador de EXPRESO: Galo Martínez Merchán.
“Es decir, ya hay frutos de las áreas reforestadas. El sitio que recibió el nombre de Galo Martínez Merchán hoy es un bosque secundario y, con los estudiantes, se viene un nuevo legado y esperamos que todos se comprometan”, contó Burgos.
Hay que trabajar mucho en las comunidades de los alrededores de estas áreas y, a la juventud, enseñarles el cuidado, pues no solo es en las universidades sino desde casa
En la cita también acudieron representantes de la casa de estudios superiores y de la dirección de Ambiente de Municipio. De la primera, Paola Pincay, directora de las carrera Agropecuaria y Agroindustria, se mostró emocionada tras palpar la participación de los estudiantes, quienes pusieron en práctica lo aprendido.
Detalló que la comunidad ya tuvo un acercamiento con la academia y fue entonces que, en el semestre académico anterior, se decidió poner en marcha un vivero. “Esas plantas fueron trasplantadas hoy (ayer) y hay que trabajar mucho en la comunidad de los alrededores en enseñarles el cuidado, pues no solo es cuestión de las universidades, sino también desde casa”, subrayó la también ingeniera agropecuaria.
De aquel vivero que detalló Pincay, Stéfano Constante junto con sus compañeros de la carrera de Agropecuaria llevaron 30 plantas ‘petitos colorados’ que procrearon en un lapso de 15 a 20 días. El joven espera que más acciones de este tipo se repitan en las otras áreas naturales y verdes con las que cuenta la ciudad. “Como es una actividad que demora mucho tiempo, los políticos no le prestan atención y esto es lo principal”, analizó.
Está bien que la comunidad también se integre en estos programas. Hay que tener en cuenta el cambio climático y si no tenemos árboles, habría problemas.
Se sabe que en los bosques de la ciudad se realizan desde rituales hasta personas que acuden a enterrar a sus mascotas, y es por esto que el vecindario, en repetidas ocasiones, ha solicitado más vigilancia al Municipio, pues tiene la competencia del Bosque Protector Paraíso.
Joel Álava, jefe de recursos naturales de la dirección de Ambiente, reconoció esta problemática a EXPRESO y añadió que también ha tenido casos de personas que matan a búhos o gavilanes por supersticiones. “Creen que se le van a llevar a sus gatos”, dijo.
En el Bosque Cerro Paraíso se sembraron 20 árboles guayacanes amarillos
Leer más¿Pero cuál es la vigilancia que ahí se realiza? Álava aseguró que hay 13 guardabosques, que son agentes metropolitanos ambientales, quienes se encargan del control y vigilancia tanto de esta área como de Bosqueira y Samanes 1.
“Están repartidos entre los tres bosques y actuamos por oficio en cuidar Palo Santo y Cerro Colorado, que no están administrados por nosotros sino por el Ministerio de Ambiente, pero de vez en cuando le damos la vuelta”, acotó el funcionario.
Como esta es una actividad que demora mucho tiempo, los políticos no le prestan atención y esto es lo principal. Nos brinda aire, sombra, entre otros factores
Es así como en El Paraíso apuntan a conservar esta área natural, y ya no siga amenazada por los incendios forestales o actos vandálicos. Un paraíso que haga honor a su nombre.