"Parecemos delincuentes al escondernos para despachar"
Dueños de negocios se resisten a cerrar sus puertas en Guayaquil. Hasta ahora hay 800 locales clausurados por el Municipio
En Guayaquil, la ciudad más golpeada por la pandemia en el país, hasta el momento han sido clausurados cerca de 800 negocios por la Dirección de Justicia y Vigilancia. Aunque el cierre obedece a que no están autorizados para atender, los propietarios de los locales se resisten a cerrar sus puertas. Una situación registrada por EXPRESO y que persiste a diario.
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Leer másEn el último reporte del Municipio, emitido la tarde este jueves 14 de mayo, se detalló que fueron cerrados 40 negocios dedicados a la venta de madera, puertas, barberías, lavanderías… La clausura se mantiene hasta que se retomen las actividades normales y la multa es de hasta un salario básico.
43 locales comerciales, no autorizados para atender al público durante la emergencia sanitaria, fueron clausurados durante operativo municipal, en las calles Gómez Rendón y la 19, Gómez Rendón y la 25, la 26 y Portete, entre otras zonas. pic.twitter.com/BlMlKBiqNv
— Alcaldía Guayaquil (@alcaldiagye) May 13, 2020
Y es que los comerciantes parecen aceptar correr el riesgo. Por ejemplo, en el centro de la urbe se vive desde hace días, una reactivación lenta o “a media puerta”, como lo reconoce Diego Fuentes, propietario de tres locales de venta de materiales de construcción ubicados a lo largo de la calle Machala.
“No es oculto que los establecimientos del centro trabajan a puerta cerrada. Parecemos delincuentes abriendo las puertas y escondiéndonos para despachar. Tenemos plata invertida. ¿Qué hacen las veinte familias que dependen de mí?”, se cuestiona Fuentes, quien lamenta que por la falta de ingresos tuvo que cerrar uno de sus locales y despedir a once trabajadores.
Agrega que una solución a este problema es que las autoridades autoricen la reapertura de los establecimientos, eso sí, que en cada negocio se establezcan protocolos de seguridad y un aforo controlado. “Ya hacemos desinfecciones, tenemos guantes, mascarillas, pero la alcaldesa no nos deja abrir”, se queja.
Noé Ayala, propietario de un taller de parabrisas de automotores situado en la avenida Las Américas, también se suma al comentario de Fuentes y señala que esta situación obedece a que “no hay recursos, yo solo he abierto un par de veces con el miedo de la clausura. No me arriesgo, pero si pasamos al semáforo amarillo el Municipio nos debería tomar en cuenta”, sugiere.
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Leer másAdemás, reconoce que por riesgo, ha tenido que "migrar" su negocio a las redes sociales, bajando de manera considerable sus ingresos. "No se hasta cuando aguante", cuenta.
José Rebolledo, residente de las calles Ximena, entre Padre Solano y Alejo Lascano, coincide en que los negocios deberían reactivarse y luchar contra el virus. “Esta será nuestra realidad por mucho tiempo, no hace falta encerrarse. Debemos hacerle frente y fortalecer nuestro sistema inmunológico”.
Los comerciantes esperan el día que las autoridades autoricen a que se reanuden la atención con los procesos de seguridad, pero hasta que eso pase, continuarán con la atención “a media puerta" o a través del celular.