Los parques de Las Acacias, un peligro para sus vecinos
Estos lugares se han convertido en guarida de delincuentes. La comunidad no quiere hacerse cargo de estos predios. Piden al Municipio que los cierre
Quienes transitan en sus alrededores o ingresar a los parques de la ciudadela Las Acacias, en el sur de la ciudad, desafían al peligro.
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Leer másEstos lugares, que deberían servir para la distracción de los niños, se han convertido en guaridas para libadores, delincuentes y drogadictos, así como focos para la propagación de mosquitos y roedores por la cantidad de basura que se acumula dentro y fuera de los predios.
Uno de ellos es el parque 9 de Octubre ubicado en la manzana F1. Allí es común ver a personas en estado etílico o mendigos durmiendo en las bancas o en colchones y muebles viejos que han instalado adentro.
“Este lugar se ha convertido en un dolor de cabeza para todos; queremos que el Municipio de Guayaquil lo intervenga inmediatamente para que nadie pueda ingresar y que Interagua clausure una pileta que es utilizada por los vagabundos para lavarse la boca y bañarse desnudos a vista y paciencia de los moradores”, suplica Alicia Quintero, quien habita hace más de 30 años a pocas cuadras del parque donde -según asegura- han encontrado a personas teniendo relaciones sexuales y a gente que hace sus necesidades biológicas o busca un rincón para dormir.
El consumo de sustancias es otro de los inconvenientes, dice Carmen Cisneros, quien habita junto al parque hace más de 20 años. “Antes era un área donde los niños y los adultos podían venir a pasear. Ahora es común ver a los consumidores, a todas horas, que se sientan a fumar, a inhalar droga y eso genera peligro para la comunidad”, anota preocupada.
La delincuencia, adueñada de dos kilómetros del sur
Leer másComo ella hay otros ciudadanos que también ven al parque de su barrio como un lugar peligroso, en especial en horas de la noche, donde la zona se torna oscura porque hay muchas luminarias en mal estado.
“Los vecinos prefieren evitarlo aun cuando el camino se alarga”, menciona Milton Vernaza, quien vive en la ciudadela hace 25 años y la semana pasada fue víctima de un asalto cuando cruzaba el parque para dirigirse a su trabajo. “Eran las 18:00 y me arrancharon el teléfono celular y una cadena. Hace falta más controles y patrullajes constantes”, exclama.
La insalubridad también afecta al predio. Un bote de basura que hay allí adentro casi siempre rebosa de desperdicios. Las hojas de los árboles se acumulan en cantidad, cartones y desechos se ven esparcidos. Inclusive una de las esquinas se ha convertido en botadero con montículos de fundas de basura.
Guayaquil sin parques, malecones y otras medidas por al menos 15 días
Leer más“Aquí han venido a dejar animales muertos, restos de comida de los restaurantes cercanos. Incluso hace algunos años dejaron unos fetos y eso movilizó a los de Criminalística”, anota Mirian Solórzano, quien agrega que el Municipio viene una vez al año a limpiar este parque, cuando ya se acaba el invierno.
No podemos vivir con esos focos de contaminación junto a nuestras casas, sobre todo en esta época de pandemia donde debemos cuidar nuestra salud.
En el lugar se desconoce la existencia de algún comité de moradores que se encargue del cuidado y mantenimiento del parque, tal como sucede en otras ciudadelas. “Nadie quiere asumir esa responsabilidad. Quienes lo hecho han tenido que irse a vivir a otro lado porque han sido amenazados cuando les han llamado la atención a los drogadictos y delincuentes que tienen sus escondites en los tachos y basura regada”, reitera Anabel García, quien tiene una tienda cerca del lugar y en dos ocasiones ha sido víctima de delincuentes que han transformado en vivienda esta área abandonada.
Vivimos en constante zozobra; los maleantes se han adueñado de los parques y nos amenazan cuando intentamos desalojarlos. No podemos hacer nada.
Ciudadelas del sur se vuelven inseguras por los informales
Leer másA pocas cuadras, en la avenida Arturo Serrano y Los Ríos, junto a un retén policial, otra área verde se encuentra en similares situaciones. Se trata de la plazoleta o parque La Madre, que se ha convertido en refugio para vagabundos. “Aquí fuman, duermen y hacen sus necesidades biológicas. Han convertido esta área verde en un muladar”, advierte Juan Carlos Constante, morador de la zona, quien reconoce que la Policía realiza patrullajes y corretea a las personas indeseables, pero estos no son constantes, por eso el peligro siempre está latente, acota.
Asimismo, a la entrada de la avenida Aurora Estrada y Los Ríos, hay otro parque que se ha convertido en un botadero de basura. Los juegos infantiles se están oxidando por falta de mantenimiento. “Ningún padre trae a sus hijos a este sitio por temor a ser asaltado por delincuentes que se camuflan de vendedores informales que proliferan por los alrededores”, menciona Sixto Mendieta, quien desde hace 15 años tiene una despensa a pocos kilómetros.
“La inseguridad nos robó la tranquilidad en Miraflores”
Leer másMarcela Terán, otra habitante de la zona, se queja por la cantidad de basura que siempre hay en el parque. “La gente viene de otras partes a dejar los desechos. Así no se puede vivir con tranquilidad. Sería bueno que el Municipio se preocupe de estas áreas, ya que la comunidad no quiere hacerlo”, puntualiza.
Durante el recorrido que Diario EXPRESO realizó por estas zonas observó un carro de la Policía que realizaba patrullaje. “Esta tarea la hacemos todos los días, lamentablemente no podemos permanecer 24 horas en estos lugares, ya que hay más sectores que también es necesario recorrer”, puntualizó uno de los uniformados.