
Parques de Guayaquil sin dignidad: convertidos en baños y blanco de vandalismo
En el centro, esfuerzos son insuficientes. Ciudadanos sugieren la intervención de agentes. ¿Es momento de sancionar?
Caminar por los alrededores del parque La Victoria, ubicado en el corazón de Guayaquil, se ha vuelto una experiencia desagradable. La constante presencia de personas que utilizan el lugar como baño público (a cualquier hora del día) ha convertido este espacio verde en una zona insalubre.
Muchos se ocultan entre jardineras, postes de alumbrado o estructuras eléctricas para orinar, lo que genera un hedor tan penetrante que obliga a los transeúntes a bajarse de la acera, caminar por la calzada y cubrirse la nariz. Aun así, el hedor resulta insoportable y el deterioro en el ornato es evidente.
“Ya no se aguanta”, expresa Gladys Méndez, comerciante de la zona, quien asegura que durante los días soleados se agrava el problema. “Este es un asunto de falta de civismo y de gente cochina. Este parque se ha vuelto repulsivo”, lamenta.
Quienes transitan diariamente por las calles 10 de Agosto y Pedro Moncayo coinciden en que el parque ha perdido su esencia como espacio verde y de recreación. La escena de personas orinando a plena luz del día se repite constantemente, sin que haya una intervención efectiva por parte de las autoridades, denuncian los ciudadanos.
Estructuras muestran daños y huecos
Un recorrido realizado por EXPRESO evidenció que varias estructuras metálicas del parque muestran signos de corrosión, con huecos visibles en los barrotes como consecuencia del uso indebido del espacio. Aunque en el interior del parque se nota cierto mantenimiento (como poda de árboles y limpieza), muchos ciudadanos no están conformes con el estado de las áreas exteriores.

“El Municipio debería sancionar o tomar medidas. No hay respeto por un parque emblemático de la ciudad”, reclama Carlos Hidalgo, un adulto mayor que espera el autobús en la intersección de Pedro Moncayo.
Respuesta del Municipio de Guayaquil
Sobre el tema, Fernando Cornejo, director de Aseo Cantonal y Servicios Especiales, y presidente de Segura EP y Circular EP, reconoció que la situación es preocupante. Indicó que aunque en el sitio existe un PAI (Puesto de Auxilio Inmediato), este no está operativo.
“Ya hemos hecho la socialización, hemos abierto canales para denuncias, invertido en campañas publicitarias y he acudido a radios. Ya es momento de empezar a sancionar”, reveló en entrevista con este Diario.
Cornejo subrayó que el respaldo de la Policía Nacional es fundamental para ejecutar sanciones. “Yo podría retener a un ciudadano que está dañando el ornato, arrojando basura u orinando. Se lo denuncia y queda retenido. Quizá no podamos emitir una notificación con cédula, pero sí retenerlo en el acto”, explicó.
A pocas cuadras, en el parque conocido como San Agustín, ubicado en Luis Urdaneta y Pedro Moncayo, también se reportan problemas. Residentes del sector expresan su preocupación, especialmente en horas de la noche, al observar a personas en situación de calle que pernoctan en el lugar. La escena genera una creciente percepción de inseguridad.

María Solís, feligresa de un templo cercano, comenta que incluso las rejas del parque son usadas como “tendederos”. “Muchas personas de bajos recursos llegan por la ayuda que brinda la iglesia, y aunque el parque está bien cuidado, hay días en que da miedo pasar por aquí. La presencia de agentes metropolitanos ayudaría bastante”, sostiene.
Si bien la empresa pública Parques EP (creada durante la administración de Aquiles Álvarez) realiza esfuerzos de mantenimiento, ciudadanos que frecuentan espacios como el parque Centenario, también en el centro, insisten en que estas acciones deben multiplicarse. También exigen sanciones a quienes vandalizan o usan indebidamente los parques, sobre todo en este, donde se ha reportado la presencia de personas armadas.

Durante el recorrido de este Diario se observa que, aunque hay labores de poda y limpieza, muchos esperan una mayor intervención, como el cambio de luminarias y mayor control en zonas vulnerables.
En otros sectores, como el tramo del parque lineal de la avenida Barcelona (antes del puente que cruza la avenida Velasco Ibarra), se han detectado actos vandálicos: los barrotes han sido violentados, permitiendo el acceso libre a las canchas sin ningún tipo de control. Jóvenes que practican deportes en los exteriores y usuarios de las canchas hacen también un llamado de atención a la ciudadanía.
Para seguir leyendo más contenido de EXPRESO, suscríbete aquí.