Pascuales es escenario de dos crimenes violentos en menos de 12 horas
Amigos asesinados fueron secuestrados por criminales en un carro rojo. Un mutilamiento tendría relación con el anterior caso
Dos hechos violentos registrados en menos de 12 horas estremecieron a los habitantes de la cooperativa Assad Bucaram, en la parroquia Pascuales de Guayaquil. A tan solo siete casas de distancia, ocurrieron tres crímenes impactantes: el asesinato de dos jóvenes y el hallazgo de una persona desmembrada.
Según la Policía ambos casos podrían estar relacionados y los responsables serían miembros de la organización delictiva Los Tiguerones, que opera en esta zona portuaria. Con estos hechos, el distrito Pascuales, la cuarta jurisdicción más violenta de la Zona 8, alcanzó 191 asesinatos entre el 1 de enero y el 27 de noviembre.
El primero de los hechos ocurrió alrededor de las 18:00 de este martes 26 de noviembre, cuando dos adolescentes fueron asesinados tras ser secuestrados mientras conversaban en el interior de una vivienda del sector.
Familiares de una de las víctimas, un adolescente de 16 años, relataron que el joven había llegado del colegio y salió a conversar con sus amigos cuando varios sujetos armados arribaron en un automóvil rojo. Según los testigos, los hombres apuntaron sus armas contra el grupo de jóvenes.
“Los rodearon, y no todos lograron correr. Mi hijo y otro vecino fueron amenazados con armas y subidos a la fuerza al carro. Se los llevaron con rumbo desconocido. Apenas pudimos, comenzamos a buscarlos. Minutos después, nos informaron que habían disparado a dos jóvenes. Uno de ellos era mi hijo. Lo encontramos golpeado y baleado, pero aún con vida. Lo llevamos rápidamente al hospital, pero murió debido a la gravedad de sus heridas”, relató la madre del adolescente asesinado.
La víctima era el menor de siete hermanos y cursaba el primer año de bachillerato en un colegio de la parroquia Pascuales. Al momento del ataque, aún vestía el uniforme de la institución educativa. Su amigo y vecino, también fue asesinado en el ataque. En la escena del crimen se encontraron 35 vainas percutidas de calibre 9 milimetros y 5 balas deformadas.
En partes y quemado
A las 05:50 de este miércoles 27 de noviembre, un grupo de policías realizaba un patrullaje en la zona donde, la noche anterior, habían sido asesinados los dos jóvenes. Durante el recorrido, un morador alertó a los uniformados sobre un hombre que estaba envuelto en llamas junto a la vereda de una casa esquinera.
Al acercarse al lugar para verificar la denuncia, los agentes confirmaron que se trataba de una persona, pero lo más impactante fue descubrir que el cuerpo estaba desmembrado.
El capitán Joe Rivera detalló que la víctima estaba dividida en seis partes: cabeza, torso, extremidades superiores e inferiores. “Seguimos los rastros de sangre, que nos llevaron hasta una casa de dos plantas. En la planta baja, específicamente en el área de la sala, encontramos evidencia clave: un machete, la ropa de la víctima y varios indicios balísticos. Todo estaba rodeado de un charco de sangre que habían intentado limpiar”, explicó el oficial.
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