Guayaquil: El paso de los camiones harta a 80 familias de vía a la costa
El ruido roba la tranquilidad de cinco urbanizaciones. Los carros pesados causan daños a las calles. Residentes piden la intervención de autoridades
Todos los días y a cualquier hora el escenario es el mismo para más de ochenta familias que habitan en cinco urbanizaciones ubicadas en el kilómetro 15,5 de la vía a la costa. Ellos denuncian la “situación insoportable” que sufren a consecuencia del tránsito de camiones y volquetas a pocos metros de las puertas de sus casas.
Los afectados residen en la avenida Jaime Nebot Velasco, en el sector conocido como Gualme, donde existen varias fábricas y talleres de contenedores que provocan el arribo de maquinaria pesada que ha dañado cerca de 600 metros de carretera, que es el único ingreso hacia la zona.
Catalina Cevallos, en representación de los residentes, señala a EXPRESO que por más de cinco años han pedido a las autoridades municipales que hagan respetar la Ordenanza de Uso de Suelo para que pongan fin a la contaminación por ruido y al tráfico pesado a todas horas que provoca el deterioro de las calles. Pero asegura que las gestiones no han tenido éxito.
Sin embargo, la posesión de las nuevas autoridades revive la esperanza de los residentes, quienes se están organizando para insistir nuevamente en el pedido.
“Tenemos a los camiones casi metidos en la puerta de la casa. Esto nos está robando la tranquilidad”, indica Shirley Muñoz, quien habita hace una década en la urbanización Vía al Porto, ubicada a la entrada de la avenida.
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Ella explica que la proximidad de las viviendas a la calzada, a menos de dos metros de la misma, impide a los residentes llevar una vida normal. “El ruido que hacen los camiones es tremendo y el polvo que levantan ocasiona problemas en la salud de algunos vecinos”, anota.
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— Diana Sotomayor Z. (@DianaSotomayorZ) May 24, 2023
El paso de los carros pesados también ha agrietado el pavimento y en algunos tramos existe hundimiento de la calzada que podría provocar daños a los automotores privados y a los peatones que circulan y caminan por la misma.
Susana Macías señala que desde hace un lustro que se mudó al sitio ha agregado ruidos a su vida. “Los camiones empiezan a pasar desde la madrugada, y no paran. Esta situación es insoportable”, manifiesta.
En la ordenanza municipal hay dos métodos de sanción para quienes infringen con lo estipulado en materia de transporte pesado. Como se trata de vehículos, la autoridad de tránsito es la que multa a los automotores infractores, mientras que el Departamento de Justicia y Vigilancia de la Municipalidad sanciona a las compañías tras denuncias ciudadanas canalizadas a través de esta entidad.
Los carros pesados no respetan los límites de velocidad y han provocado grietas en las calles. Tememos que las viviendas también presenten problemas.
Los residentes aseguran que ninguna de las dos instituciones se han hecho presentes para solucionar el problema.
Ana Velarde, residente de la urbanización Luxury, considera que se debe limitar el paso de transporte pesado. Sin embargo, ante lo complicado de tomar esa medida, cree necesario, por lo menos, regar continuamente la vía para evitar el levantamiento de polvo que perjudica la salud de los moradores, principalmente en las vías respiratorias.
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“Este inconveniente ha ido en aumento, sobre todo en los últimos meses. Vivir aquí resulta cada día más complicado. Estamos hartos de aguantar esto”, recalca enfadada.
En verano, el polvo afecta la salud. Mientras que en la temporada de lluvias se forman pozas de agua y lodo en las calles que es imposible transitarlas.
Dice también que les es imposible descansar, ya que los camiones comienzan a circular por sus calles a partir de las cinco de la mañana y provocan mucho ruido desde las primeras horas del día.
En cuanto al daño de las calles, Manuel Vergara, otro residente, denuncia que están deterioradas. “Es imposible caminar sin el miedo de caer y sufrir alguna fractura. Las lluvias han transformado la tierra en lodo, haciendo imposible transitarlas”, acota.
Jorge Chica menciona que ni los taxis quieren entrar al sector. “Los carros nos dejan en la carretera y desde allí debemos caminar por calles con huecos y enlodadas. Queremos llegar a las nuevas autoridades municipales para que nos ayuden a solucionar estos problemas”, puntualiza.
