Pasos peatonales, otras ‘vallas’ donde se estampan anomalías

En el suelo de irregularidades donde se levantaron decenas de vallas publicitarias también saltan a la vista las que se han estampado en diferentes pasos peatonales de Guayaquil. Al igual que las gigantes, en estas estructuras no se sabe quiénes son las personas o las empresas publicitarias que acomodaron allí las propagandas, lo que desnuda la deficiente vigilancia municipal.

A estos rótulos se los clasifica como Tipo F2 y deben tener pegados una placa de identificación en la que se detallen los datos del permiso otorgado, pero tras un recorrido por avenidas como la Plaza Dañín, Carlos Julio Arosemena o la vía a la costa; esas características tan primordiales para los controles no se observan. Se roban las miradas, en cambio, los anuncios de gaseosas, artículos de belleza, alimentos, entre otros.

Para tener un pronunciamiento del Municipio y conocer cuántos están legales y si tienen los permisos, EXPRESO insistió una vez más en tener una entrevista presencial con Verónica Landín, directora de la Planificación Urbana, Proyectos y Ordenamiento Territorial (Dupot), pero se informó que se envíe un cuestionario con las preguntas. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, las respuestas o la fecha para dar luz verde a la entrevista no llegaron.

Quedan en la atmósfera cuestionamientos como, asimismo, saber cuántas de estas estructuras se registran en la ciudad, a cuántas se les ha facultado que exhiban publicidades, por qué se sigue permitiendo que no se estampen los nombres de las empresas publicitarias, y qué otras anomalías el Cabildo ha encontrado.

De acuerdo con la ordenanza para la instalación de rótulos publicitarios, publicada en el Registro Oficial el 26 de marzo de 2021 y expedida por el Concejo Cantonal donde figuró como alcalde encargado, en aquella sesión, Josué Sánchez, se detallan los requisitos, pólizas, instalación de nuevas zonas autorizadas, entre otros puntos, pero no todos se cumplen en su totalidad.

Un ejemplo de esto radica en el inciso “f” de dicha normativa, en la que estipula que el autorizado (empresa publicitaria) asume el compromiso referente a la “responsabilidad en el cuidado, limpieza, iluminación, mantenimiento y seguridad de los mismos”.

En la práctica ocurre lo contrario, pues es el escenario que se refleja en diferentes pasos peatonales que, además de presentar deterioro en escalones o cubiertas, se encuentran los fierros que sostuvieron alguna vez a las publicidades o cuelgan pedazos de telas.

Es como una especie de esqueleto donde se leían los avisos, como los que se lucen en puntos como la avenida Del Bombero, cerca del colegio Javier, en Los Ceibos, y algunos de la vía a Daule, en el norte de la ciudad. El panorama se repite en la avenida Plaza Dañín, cerca del albergue Carlos Luis Plaza Dañín.

En el recorrido de este Diario se constató, además, que en la infraestructura que se encuentra cerca de Puerto Hondo, en el sentido a Guayaquil, figura la marca desdibujada del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).

Se sabe que desde febrero anterior la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) agarró la competencia de la arteria, por lo que se le consultó a la cartera de Estado si los pasos aún le pertenecen y si las empresas publicitarias habían cumplido con los permisos, pero tampoco hubo una contestación.

En esta zona hay algunos ciudadanos y conductores que no les molesta este tipo de propagandas. Es más, a veces pasan desapercibidas, pero al enterarse que deben de cumplir una serie de requisitos, como los antes expuestos, concuerdan que es fundamental que exista una planificación y ordenamiento por parte de las direcciones municipales.

Uno de ellos es Carlos Pástenes, de Vía al Sol: “En ese caso, ¿a quién va el dinero? ¿Dónde están los permisos? Alguien debe ser responsable y el Municipio debe darle el seguimiento por el tema de las tasas. Está claro, es una violación a las ordenanzas municipales”, cuestiona.

Un comentario similar formula la conductora y residente Mía Centeno, quien sugiere al Cabildo que, además de darles vigilancia, se preocupe de acabar con esas anomalías. “Hay unas que tienen hasta luces, pero los puentes están destruidos. Ni sirven: nadie los puede utilizar, te subes en él y te caes o te roban, porque se han convertido en guardias de consumidores. Ese mismo dinero debe ir al cuidado”, opina.

Aunque no corresponden a los casos de los puentes peatonales, la comisaría décimo tercera municipal asegura, con un corte de marzo de 2022, que tramita 102 expedientes relacionados a “infracciones cometidas por la instalación inadecuada de vallas y pantallas publicitarias”. Esto es tanto en propiedad privada como en el espacio público.

Pero aún quedan inquietudes por ser contestadas.