El peatón guayaquileño se siente ignorado
Esta vez hacen un llamado al Municipio para resolver las trabas que impiden su paso. Hay desde cables sobre la acera hasta fierros que han hecho caer a los ciclistas
En la avenida Carlos Julio Arosemena, cerca del Colegio 28 de Mayo, unos fierros dificultan el paso al peatón. La ciudadanía denuncia que llevan meses expuestos, al menos unos tres, y nadie los ha quitado. Ellos exigen al Municipio que recorra el sector, hace poco regenerado, para que constate los problemas y fallas que existen.
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Leer másJulián Carvajal vive en Miraflores, estudia en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y a diario se moviliza en bicicleta para evitar los atascos; pero, advierte, la ruta lo ha obligado a darse contra el suelo un par de veces.
La semana pasada, por ejemplo, no vio esos fierros y fue a parar contra la vereda, quedándose su bicicleta pegada al metal. "Salí volando. Sí caía del otro lado era en el pavimento y podía pasar un carro. De la que me salvé", indicó.
Carvajal denuncia, sin embargo, que esos fierros no son el único problema en la ruta. Hay cables colgando o que están esparcidos sobre la vereda, hay grietas y hoyos en el asfalto, así como también sobre las aceras, que también las usa. "Hay días en los que voy caminando desde la casa de mi hermana, que queda por el kilómetro 2 de la Carlos Julio. El tramo es corto, pero subo y bajo escalones, me topo con huecos, maleza, postes..., que más fácil se me hace ir sobre la calzada, junto a los vehículos", se queja.
Emilia Garaycoa, habitante de la ciudadela El Paraíso, coincide con él al asegurar que el peatón corre el riesgo de caerse cada vez con más frecuencia por la falta de atención municipal. "Se supone que esta vía fue regenerada. Lamentablemente no fue en todo el tramo, por lo que vas caminando y de la nada hasta se te tuerce el pie. En Guayaquil no hay espacio para el peatón. No somos importantes", señaló.
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Leer másLorena Mejía, quien labora en una de las compañías de la zona, cree que a fin de que la ruta sea más amigable debe además contar ya con una ciclovía. "He visto que por la dificultad de transitar, los ciclistas usan las aceras. Pero todo queda en un intento... Y es que hay tramos que no tienen ni cemento, no tienen nada. ¿Cómo hacen ahí? Yo me movilizo en auto, pero reconozco que lo hago porque no tengo otra opción. Si por mi fuera, saliera incluso en scooter", señaló.
Esta situación, coinciden los consultados, es común en cada barrio de la ciudad. "Que quede claro que no es solo en la Carlos Julio Arosemena. Esta ruta es una de las tantas que engordan la lista de las que son imposibles de transitar por un adulto mayor, un niño o una mamá que quiere sacar a pasear a su hijo en un coche", explicó Garaycoa.